Uno de los elementos primarios de la globalización es el fútbol, salvo en Estados Unidos, en gran parte del mundo es el deporte principal... de hecho la FIFA facilmente puede tener más miembros que la ONU, y Joseph Blatter tienes más poder que Ban Ki-Mon. Porque el Fútbol es un negocio, una religión para los ociosos, una excusa para los dictadores, un imán para las modelos y un combate sin armas.
Por el Fútbol se han hecho tonteras también Argentina después de ser campeona del mundo en 1978 los animos estuvieron tan altos que ya se creían capaces de hacer la guerra. Peor fue el caso de Honduras y El Salvador cuando en 1969, un partido de eliminatorias fue la excusa para comenzar la "Guerra del Fútbol", Mussolini en 1934 se hizo un mundial para demostrar la superioridad fascista italiana. Para que comentar la bochornosa clasificación de Chile al mundial de Alemania, cuando la Unión Soviética no quiso venir a la dictadura de Pinochet o cuando Roberto Rojas se autoinfirió un corte para hacernos creer que una bengala le caía en la cara en un partido con Brasil.
Pero el fútbol ya es parte de nuestro folclore, los equipos son los ejércitos de cada localidad, en la Dictadura de Franco algunos equipos como el Athletic de Bilbao sólo incluía jugadores vascos, en la Unión Soviética cada estado escondió su nacionalismo en su equipo, en la ex Yugoslavia las graderías de los estadios eran campos de batalla nacionalistas, en Israel se les prohíbe el fútbol a los palestinos (entre otras muchas cosas), en 1964 un gol anulado a Perú en un partido con Argentina le costo más de 300 muertos y así podemos seguir nombrando situaciones extrañas del fútbol.
Andrés Wood, uno de los directores de cine más interesantes de Chile, en los años noventa compiló tres historias en tres lugares distintos del país, el personaje principal es la pelota de fútbol. En función de ella habla de los grandes partidos, de las pichangas y de esos encuentros memorables del deporte rey.
Partiendo desde una población de Santiago de Chile, en un partido de barrio, por supuesto en una cancha de tierra en que los jugadores son obreros de la construcción, entre ellos Carlos González (Daniel Muñoz) el puntero izquierdo (como el cuento de Benedetti), cuando se es pobre y se es bueno para la pelota, hay un poco de chance en la ventanita de los sueños, es casi la forma de lograr salir de la pobreza... Carlos lo sabe y lo sueña... pero hasta en el futbol más amateur las mafias dominan, los pobres tienen que driblear y estar atentos a la oportunidad cuando llega el balón ...
En pleno desierto a más de dos mil doscientos metros de altura se encuentra Calama, una de las ciudades más especiales de Chile, una ciudad que tiene su razón de ser en el cobre y para un país como Chile, el rojo mineral es la principal producción. Su principal equipo es Cobreloa (un nombre que une al río y el mineral), en pleno partido del equipo local y la Universidad de Chile de Santiago, un tiro libre hace que la pelota cruce el estadio para caer en manos de unos afortunados niños calameños, en una ciudad tan pecadora encontrar una historia inocente, es un baño de ternura que limpia y enjuicia a la vez una sociedad que en algún momento pierde la inocencia entre el polvo, los perros y las putas...
Vivir en Chiloé, es lo opuesto al desierto en Calama... la lluvia inunda la tierra y la soledad transforma un televisor en medio de los bosques y canales en una oportunidad para las hermanitas Serón. Desde diversas islas llegan hasta la casa de la Serón... para recordarle al resto que Chile es más largo que Santiago, pero la tranquilidad y la tristeza de los paisajes verdes del sur, se cuelan por el vapor de los curantos en las rocas, y de las baterías que se cargan. La pasión de multitudes se conjuga entre los besos y los goles, entre el triunfo y la ilusión constante...
Tres historias, en tres Chiles muy distintos pero que se unen en una historia llena de códigos locales, que en su conjunto forman un todo... La historia de Wood es el reflejo de ese capitalino prepotente que lanza pelotas fuera del estadio, que no soporta que la imagen se pierda por un rato en pleno desierto, que engaña a jugadores inocentes pero que entre tanto fracaso deportivo, nos reconozca como lo que somos muchos, unos amantes de ese deporte que se ha convertido en más que un juego un ritual que los arqueólogos del futuro tendrán que descifrar.
