Hace unos días atrás me compré un smarthphone, caí rendido frente a la manzana del pecado original, la mordí y quedé maravillado. Una amiga antes de comprarlo me decía ¿Necesitas un Iphone?, y yo le respondía... ¡Quién puede necesitar un iphone!, es un capricho que uno quiere, esa necesidad de tener un teléfono con internet, juegos y otras cosas es simplemente un juguete para grandes.
Yo pensaba que en algún momento de la vida iba a encontrar que jugar era algo para niños, con el tiempo he descubierto que nunca me he aburrido de jugar juegos, como si mi generación que nació con el juego en computadores y consolas de video, fue marcada hasta la eternidad con la entrentención virtual, así en mi nuevo teléfono tengo juegos, como en el computador y... esto mismo de ver películas y contar lo que me pasa con ellas es parte de mi juego... ahora mayor entiendo que siempre tendremos la necesidad de entretenernos, de jugar e imaginar que con un poco de reglas podemos lograr nuevas cosas, triunfar, ponernos a prueba y tratar de tener nuevas experiencias.
Tal vez por lo mismo es que la empresa de juegos Antena ha creado un nuevo juego de realidad virtual que se está presentando en una sala que parece ser una vieja iglesia, o un templo en que en el lugar que estaba el altar ahora se disponen sillas en media luna para disfrutar de la nueva experiencia y para ello nada mejor que estar con la mayor diseñadora de juegos Allegra Geller (Jennifer Jason Leigh) que inaugurará el nuevo juego eXistenZ, un nombre con sonido onomatopéyico pareciera escucharse la palabra existencia. La presentación del juego necesita voluntarios que sacan unas consolas que -al estilo Cronenberg- parecen ser unas alimañas con vida propia. Mientras los jugadores entran en un trance que los aleja de esta realidad. Pero en esa extraña realidad es que se para un joven para asesinar a Allegra disparándole un tiro, en medio de la onmoción el encargado de seguridad Ted Pikul (Jude Law) se encarga de sacar del lugar a Allegra y llevarla a un espacio más cuerdo en que no sufra daños.
En el camino Allegra descubre que Pikul nunca ha jugado los nuevos juegos virtuales, cosa que a ella le sorprende y le mira con desprecio, su encargado de su defensa ni siquiera tiene instalado un bioport para entrar en la realidad virtual. Es que no cualquiera parece hacerlo porque hacer una perforación en la médula espinal para instalar el "joystick" con un cordón umbílical ahora no parece algo muy sano, pero en un futuro cercano se acepta más. Pero el mundo virtual tambiés es peligroso y muchos están coludidos para lograr que eXistenZ no funcione y que muera Allegra, como si fuera el personaje ícono de lo malo... así en ese ambiente confiar en alguien se hace cada vez más complicado, pese a ello recurren a primero a a ayuda de Gas (Willem Dafoe) que los traiciona y luego quien ayuda a revivir la consola con Kiri Vinokur (Ian Holm) quien después los lleva a un lugar seguro para que se puedan conectar en el mundo de eXistenZ.
Pero al entrar en el juego el mundo parece más distinto, de hecho Pikul se ve más decidido y acertivo, como un verdadero héroe, es que la realidad virtual parece envalentonarnos en cada rol que la existencia no es capaz de vencer por si misma, en ese mundo Yevgeny Nourish (Don McKellar) parece señarlarles la senda en que hay que seguir, mientras Pikul aparece en una fábrica faenando animales irreales para armar partes de algo desconocido. Lo curioso es que todo parece como si él lo supiera hacer desde siempre. Así es el mundo virtual, en el se asesina a traidores con armas de carne que disparan dientes y se tienen poderes intuitivos más fuertes. Como si la vida diera otra oportunidad, como una fuerza inmortal, como eso desconocido que nos hace querer más, los juegos han ido invadiendo esa eterna niñez que aún seguimos buscando como el refugio de lo que más nos protege del mundo hostil que parecieramos tener, cuando ya no nos queda nada para abrigarnos y sentirnos seguros parece que el tener nuestras pequeñas victorias... aunque sean virtuales nos ayudan a hacer de la vida algo distinto.
