martes, 22 de junio de 2010

GRITOS Y SUSURROS

Este largo cansancio se hará mayor un día,
y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir
arrastrando su masa por la rosada vía,
por donde van los hombres, contentos de vivir...

Sólo entonces sabrás el por qué no madura,
para las hondas huesas tu carne todavía,
tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.

Se hará luz en la zona de los sinos, oscura;
sabrás que en nuestra alianza signo de astros había
y, roto el pacto enorme, tenías que morir...

Recuerdo perfectamente cada detalle de la muerte de mi abuelo, en un momento mencionó su nombre completo, su edad y cuando había nacido... como si hubiese aparecido el fantasma de la muerte a pedir sus datos... después de una semana con la conciencia perdida, algunos se alegraron de ese momento de lucidez, pero otros entendíamos que era su despedida, a la media hora dejo de existir, una mirada hacia el ángulo que daba el muro y el techo, como última impresión y la despedida... después el proceso de vestir, llamar a las pompas fúnebres y todos los ritos que eso conlleva. Son momentos que en la vida a todos nos tocará vivir con los que amamos.

A principios del siglo XX en una mansión familiar sueca se reunen después de años Agnes (Harriet Andersson), Karin (Ingrid Thulin) y María (Liv Ullman), el cáncer de Agnes se encuentra en una etapa definitiva, por lo que sólo es atendida desde hace doce años por su sirviente Ann (Kari Sylwan). Ellas caminan por el prado, recordando momentos de la niñez, de su hermosa madre y los días en que la vida parecía ser tan larga que la muerte era algo lejano y desconocido... los años han pasado y las muertes se han encargado de alejar los motivos para reunirse. Ahora que Agnes comienza a preparar su despedida se funde una nueva razón para estar juntas, y vivir los días que quedan para que todo cambie en la gran casa que acunó los primeros días de cada una.

Siempre me llama la atención que pese a que seamos hermanos, nuestras personalidades sean tan distintas en éste caso igual Karin con una mirada fría, seria con una personalidad hostil; mientras que María es todo lo contario una mujer insegura y frívola. Ann es quien más quiere Agnes, ambas están solteras y tienen un amor lésbico que parece ser más porque comparten sus soledades. Con esas formas de vivir los días parecen ser distintos para cada una... Karin y María con matrimonios infelices, un odio mutuo subterráneo y un alejamiento de dios, la fe y el amor.

Los recuerdos se funden en un rojo como el de las paredes, para descubrir cada visión que los personajes tienen acerca de la vida en el momento en que la muerte cercana de Agnes parece tocar las fibras más íntimas de cada una. El momento es intenso... los gritos de dolor de Agnes son cuchillos a la vista común y la muerte llega silenciosa, definitiva y reveladora. Es el momento para llorar, se viste al cadaver y se deja descansando en paz, para comenzar el velorio. Las hermanas se dicen verdades pero también se abrazan, se perdonan y se tocan con el cariño del perdón, en uno de los momentos más estremecedores del cine de Bergman.

La pena de Ann es tanto por la ausencia, como por la pérdida del amor, entre la fantasia de la resurrección y las ganas de querer que lo que pasa sea una ilusión, las palabras de Agnes aparecen nuevamente llaman a cada una, piden un beso, una palabra y una mirada. La muerte una vez más aparece en el cine de Bergman. Ese momento cúlmine en que todo lo que soñamos y creamos, se detiene para cambiarlo todo, a lo mejor para un viaje a nuevos planos, o simplemente para perderse en el olvido opara vagar por nuevas mentes. Nos deja un cuerpo desnudo que comienza a endurecerse para dar paso a la tierra, sin importar que tan importantes o insignificantes fuimos... la muerte para Bergman es el momento más importante de las vidas. En ese breve instante se resume en esa mirada final que queda suspendida por la eternidad.

Saludos a todos.

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Viskningar och rop en Wikipedia
4.- Trailer

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