El Topo era un sonido lejano que escuchaba en los noventa, Jodorowsky era un nombre que se sabía que era importante pero llegaba por El Incal o la casta de los Metabarones... sólo unas imágenes lejanas de un programa llamado cinevideo, nombraban al chileno de la psicomagia como el mismo de siempre que también en su largo exilio creó estas películas.
Hasta que un día llegó a mis manos el DVD de El Topo y la empecé a ver con cero idea de que se trataba, sólo un hombre a caballo con su hijo enterrando su osito de peluche y el retrato de su madre... "era el momento de ser hombre y dejar la protección" decía. El desierto total y la muerte aporta el rojo a esos paisajes amarillos extremos de la sequedad. El sonido se hacía lejano y el sueño me acompañaba... que desilusión no pude más y el topo quedó escondido en las profundidades de mi videoteca... incomprendido, desilusionado me sentí un idiota al no poder encontrar la filosofía que el rudo pistolero quería entregar... y así me quedé por un año mas o menos.
En enero de este año fui por primera vez a Tocopilla, una ciudad del norte de Chile azotada por un terremoto el año pasado... hace poco habia leído el libro de Psicomagia de Alejandro Jodorowsky y me empapé con sus escenarios... entre ellos la mítica ciudad de Tocopilla... antes boliviana hoy chilena. Los cerros al lado de la ciudad, un color amarillo por el que los trenes caminan por las cinturas como las manos de los amantes acariciando. La playa ahora con arenas contaminadas por la empresa termoeléctrica y la ciudad limitada, como un oasis en medio de los seco... ahí entendí al Topo y de donde surgió... fue la calma del mar la que volvía mágico los días del mundo tocopillano.
Recuperé la película, la saqué de sus profundidades y entendí que no había que buscar mayor filosofía que la verdad de las extrañas imágenes, de esos bandoleros que dibujan mujeres con piedras, que bailan con los sacerdotes, que engañan con sus sectas... no había més enseñanza que la de los propios maestros martires, y el engaño constante del barbudo... simplemente eso... una busqueda sin respuestas, en un viaje de espiral que lleva siempre a la parte más intima del propio destino... nada más pero tampoco nada menos. Un poco de amor, traición y magia.
Así como en Caramel, cada pelo rasurado era un camino a la nueva regeneración... ahora eran los más despreciados los que sanan, los que cuidan y liberan en ese estado vegetal en que por años durmió el antiguo ser... reflexionando el daño y tomando cada una de esas extrañas voces con generos cambiados... ahora hay un motivo para sufrir y para ser màs libres... el tunel será liberado para que todos los deformes pueden viajar a la superficie. El topo tiene todos los ementos de esperanza, de saber que no todo es maldad, que los errores aparecen ladrando un porvenir y que siempre hay un momento para hacer lo mejor... mientras el niño abandonado desnudo ahora es un sacerdote.
El topo ha comenzado a vivir su nueva vida... con la redención escrita con R de remordimiento, va tratando de devolver la mano de quienes lo hicieron resucitar, volver a amar y simplemente volver. No ha más intención que ser una persona humana... y no buscar mayores interpretaciones a lo que se convierte en fantasía no necesita de tanto razonamiento las cosas son como son... y en el Topo los gustos no son para cualquiera (no se la recomiendo a mis padres) no encontré otros mensajes que la simpleza de vivir en un mundo especial, que la arrogancia no llena, que la traición está más cerca y que a veces de quienes menos esperas (y desprecias) se obtiene más de lo que parecen proyectar. Que el perdón puede ser posible. Que la intolerancia es capaz de destruir, que El Topo es una gran película, y que Alejandro Jodorowsky (pese a que no me convence mucho su psicomagia) es un ser humano gigate de nuestros días.
Saludos a todos y que tengan una buen semana y un gran Noviembre.
A veces los sentimientos parecen ser circulares, dicen que lo contrario del amor es el odio, pero cuando el odio es tan fuerte se puede pasar al amor, la barrera es difusa… el odio viene de una necesidad, de un “no puedo dejar de pensar en aquella (o aquel)”… lo mismo pasa en el amor. Con Fando y Lis, ocurre eso que digo, es una película que de tanto que la odiaron se ha convertido en una película amada, el ocho de junio de 1968 la ciudad de Acapulco empezó a asombrarse al ver a una mujer comiéndose una flor, y luego un dialogo mágico entre un padre y un hijo sobre la muerte… había expectación… pero las cosas empezaron a cambiar en el transcurso de la historia… al termino de la película no hubo aplausos, todo lo contrario las ganas de linchar a Alejandro Jodorowsky fueron tales que tuvo que salir arrancando del festival… Roman Polanski fue uno de los pocos que defendió al abominable ser que había creado esa inmundicia de película… inmediatamente la película fue prohibida para México…
Mientras Jodorowsky cortaba los hilos de la marioneta, la CIA movía los suyos para acallar a los estudiantes mexicanos antes de los Juegos… aún hay desaparecidos de ese día. En que el odio a los hermanos se materializaba por un supuesto amor a la patria. Al final Fando y Lis tenía que ser hecha en ese México de 1968, porque era Fando cuando decía que amaba, que podía pasear a Lis, que experimentaba con esos extraños del camino… pero también era Lis, porque sus piernas no funcionaban, porque era maltratado en Tlatelolco y amado en los Juegos Olímpicos… era Fando porque viajaba a Tar, como todos los países de América Latina que viajamos a ese lugar imaginario que llamamos desarrollo… era Lis porque nos arrastraban por las rocas, "Mejor que seamos paralíticos, así son otros los que nos pasean". Eran Fando y Lis, por la incomprensión y por la belleza.
Fando y Lis, la película aborrecida de Jodorowsky… la prohibida de México… sigue ahí viva… aún incomprendida pero inmortal, esperando llegar a Tar… y convertirse en la lluvia que riega las nuevas semillas de la Creación.
Un saludo a los psicomagos a los Mexicanos y por supuesto, si hablo de México a Razi.