Soy esa noche de placer, la de la entrega sin papel. Soy tu castigo. Porque en tu falsa intimidad en cada abrazo que le das sueñas conmigo. Soy el pecado que te dio nueva ilusión en el amor. Soy lo prohibido. Soy ese amor que negarás para salvar tu dignidad. Soy lo prohibido. (Roberto Cantoral, Francisco Dino López Ramos)
A lo mejor desde el momento que nos dijeron que hay cosas que no podemos hacer, es que deseamos constantemente hacer lo contrario. Como un pecado original se adquiere un inmenso deseo por lo prohibido, así ha pasado que dan ganas de hacer cosas que sabemos que están en contra de lo establecido desde lanzarle una piedra a un carabinero. Hasta tener sexo con algunas mujeres, lo que no debemos tiene ese encanto asesino que nos persigue de los momentos más crudos que cada uno lleva dentro de su mente.
Algunos son más audaces como Catherine Ballard (Deborah Kara Unger) que se encuentra en un hangar donde los aviones en mudo silencio son testigos de ese sexo oculto que ella tiene con un hombre, aunque pareciera ser que el placer parece estar más cerca del contacto del frío metal del avión que el cuerpo del amante. En una escena que pareciera ser el comienzo de una película pornográfica, en realidad por el camino que avanzaremos está cercano al erotismo más intenso de Cronenberg mezclado con el retorcijo de fierros y cables con olor a metal. Pero la adrenalina del momento parece llevar a cada uno por los caminos más profundos del sexo, mientras en pleno proceso de rodaje se busca incansablemente a James Ballard (James Spader) para que analice una escena, cuando en realidad el se encuentra en pleno encuentro con una mujer. Pero como si les excitara más después James y Catherine prefieren conversar en el balcón de sus infidelidades mutuas para seguir creyendo en su relación.
Pero en medio del camino mientras James trata de leer parte del guión de su trabajo una desconcentración lo hace estrellarse con otro auto, provocando que saliera eyectado desde el otro auto una persona, son esos momentos extraños en que no se sabe que se está viviendo, si se está vivo o muerto, si podrás seguir caminando o quedarás postrado para siempre, si ha pasado un segundo o horas. En medio de ese extraño instante James se fija que al frente tiene a una mujer en la misma situación mostrándole un pecho. Como si fuera una atracción a primera vista... así es como James se conoce con Helen Remington (Holy Hunter), luego de unos momentos quieren recuperar ese momento tan distinto que recurren a sus chatarras para tratar de retomar ese instante único entre la vida y la muerte que provoca un choque.
Algunos pensarán que ellos son locos, pero después de ver que la gente paga por saltar en los puentes en benji, lanzarse por placer en paracaídas, subirse a las montañas rusas, voy entendiendo que nuestro gusto por la adrenalina puede ir más lejos de lo que creemos, así que no es descabellado querer sentir el sentido que produce un choque con otro auto, tal vez por eso que tanto James como Helen se van haciendo amigos de otros fanáticos de la muerte, que recrean accidentes famosos como el de James Dean o el de Grace Kelly, así vivir cerca de la muerte se vuelve un fetiche exitante. Porque saber que tu muerte está más cerca parece envalentonar a algunos para hacer lo que les falta, para tener el sexo más pasional porque podría ser la última vez. Ese extraño mundo de choques y sexo es el que se retrata en esta extraña historia que Cronenberg una vez más sabe llevar con toda la crudeza que sólo el sabe mostrar... no se puede pasar desapercibido por un mundo tan extraño como el de Crash.
Con el amor y con la razón
De mucho amor, no de sin razón
En la razón de tu corazón
Y en el amor de tu co-razón
Eduardo Carrasco - Roberto Matta
Hay un momento en que la atracción parece ser superior a cualquier sentimiento, son esos primeros momentos del inicio de una relación en que todo es tan maravilloso, en que uno siente ese cosquilleo en el estómago y los días son más cortos. En ese momento lo que menos entendemos son las razones... bueno algunos no las entendemos mucho y por más que nos digan que no vamos por el mejor camino seguimos insistiendo más por instinto que por razón. Cosas similares son las que le ocurren a conocidos que siguen por razones que ni la conciencia entiende en casos de violencia de parejas, diferencias en las proyecciones o de conciencia. Sin embargo ahí, pese a todos los comentarios, se sigue en los mismos errores que el corazon dicta sin razón.
Puede ser que eso le pasó al diplomático francés en China René Gallimard (René Gallimard) que en una tarde mientras asistía a una fiesta de una embajada quedo encantado del canto y la personalidad enigmática de una cantante china. La pieza que cantaba era un aria del acto III Madame Butterfly de Puccini, como si fuera una ironía la opera que trata del amor entre una japonesa y un soldado estadounidense, el amor entre el francés y la china parece comenzar a encenderse. La mismo opera sabe que la historia termina mal cuando con un cuchillo Cio Cio San se hace un Harakiri. Como un mensaje enviado desde un siglo de anticipación lo impetuoso que parece ser Gallimard le supera, cosa que le sorprende hasta a su esposa Jeanne Gallimard (Barbara Sukowa), el siendo bastante honesto le cuenta a ella que le llamó la atención una cantante de la fiesta.
