Como las películas de la vida, también existen los viajes de tu vida… hasta ahora uno de los más maravillosos lo realicé en el año 2004, a México… de dicho viaje tengo miles de recuerdos que no sólo son imágenes… Ciudad de México tiene eso que te empapa de alegría… es la capital que se encuentra al otro extremo de América Latina y eso para un país que se considera tan austral como Chile es una caja de pandora. Los Aeropuertos siempre están cargados de sueños y esperanza… el embrujo de viajar comienza realmente desde ese momento… cuando ya se cruza el umbral de todos los timbres… ya eres extranjero… y la llegada a esa ciudad tan grande en que en las luces parecen un campo estrellado me hizo sentir en el cielo. De a poco el taxi que me llevaba al Zócalo me fue mostrando la grandeza y la belleza de esta megaciudad. Hasta que llegué al hotel al lado de la Catedral y del Zócalo.
A mi juicio una de las mejores formas de conocer una ciudad extranjera es del mismo modo que sus ciudadanos, Aunque los taxistas siempre tienen su visión personal que también enriquece la visión. Así pasó el primer día en México entre la Plaza Garibaldi, el Palacio de los Azulejos ahora también de Sansborns del megamagnate Carlos Slim.
Al otro día caminando cerca del monumento a Benito Juarez, conversando con mi gran amiga Yasna, me puse a contarle una de las historias de amor más lindas que conozco y que cuando la escuché quedó grabada en mi disco duro personal… es que Frida Kahlo y Diego Rivera fueron dos testigos adelantados de América del Sur, y merecen juntos y por separado de todo el reconocimiento que ya tienen por su aporte a la pintura y el pensamiento unitario.
Esa conversación por el DF con mi amiga, nos impulsó hasta el mismo Coyoacán, para vivir por nosotros mismos el encanto de Frida en la Casa Azúl. En un principio estaba nervioso porque muchas de las historias que cuento tienen la mitad de verdad y el otro es invento de lo que armo con lo que alcanzo a recordar. Así que esperaba que la historia de Frida que yo le contaba a mi amiga fuera similar a la que veríamos en la casa de Frida. Caminando por Coyoacán hasta la calle Londres con Allende llegamos a la famosa Casa Azúl.
Salma Hayek interpreta esta hermosa historia de Frida Kahlo que llevó el dolor, el amor y la alegría al color de sus cuadros. Desde el accidente que provoca la inflexión en su vida debido a todos los problemas de salud que le acompañaron desde ese momento; época en que comenzó a pintar sus primeros autorretratos que en un comienzo fueron muy realista, pero que al avanzar la postración comenzaron plasmar dentro del bastidor sus sueños, sinsabores y anhelos.
Diego Rivera ya en ese tiempo era uno de los grandes muralistas que coloreaba México y el mundo… Era la época de los sueños, la de la revolución social, Diego como Siqueiros y Trotsky, el revolucionario soviético ahora en el exilio stanliniano. Construían poco a poco las ilusiones del desarrollo unitario de las clases.
Para Frida el segundo accidente de su vida fue enamorarse de Diego Rivera, el amor entre el gordo mujeriego y la niña Frida se transforma en un volcán de creatividad, pasión. Pero también de Infidelidades mutuas por una parte de Diego con la hermana de Frida y por otra Frida con el mismisimo Trotskiy con otras mujeres.
Es que la vida de Frida es sinónimo de la revolución, ella misma fue una revolucionaria en el arte, la política y el sexo. Una mujer valiente que no le tuvo miedo al dolor, enamorada de su cultura popular, del color y de Diego Rivera. El amor de ambos provocó la sinergia que elevó a la cultura latinoamericana hacia todos los confines.
Eso lo percibimos en la Casa Azul de Coyocán, en su cama triste, en el patio de su casa, en sus pinturas y sus vestidos… Frida Kahlo fue el souvenir más maravilloso que México me regaló en esos días… y la película de Frida (pese a que lamentablemente fue hecha en inglés) me recuerda siempre los lindos días vividos en la ciudad de la gente amable de Ciudad de México y en especial de Coyocán.
2 comentarios:
Me encanta tu blog. Es realmente interesante y hermoso leer como vas tejiendo la realidad con las películas que te mueven.
Cuando regreses a México, no se te olvide darte una vuelta por las provincias... que estamos llenas de historia y belleza.
Por otra parte también muero por conocer el lejano sur. Mucho de su arte me mueve..
Saludos.
Maravilloso Blog...no sé como llegué a el...
pero ha sido un fascinante viaje por las peliculas de la vida...
por que la vida propia es uan cinta de cine...
un abrazo
Marcela
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