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domingo, 25 de noviembre de 2007

PERDIDOS EN LA NOCHE

Muchas veces he mencionado que viví mi infancia al lado de un conventillo, ahí existía una gran cantidad de personas con historias de pobres, que son tan conmovedoras como cualquier emprendimiento, uno de los viejos vagabundos de la calle que mi infancia recuerda le llamaban "Ño Peiro", un viejito que no tomaba y siempre andaba perfumado con colonia inlesa terno y sombrero de copa (la única persona que en mi vida he visto con sombrero de copa era él), era como ver a un personaje del pasado oxidado por los años...

Creo hay lugares que impregnan sentimientos, por ejemplo, los aeropuertos creo que son los lugares en que la esperanza se respira en el aire, ahí se reciben los sueños y zarpan las ilusiones. Los mejores besos no se dan en plazas, ni moteles... el beso final del aeropuerto es el sabor que perdura en la travesía, cuando se requiere recordar el amor, basta pasar la lengua por los propios labios para recuperar ese sabor del beso. Las lágrimas que brotan contienen la emoción del regreso, son te quieros, te amos y te deseo.

Joe Buck (Jon Voight) es un texano que decide cumplir sus sueños en Nueva York, como un "buscavidas" que decide ir a la megaciudad para ser un gigoló que recuperaría toda la frustración sexual de las mujeres neoyorkinas, que mejor que un vaquero como John Wayne para ellas... al menos eso piensa Joe para embarcarse en un bus, con su mejor traje de vaquero y su radio de pilas grandes que agrega la banda sonora de su sueño.... las ciudades comienzan donde las ondas de radio comienzan a cubrir, la primera vez que escucha la palabra Nueva York, le comienza a llenar los ojos de lágrimas por el inicio de su nueva vida.

Lo urbano es ingrato, es individualista y sarcástico; no tiene la inocencia de lo rural y los flecos de la chaqueta, las botas puntiagudas y el sombrero, no permiten dominar la estampida humana de la ciudad del mundo, pese a la diversidad parece ser que el caracter campesino no pertenece a esa ciudad. Joe en la mirada perdida y en el dinero que cada vez escasea más va descubriendo que la maldita noche en que las estrellas son de neón, y la luna es sólo una conserje que duerme mientras la tristeza fluye... el mundo soñado va trizando la dignidad. La clientela del vaquero que se instala en la salida del cine de la avenida cuarenta y dos, son sólo hombres que han ocultado sus profundos deseos en la oscuridad del cine, abrazados de otros hombres.

A veces las cosas que se quieren parecen ser iluminadas por una luz negra, que en medio del sonido ensordecedor parece dar un poco de compañía, la unión de soledades parece entregar un poco de consuelo en ese mundo ingrato, en medio de traiciones un par de pasos arítmicos, de una persona que parece ser insignificante para la sociedad, se convierten en el representante de Joe. El extraño caminar de Ratso (Dustin Hoffman) y la seguridad de las pisadas del texano hacen la complementación perfecta de algo que puede llamarse amistad... ¿qué hay en común entre ambos? los bolsillos cada vez más vacíos, la comprensión del dolor y la necesidad mutua de oídos que escuchen las palabras cargadas de ilusiones. "El paraíso no es Nueva York... es Florida" decía Ratso, ese era el motivo para levantarse y caminar, pese a todo el dolor, a esa tos que raspaba su laringe y el hambre constante.

La soledad se salda con amigos, que dicho sea de paso es una de las pocas cosas que elegimos en la vida (a veces ni el amor se elige), darse cuenta del fracaso es algo ingrato, entre ambos amigos hay un amor que se nutre de la lastima mutua, del sufrimiento ajeno y de lo curtido que te hace perder tantas veces. Cuando uno pierde tantas veces, basta con un pequeño logro para seguir creyendo... en medio del anonimato como el que mi vecino Ño Peiro tuvo al momento de morir y ser arrojado a una fosa común, el vaquero de la noche y el cojo sudado se mimetizan con los neones, virtiendo sus lagrimas por el interior para saciar con ellas la sed de que todo lo malo pase, y algún día salir del frío. Amar de verdad y cumplir la verdadera ilusión del triunfo, a lo mejor no en Nueva York sino en cualquier otro lugar que se vislumbre como el frasco que envolverá nuestra mejor savia, nuestros mejores esfuerzos y amemos a los que nos acompañan.

Saludos a todos.
Gracias por sus visitas.

Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentarios
3.- Algo de la banda sonora.

4.- Trailer

5.- La canción del inicio de Harry Nelson