La justicia no es divina, es un invento que los hombres creamos para sentirnos y tratar de ser iguales, este viernes veintiuno a las ocho de la mañana se sabrá si Fujimori es extraditable a Perú. La ley es firme (se supone) y la justicia ciega, el problema es que a veces prefiere no ver las atrocidades, como las que en Perú se hicieron bajo el decenio de este señor (pronto hablaré del documental de este caso).
Hay otros presos que por situaciones del destino se encuentra en el momento preciso y desafortunado, para ser descubiertos en errores de los que no necesariamente son culpables. Jim Jarmusch los reúne para crear una historia pulcra de tres presidiarios que van fundiendo una "amistad circunstancial" por el peso de las tres paredes y el muro de barrotes.
Zack (Tom Waits) un discjockey a mal traer de una radio local, en medio de discusiones con su pareja, se le ofrece manejar un auto hasta la frontera. Por su parte un parte un proxeneta llamado jack (John Lurie) le ofrecen una nueva "adquisición" y un italiano llamado Roberto (Roberto Begnini) no entiende mucho inglés y se dedica a jugar villar. Los tres caen en las manos de la policía por diferentes estupideces, sólo malos entendidos y trampas hacen que estos tres sujetos se encuentren sin libertad.
Esa es la historia de Down By Law... ¡suena simple verdad!, pero la trama es lo que menos importa al lado de la belleza propiamente tal. Esta película hubiese sido horrible en colores, el alto contraste de la fotografía de Roby Müller transforman la historia en una danza de grises entre el blanco intenso y el negro profundo. Al sonido de la música de los mismos actores, el cine se vuelve simple y honesto al mismo tiempo. ¿La magia de las cosas simples, es la belleza del cine de Jarmusch?.
La libertad, es un derecho que pareciera no existir pero que se hace urgente en cada momento, en cada cosa que uno sueña, en cada cosa que se crea. En esos escasos metros cuadrados los presos buscan su libertad desde el sueño de Jack al contar como será el día en que sea libre, es cada cuña en la pared de zack y es la ventana imaginaria de Roberto. Cada pequeña dosis de libertad es un instante de felicidad, es un juego de cartas o gritar a todo pulmón un trabalenguas. Es sentirse querido al menos por tus compañeros de celda, es sentirse vivos en un día distinto.
Al final la libertad se convierte en la ampliación de la cárcel, la liberación aparece con el amor que Roberto encuentra en Nicoletta (Nicoletta Braschi) que dicho sea de paso es la esposa de Begnini; en medio del camino ser libre es el deseo y el sueño de los que creen que la justicia existe. Para los que cada día creo menos en lo justo... nos mantenemos a base de pequeñas dosis de libertad, como dibujáramos la ventana en el muro de nuestra existencia y en la prisión de nuestros sentimientos... ¿No será hora de liberarnos?-
Saludos a todos
Zack (Tom Waits) un discjockey a mal traer de una radio local, en medio de discusiones con su pareja, se le ofrece manejar un auto hasta la frontera. Por su parte un parte un proxeneta llamado jack (John Lurie) le ofrecen una nueva "adquisición" y un italiano llamado Roberto (Roberto Begnini) no entiende mucho inglés y se dedica a jugar villar. Los tres caen en las manos de la policía por diferentes estupideces, sólo malos entendidos y trampas hacen que estos tres sujetos se encuentren sin libertad.
Esa es la historia de Down By Law... ¡suena simple verdad!, pero la trama es lo que menos importa al lado de la belleza propiamente tal. Esta película hubiese sido horrible en colores, el alto contraste de la fotografía de Roby Müller transforman la historia en una danza de grises entre el blanco intenso y el negro profundo. Al sonido de la música de los mismos actores, el cine se vuelve simple y honesto al mismo tiempo. ¿La magia de las cosas simples, es la belleza del cine de Jarmusch?.
La libertad, es un derecho que pareciera no existir pero que se hace urgente en cada momento, en cada cosa que uno sueña, en cada cosa que se crea. En esos escasos metros cuadrados los presos buscan su libertad desde el sueño de Jack al contar como será el día en que sea libre, es cada cuña en la pared de zack y es la ventana imaginaria de Roberto. Cada pequeña dosis de libertad es un instante de felicidad, es un juego de cartas o gritar a todo pulmón un trabalenguas. Es sentirse querido al menos por tus compañeros de celda, es sentirse vivos en un día distinto.
Al final la libertad se convierte en la ampliación de la cárcel, la liberación aparece con el amor que Roberto encuentra en Nicoletta (Nicoletta Braschi) que dicho sea de paso es la esposa de Begnini; en medio del camino ser libre es el deseo y el sueño de los que creen que la justicia existe. Para los que cada día creo menos en lo justo... nos mantenemos a base de pequeñas dosis de libertad, como dibujáramos la ventana en el muro de nuestra existencia y en la prisión de nuestros sentimientos... ¿No será hora de liberarnos?-
Saludos a todos
Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Sobre Jim Jarmusch
4.- El poster de Down By Law
5.- John Lurie
6.- Escenas escogidas para el blog.
5 comentarios:
Por fin!!!!!
nunca te podia escribir algo pasaba con tu pagina parece..
Puchas no lei na, porque solo queria dejarte un saludito 18chero y agradecerte tus saluditos...
Pa' la otra leo todito, te lo prometo!!!!
saluditos
un beso
escribi "saluditos" como 10 veces jajajajja
te dejo un saludo
jajajaja
oye y cuando el cafe prometido????
Rodri: Necesito esta película...me fascina Tom Waits como músico..lo has escuchado???? Si puedes consigue el disco Swordfishtrombones que es del ´83...algo viejo pero indispensable.
Otra cosa, veo que no soy la única que sigue esperando tus promesas, ya sean del tipo cafesísticas o presenciales jejejeje.
Besos,
K.
Rodri: Necesito esta película...me fascina Tom Waits como músico..lo has escuchado???? Si puedes consigue el disco Swordfishtrombones que es del ´83...algo viejo pero indispensable.
Otra cosa, veo que no soy la única que sigue esperando tus promesas, ya sean del tipo cafesísticas o presenciales jejejeje.
Besos,
K.
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