En general la vida de diplomático está llena de suntuosidades que el tiempo las va convirtiéndo en necesidad, en esa inmunidad pareciera que uno puede tener mayores privilegios que el común de la gente. Por lo mismo los días en que Mao Zedong dominaba China, la nueva pareja entre el francés y la actriz china parecía ser algo intenso, pese a la mojigatería que parece tener Song Liling, así como la conoce a ella comienza a amar el teatro y la cultura china, al mismo tiempo que en su trabajo burocrático investigaba algunas irregularidades de la embajada. Pero en el mismo momento la Revolución Cultural comienza a asaltar su garra alta y fiera contra los profesores y artistas, entre ellos Song.
Pero el destino se encargará de irla alejando del camino, pese a que René la seguirá amando y recordándose cada vez que oye la opera de Puccini. ¿Ahora quien es Butterfly?, ¿la M es de Madame o Monsier? porque entre tanta espera René parece no querer resignarse a la pérdida definitiva, pero las desilusiones son fuertes y la vida puede ser capaz de las revelaciones más crudas y desgarradoras. Uno puede estar inmerso en un engaño como nadando en el medio de los océanos sin ver la orilla. Así está René después de enterarse de quien realmente es la cantante del teatro chino. No siempre es bueno enamorarse... algunos creen que eso significa tener demasiado amor, pero a veces es una enfermedad de largo plazo que puede llevar por los senderos más oscuros de la mente y la obsesión. Por eso como decía el pintor Roberto Matta... hay que usar la Co-Razon cuando se ama.
(Publicado originalmente el 15 de noviembre de 2008)
Uno de mis primeros encuentros con David Cronenberg fue cuando leí la metamorfósis, y no es que el canadiense hubiese escrito el libro de Kafka, es que estaba tan sorprendido de su mundo oscuro y repugnante que la lectura era incomprensible en esa niñez, eran los mismos días en que el cine mostraba La Mosca, y el horror de ese remake que vi cuando chico y que leí en las historietas fuera tan real como Gregorio Samsa en esos relatos de Praga.
Así aprendí a querer a los monstruos porque en ellos la belleza es un desafío más fuerte y lo que entregan es lo que realmente importa, es una hermosura distinta con mayor intensidad que esa que se esconde en otros envases.
Ahora Kafka, Cronenberg y Burroughs son cosas muy parecidas para mi, algo repugnante que atrae, como lo desconocido y lo rechazado por la sociedad... no
es facil expresar con palabras ni con imágenes el asco, el olor y la forma de algunas cosas... por eso el sonido cadencioso del saxo, como la mas negra de las historias del cine negro.
Como homenaje y paseo la vida de William Lee,
siempre estamos paseando por la vida de Burroughs, entre su pasado y el que fue su presente por esos días... desde la profesión de exterminador de insectos, hasta sus extraños momentos onírico- delirantes, se refleja en lo que se hace y lo que se escribe. Algo no anda bien... eso lo sabe William cuando su insecticida se termina antes, como si alguien lo estuviese usando sin que el lo note.
Todo va mal cuando descubre que es su esposa, una adicta al insecticida, pero en un momento determinado, mientras tanto desde una caja de zapatos el jefe transformado en un coleóptero mosntruoso ordena a Williams asesinar a sus esposa... todo se vuelve un viaje atormentado, hay culpas y sinsabores, que llevan a William a lo más oscuro de la vida... esa interzona, como Tanger en el norte África, todo parece convertirse en un lugar de paso. Una especie de Mos Eisley en Tatooine en que los especímenes caminan con los humanos y son amigos. En que las maquinas de escribir ya se convertían esos monstruos... como hoy los computadores nos han aprisionado con sus ordenes.
Así William comienza a escribir sus informes de espionaje desde esas máquinas de escribir mosntruosas, que se violan entre si, que se vuelven insectos, en que las mujeres son hombres, en que los muertos reviven con otros nombres, en que lo irreal es parte de lo normal y donde no hay más explicaciones que las propias culpas, como el mundo de Cronenberg una vez más como un cine que parece complejo y denso, pero sólo se trata de pesadillas y de nuestros peores momentos... esos que odiamos... pero que hay que vivirlos para amar y desear los otros buenos momentos que llegarán.
