
Los Aeropuertos siempre están cargados de sueños y esperanza… el embrujo de viajar comienza realmente desde ese momento… cuando ya se cruza el umbral de todos los timbres… ya eres extranjero… y la llegada a esa ciudad tan grande en que en las luces parecen un campo estrellado me hizo sentir en el cielo. De a poco el taxi que me llevaba al Zócalo me fue mostrando la grandeza y la belleza de esta megaciudad. Hasta que llegué al hotel al lado de la Catedral y del Zócalo.
A mi juicio una de las mejores formas de conocer una ciudad extranjera es del mismo modo que sus ciudadanos, Aunque los taxistas siempre tienen su visión personal que también enriquece la visión. Así pasó el primer día en México entre la Plaza Garibaldi, el Palacio de los Azulejos ahora también de Sansborns del megamagnate Carlos Slim.
Al otro día caminando cerca del monumento a Benito Juarez, conversando con mi gran amiga Yasna, me puse a contarle una de las historias de amor más lindas que conozco y que cuando la escuché quedó grabada en mi disco duro personal… es que Frida Kahlo y Diego Rivera fueron dos testigos adelantados de América del Sur, y merecen juntos y por separado de todo el reconocimiento que ya tienen por su aporte a la pintura y el pensamiento unitario.
Esa conversación por el DF con mi amiga, nos impulsó hasta el mismo Coyoacán, para vivir por nosotros mismos el encanto de Frida en la Casa Azúl. En un principio estaba nervioso porque muchas de las historias que cuento tienen la mitad de verdad y el otro es invento de lo que armo con lo que alcanzo a recordar. Así que esperaba que la historia de Frida que yo le contaba a mi amiga fuera similar a la que veríamos en la casa de Frida. Caminando por Coyoacán hasta la calle Londres con Allende llegamos a la famosa Casa Azúl.
Diego Rivera ya en ese tiempo era uno de los grandes muralistas que coloreaba México y el mundo… Era la época de los sueños, la de la revolución social, Diego como Siqueiros y Trotsky, el revolucionario soviético ahora en el exilio stanliniano. Construían poco a poco las ilusiones del desarrollo unitario de las clases.
Eso lo percibimos en la Casa Azul de Coyocán, en su cama triste, en el patio de su casa, en sus pinturas y sus vestidos… Frida Kahlo fue el souvenir más maravilloso que México me regaló en esos días… y la película de Frida (pese a que lamentablemente fue hecha en inglés) me recuerda siempre los lindos días vividos en la ciudad de la gente amable de Ciudad de México y en especial de Coyocán.
Tengo muy lindos recuerdos y muchas ganas de volver siempre.
Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Sobre Frida Kahlo
4.- Una canción del Soundtrack de Elliot Goldenthal
5.- Escena de la película
6.- Algunas de sus pinturas con la voz de Lila Downs
7.- Página de Frida Kahlo (No oficial)