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domingo, 29 de abril de 2007

EL VIOLIN ROJO

El valor de las cosas materiales, muchas veces trasciende las cosas, el comienzo del documental de Salvador Allende de Patricio Guzmán comienza, mostrando la mitad de los anteojos del ex-presidente de Chile... fueron celosamente guardados y cuando se recuperó la democracia reaparecieron. Así como ese cristal con marco negro destruido por la ametralladora suicida que ahora está perdida en la casa de algún militar que entró a La Moneda.
El violín rojo también es un objeto, valioso por si mismo y como tal trascendió de siglo en siglo hasta llegar al presente... Como las cosas de antes que ahora resurgen, en algún momento despreciamos lo viejo y ahora buscamos por todos lados esos objetos de culto, como los televisores Antu o esos IRT, o los chanchitos juanitos de plástico. No porque sean viejos, si no porque acercan la felicidad, son esas cosas que forman parte de la escenografía de nuestros recuerdos...
El violín rojo, fue hecho en Cremona, en plena Italia del siglo XVII para ser grandioso por el luthier Nicolo Bussotti a su hijo que estaba por nacer, pero que el destino truncó al igual que la vida de su madre.
Las cartas del Tarot de Marsella van anunciando el destino de los que poseen el violín, desde el huerfano Kaspar Weiss en Viena a finales del siglo XVIII, pasando por unos gitanos, para llegar a manos del intérprete libertino (como diría un pechoño)Frederick Pope en Oxford, y luego, en pleno siglo XX a Shanghai donde reaparece en plena revolución cultural de Mao de la manos de Xiang Pei... para llegar del anonimato a un remate en Montreal.

¿Qué tiene el Violín rojo, que lo hace tan famoso?, un sonido maravilloso… una hechura perfecta, un mito y el recuerdo de cientos de años dentro de su caja de resonancia.
Más que todo eso tiene el fruto del amor a las cosas, es como esos regalos que uno se esmera en hacer para los que ama… como las cosas hermosas que uno recibe que vienen con tanto amor y por el cual se valoran.
Así como el violín, la película denota una sensibilidad casi artesanal, en que pese que se sabe que es difícil y costoso hacer una película en cinco ciudades del mundo. El trabajo demostrado por todos los detalles demuestra que hubo amor en lo que se hizo, desde la dirección de Francois Girard hasta la maravillosa música de Corigliano.

En el remate se devuelven los descendientes de los antiguos poseedores del violín, todos con la idea de recuperarlo, pero queda demostrado en cierto sentido que el valor sentimental que le tenemos a las cosas a veces es pisoteado por la ambición de los millonarios.

Al final, la historia que nace desde las cartas del tarot de Marsella, vuelve al mazo en el remate de Montreal para comenzar su etapa de renacimiento… así, algunas de nuestras cosas materiales que a veces damos por perdida, aparecen para hacer la pausa que necesitan los bellos recuerdos, nos sientan, nos sitúan y nos demuestran que las hojas que fueron blancas hoy son amarillas, que el sol destiñó los sueños, que no todos los que posamos en la foto o que escribimos en el cuaderno están ahora… y por lo mismo merecen que más los amemos, porque son el testimonio de la existencia.

Saludos a todos

Bonus Tracks
1.- Ficha en IMDB
2.- Comentarios de Filmaffinity
3.- Trailer

4.- Más de la película