Sunset Boulevard.
Me impactó ver esas escenas de Sunset Boulevard porque parecían una broma pesada, es tan corta la fama y tan amnésica que de un verano a otro es capaz de reventarte con una canción en “portuñol”, o una película para que al otro verano se ubique en la buhardilla del olvido, el otro día conversando con amigos muchos no se acordaban que alguna vez ganó un Oscar una película de un tipo que desactivaba bombas en Irak… así de vertiginoso ha pasado el tiempo, dejando en nuestra memoria algunos elementos que no han sido capaces de ser removidos por el polvo. La obsolescencia de las cosas va provocando que el gusto también cambie… como las modas, de un momento a otro los peinados, los colores y los diseños se van volviendo añejos para un público que se vuelve cada vez más exigente.
Los años veinte del siglo homónimo, fueron la verdadera época dorada para occidente, la muerte había parado y saber comprender las sensibilidades era la tónica que los nuevos autores e ídolos sembraban en el corazón de las muchachas. En ese ambiente George Valentin (Jean Dujardin) era una de las máximas estrellas, el cine ya había dejado de ser una pintura en movimiento o parte del espectáculo de variedades parisino, para convertirse en un lugar donde se comenzaba a desarrollar la pantomima. Por mucho tiempo han existido personas que han querido asociar la cinematografía con otras ramas como la literatura, el teatro o la fotografía. Pero en realidad el tiempo se ha ido convirtiendo en algo sinérgico, en un esfuerzo titánico de muchos artistas para que el trabajo sea una pieza artística. A lo mejor George no entendía tan bien eso, el era la pieza principal del cine mudo, mientras la orquesta estaba en el mismo teatro, la gente terminaba aplaudiendo de pie a los actores, entre ellos Peppy Miller (Bérenice Bejo).


Para muchos no tiene nada de atractivo ver una película que pareciera se muda, porque The Artist no es una película muda, y no digo esto porque en algún momento se sientan sonidos, si no porque posee efectos de sonido y una hermosa banda sonora que embellece la historia. Así como para algunos el blanco y negro les quita las ganas de ver una historia por la sensación de antigüedad. En esta historia se reivindican las antiguas técnicas… mientras veía esta historia pensaba en lo grandioso que sería volver a ver películas en Technicolor, o en Cinerama, así como el blanco y negro y las historias silenciosas como las que Jacques Tati creó en los sesenta, son técnicas que nos fueron llenando de nuevos sueños que vale la pena revivir. Por ahora me quedo disfrutando nuevamente de una nueva vieja película que faltaba hacer.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Ther Artist en Wikipedia
4.- Página de la película
5.- Trailer