Muchos saludos a todosPor el Fútbol se han hecho tonteras también Argentina después de ser campeona del mundo en 1978 los animos estuvieron tan altos que ya se creían capaces de hacer la guerra. Peor fue el caso de Honduras y El Salvador cuando en 1969, un partido de eliminatorias fue la excusa para comenzar la "Guerra del Fútbol", Mussolini en 1934 se hizo un mundial para demostrar la superioridad fascista italiana. Para que comentar la bochornosa clasificación de Chile al mundial de Alemania, cuando la Unión Soviética no quiso venir a la dictadura de Pinochet o cuando Roberto Rojas se autoinfirió un corte para hacernos creer que una bengala le caía en la cara en un partido con Brasil.
Pero el fútbol ya es parte de nuestro folclore, los equipos son los ejércitos de cada localidad, en la Dictadura de Franco algunos equipos como el Athletic de Bilbao sólo incluía jugadores vascos, en la Unión Soviética cada estado escondió su nacionalismo en su equipo, en la ex Yugoslavia las graderías de los estadios eran campos de batalla nacionalistas, en Israel se les prohíbe el fútbol a los palestinos (entre otras muchas cosas), en 1964 un gol anulado a Perú en un partido con Argentina le costo más de 300 muertos y así podemos seguir nombrando situaciones extrañas del fútbol.
Andrés Wood, uno de los directores de cine más interesantes de Chile, en los años noventa compiló tres historias en tres lugares distintos del país, el personaje principal es la pelota de fútbol. En función de ella habla de los grandes partidos, de las pichangas y de esos encuentros memorables del deporte rey.
Partiendo desde una población de Santiago de Chile, en un partido de barrio, por supuesto en una cancha de tierra en que los jugadores son obreros de la construcción, entre ellos Carlos González (Daniel Muñoz) el puntero izquierdo (como el cuento de Benedetti), cuando se es pobre y se es bueno para la pelota, hay un poco de chance en la ventanita de los sueños, es casi la forma de lograr salir de la pobreza... Carlos lo sabe y lo sueña... pero hasta en el futbol más amateur las mafias dominan, los pobres tienen que driblear y estar atentos a la oportunidad cuando llega el balón ...
En pleno desierto a más de dos mil doscientos metros de altura se encuentra Calama, una de las ciudades más especiales de Chile, una ciudad que tiene su razón de ser en el cobre y para un país como Chile, el rojo mineral es la principal producción. Su principal equipo es Cobreloa (un nombre que une al río y el mineral), en pleno partido del equipo local y la Universidad de Chile de Santiago, un tiro libre hace que la pelota cruce el estadio para caer en manos de unos afortunados niños calameños, en una ciudad tan pecadora encontrar una historia inocente, es un baño de ternura que limpia y enjuicia a la vez una sociedad que en algún momento pierde la inocencia entre el polvo, los perros y las putas...
Vivir en Chiloé, es lo opuesto al desierto en Calama... la lluvia inunda la tierra y la soledad transforma un televisor en medio de los bosques y canales en una oportunidad para las hermanitas Serón. Desde diversas islas llegan hasta la casa de la Serón... para recordarle al resto que Chile es más largo que Santiago, pero la tranquilidad y la tristeza de los paisajes verdes del sur, se cuelan por el vapor de los curantos en las rocas, y de las baterías que se cargan. La pasión de multitudes se conjuga entre los besos y los goles, entre el triunfo y la ilusión constante...
Tres historias, en tres Chiles muy distintos pero que se unen en una historia llena de códigos locales, que en su conjunto forman un todo... La historia de Wood es el reflejo de ese capitalino prepotente que lanza pelotas fuera del estadio, que no soporta que la imagen se pierda por un rato en pleno desierto, que engaña a jugadores inocentes pero que entre tanto fracaso deportivo, nos reconozca como lo que somos muchos, unos amantes de ese deporte que se ha convertido en más que un juego un ritual que los arqueólogos del futuro tendrán que descifrar.
y disfruten del fútbol
Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Página de Historias de Fútbol
3.- Fútbol y política
4.- La persecución del poema y la poesía por Redolés (citado en la primera historia)
2 comentarios:
Esta es una buena película chilena. Me gustó mucho y que bueno que la comentas.
El poema de redolés que citas, es sencillamente genial y divertido.
Saludos,
Me gustó la de los chiquillos que se quedan con la pelota....jajjaja...notable!
saludos estimado!
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