martes, 27 de septiembre de 2011

VIOLETA SE FUE A LOS CIELOS

A Violeta Parra en sus días de vida no fue tomada tan en cuenta por el común de la gente, ni la prensa de la época ni la televisión le tomaron el peso a lo que su obra estaba haciendo para Chile. Aún hoy la música de raíz folclórica le debe demasiado a su persona. Todas sus decisiones las más dolorosas y las más incomprendidas nos han servido... y no estoy hablando ni en metáfora, ni en forma poética. Desde los hombres que amó, sus desilusiones, sus aciertos, sus muertes, sus miedos, sus trancas todo lo convirtió en el ejemplo cultural más grande que se ha dado en Chile, que me perdonen los Neruda, los Jara, los Matta y los Ruiz, porque Violeta Parra es un cosmos inmenso que no importaba donde naciera, estaba destinada a ser el ser el ser humano (hasta ahora) más importante para la dolorosa historia que Chile está construyendo.
No es que uno se ponga chauvinista, ni que porque estemos en septiembre me ponga más patriota (porque nunca lo he sido), es porque la verdadera razón para hacer grande a una nación es decir la verdad, cosa que pocos hacen... no traicionar... cosa que muchos menos hacen y enseñar con el ejemplo... eso fue Violeta Parra, con un nombre de tanta fuerza y belleza en la corta pero intensa vida que tuvo.

Mientras en un campo del sur su casa ahora está en duras condiciones, alguna vez corría arrancando de un no se qué. con un "taita" muy letrado que para profesor estudió decía en sus décimas... la infancia de Violeta fue rebelde, con un padre que cuando bebía se ponía peligroso, la guitarra empieza a convertirse en compañera y consejera para la niña Violeta. Tal vez eso conmueve a Andres Wood, al crear esta visión sin maquillaje de la artista... la historia es contada desde la visión que Angel Parra su hijo plasmó en el libro homónimo a la historia narrada. A través del hilo conductor de una entrevista que le hacen en televisión Violeta va contando que ha sido de su historia y de su vida.

Violeta (Francisca Gavilán) junto a su hermana Hilda (Gabriela Aguilera) son el duo de "Las hermanas Parra" que viajan por Chile cantando a lo humano y a lo divino, en una escena se les muestra en el norte cantándole a los mineros en un acto religioso, para en un momento al final Violeta toma un bombo y les grita cantando "Cuando vide de los mineros dentro de su habitación, me dije mejor habita en su concha el caracol, o a la sombra de las leyes el refinado ladrón y arriba quemando el sol"... fue un destello de rabia y fuerza que va haciendo lentamente despertar las verdaderas razones del cantar y del cantor.

Pero Violeta era ante todo una persona consciente de que las cosas morían, las canciones se perdían entre las zarzamoras del ovido, se iban a los ataudes de los cantores populares, y por lo mismo tomó como su propia misión recuperarlas, era una urgencia que muchos no le dan importancia, pero que fundamental ha sido para un país que le aterra tener memoria que una mujer se encargue de darle ritmo y razón.  "Entró al clavel del amor cegada por sus colores, le ataron los resplandores de tan preferida flor, ufana de su pasión dejó sangrando una herida que lloró muy conmovida en el huerto del olvido, clavel no correspondido". Es tan impresionante ver en París como es de monumental el Louvre, ya con mirar desde la Concorde sus tremendo frontis se hace pequeño al contemplar la inmensidad de las obras que en el guarda... que impresiona más que la chillaneja expusiera sus tapices en tan magno lugar... y pasear por el Quartier Latin y descubrir entre los restaurantes de todo el mundo que la Nueva Canción Chilena se estaba fraguando en la compilación latinoamericana que Violeta fundía con Gilber Favré (Thomas Durand)... mientras que en el regreso una carpa que miraba las luces de Santiago y la terquedad de Violeta hicieron que la noche fuera más fría y macabra.
Ahora que muchos no la ven, ni que la oyen no se han dado cuenta que Violeta Parra no es sólo una tumba en una de las entradas del Cementerio General, tampoco es esa estatua que no existe, ni esa calle del olvido. Violeta Parra está presente cuando dice "Me gustan los estudiantes", es un grito de guerra cuando "Arauco tiene una pena", es una injusticia en "La Carta", es una destrucción cuando "Maldice del alto cielo" y es una desilución cuando "Run run se fue pa´l norte"... Esa voz gastada es el grito de vida y muerte, de vergüenza y de orgullo por ser lo que es y es un ola que revienta constantemente en la rocas que no se cansará hasta que moldee un país más justo...


Saludos a todos.


Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Violeta se fue a los cielos en cinechile
4.- Trailer

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