Más de una vez nos ha tocado encontrarnos con gemelos, en algunos casos me tocó que de ambos yo era amigo de uno de ellos y no sabía distinguir cuál era cual, es que en unos primeros momentos es parte común de sus juegos confundir a la gente haciéndoles creer que son el otro, vistiéndose igual incluso he conocido algunos que hasta van a dar exámenes por el otro y en fiestas bailaban ambos con la misma persona sin que el o la elegida lo supieran. Para nosotros los que nacimos de un embrión no particionado nos resulta sorprendente ver como existen personas que tienen su reflejo vivo, actuando ambos como si fuesen un complemento. Como si ellos renunciaran a ser una persona asumen de por vida que son dos seres iguales.
En ese mundo de espejos vivían Beverly Mantle (Jeremy Irons) y su hermano gemelo Elliot Mantle (Jeremy Irons) desde siempre, con sus conjeturas sexuales de la fertilidad y reproducción, sus juegos los llevaban por un mundo claro hacia la medicina ginecológica. Los gemelos ya en la época universitaria se hicieron famosos por sus instrumentos de trabajo, a veces parecían sacados de la inquisición por sus formas torturantes pero otros con mayor éxito. Pero ya en esos momentos se estaba generando también la personalidad que llevarían ambos en cada surco del camino que seguirían. Por una parte Elliot posee una personalidad fuerte que lo ha hecho conocido y merecedor de los logros científicos, mientras que Bev ha tenido mucho más bajo perfil, pero al parecer es el verdadero cerebro de los avances científicos que han realizado. Elliot tiene mayor éxito con las mujeres a diferencia de Bev que termina acostándose con ellas después de confundirlas con sus personalidades. A ambos les conviene que esté el otro uno piensa el otro actúa… pero estas relaciones de dependencia pueden jugar malas pasadas.
Todo los problemas comienzan a gatillarse cuando en una de las sesiones de atención del doctor Bev Mantle la famosa actriz Claire Niveau (Genevieve Bujold), se atiende para ver la posibilidad de tener hijos, pese a que ya tiene todo lo único que le falta es la descendencia. Al examinarla Bev descubre algo extraño en su vientre, por lo que le indica que ya vuelve. Lo que en realidad Bev hace es llamar a su hermano para que lo suplante y vea que necesita. Ella no nota la diferencia entre ambos hermanos (nosotros al principio tampoco), después de reconocer la infertilidad de Claire, Bev se comienza a enamorar de Claire, a pesar de que fue su hermano el primero que tuvo sexo con ella haciéndose pasar por Bev. Por primera vez el tímido de los Mantle siente la necesidad de salir de la sombra.
Pero ¿cómo puede tratar de volar un ave vieja que no fue capaz de hacerlo cuando debía?, ahora mayor puede caer fácil en la trampa de los celos, volverse un adicto a las pastillas o las drogas. Así la vida se vuelve más terrible de lo que se era, no siempre el amor nos llena de cosas maravillosas, también contiene egoísmo, idolatría y ceguedades que pueden llevar a tropiezos. Los gemelos Mantle están caminando por caminos terroríficos en que todo va camino a un mortal precipicio de muerte y degradación. Cronenberg toma una historia real, adaptada del libro “Twins” que narra la vida de los gemelos Marcus de 1975. Tal vez nosotros sigamos sin entender esa dependencia vital que tienen los hermanos gemelos de cada uno… pero en esta historia oscura parece guiarnos por ese camino dual que pese a ir por el mismo lado puede ser tan retorcida como los instrumentos quirúrgicos que los hermanos Mantle inventaron.
Cómo puede ser
que cambie tanto un hombre de parecer,
que de repente el delirio se le murió,
que de prejuicios y esquemas se intoxicó.
Tanto que se mató
y ahora todo lo andado se le olvidó.
Luchando contra el constante “no puede ser”,
y ahora las mismas trabas las pone él. Santiago Feliú
Estamos tan acostumbrados a ver obsesiones que a veces algunos hasta las aplauden como si fuera algo bueno. En un mundo cada vez más lleno de competencias en que el que gana más dinero es el mejor, no es raro ver algunos casos patéticos cercanos de personas que son capaces de vender hasta la esencia de si mismos para creer ser mejores. Esa metamorfósis hace que por un poco más de dinero sean capaces de negar a sus amigos, traicionar y engañar.
Tal vez el afan de conquistador que muchos llevan dentro fue lo que hizo que el cientídico Seth Brundle (Jeff Goldblumm) le hiciera llevar hasta su departamento a la periodista Veronica Quaife (Geena Davis). Después de unas copas, para pavonearse le cuenta a la reportera su nuevo experimento, así logran teletransportar una media desde un extremo a otro desde unas cápsulas que laman Telepod. Verónica queda impactada de lo que acaba de ver y decide comenzar a reportearlo. Es en ese momento en que Seth descubre que ella es periodista y trata de detener su trabajo. Pero después entiende el poder que ella posee y le propone que documente los avances que el científico esté realizando.
Pero la vida de Verónica tampoco está tan simple porque ella se ha separado de Stathis Borans (John Getz), mientras ella tiene claro que la relación terminó, él continúa amándola, pero los celos a veces pueden ser mutuos y los hombres cuando somos celosos podemos llegar a actos irracionales que pueden dañar, Stathis se quiere adelantar y mostrar el reportaje de la teletransportación antes, lo que provoca la ira de Verónica, pero al mismo tiempo al ver Seth que no su nuevo amor se anda reencontrando con su viejo novio, entra en celos y decide ser el primer ser humano en transportarse en su propia máquina. El resultado parece sorprendente, al menos se lo grabó para que después ella lo vea, unos instanstes después regresa Veronica y pese a la desilusión de no estar cerca en ese momento tan importante, celebran el gran momento.
Los resultados parecen sorprendentes, ahora Seth tiene una potencia sexual impresionante, una gran vitalidad y poderosa fuerza física, pero también la aparición de unos gruesos pelos en su espalda, pero con los días va descubriendo que sus uñas comienzan a caer y su piel a generar llagas, al revisar la computadora descubre en su primera transformación el cuerpo en el telepod había una mosca que al teletransportarlos fusionó ambos cuerpos. Desde ese momento la historia se convierte en una nueva metamorfósis kafkiana, en que el cuerpo va degradando los pensamientos, la soledad comienza a ser más patente y se comienza a desconfiar más de quien se ama más. Así el asqueroso ser en que se ha convertido Seth, trata de salvarse a toda costa aunque sea transformando a los que se han dedicado a amarlo pese a todo. La Mosca de Cronenberg es una de sus películas más reconocidas, pese a ser un remake de la historias de kurt Neumann. Ahora no se necesitan telepods ni moscas para ver como algunos se transforman... hay cambios más asquerosos más cerca y más peligrosos que la imaginación de Cronenberg aún no logra retratar.
Desde el día que me alumbra, hijo me llama la muerte
y así repite mi suerte entre penumbra y penumbra.
Pero la luz me deslumbra y siento afán de guardarla,
de rehacerla y sembrarla para que nazcan ventanas.
Y salgo a fundar mañanas pese a la muerte y su charla. (Silvio Rodríguez)
Al abrir el Facebook la semana pasada me encuentro con un mensaje de un compañero de colegio que me indica que lamentablemente falleció un compañero, Roberto yo no lo podía creer, porque hace un par de semanas había chateado con él y siempre sentí su presencia por ser amigo de mi blog, cuando agregaba una publicación el colocaba "me gusta", por lo que me puse a mirar su perfil y exactamente, estaba lleno de mensajes de despedida y como el lo indica, su muro pasaría a ser su biografía, como pensando que su vida terminaría pronto. El día anterior un par de amigas me habían contado de otro conocido que a los treinta y cuatro le dió un derrame cerebral y también falleció... así fue el fin de semana de despedidas, la hija de un actor famoso muere a sus seis años, una periodista reconocida de Chile juega cartas con su hijo y luego tiene un ataque al corazón y un famoso y longevo comentarista tambien se va esta vez ya por su desgaste de más de noventa años de trabajo.
Con todos esos casos en menos de 5 días agradecí despertar otra mañana, porque no todos podemos darnos el lujo de seguir vivos y tener otra oportunidad para volver a empezar.
En el caso de Johny Smith (Cristopher Walken) un profesor de colegio todo parecía normal, tenía una bella novia llamada Sarah (Brooke Adams) y una vida tranquila en New England, Estados Unidos. El amor entre ambos estaba por buen camino, aunque en una montaña rusa no se siente tan bien, puede ser el vértigo o ver como en el futuro le cambiaran en cada instante las perspectivas que su salud no se aprecia tan bien, esa misma noche Sarah le dice que se quede en su casa pero John prefiere tener una noches más especial para "consumar" el amor, esa misma noche al regresar a casa un camión volcado se cruza con la dirección del auto de John provocando un grave accidente.
Al despertar Johny parece ver todo normal, salvo por un detalle que le hace ver su madre, han pasado cinco años y la vida no es la misma. Johny estuvo por un lustro en estado de coma y despertó en un mundo distinto Sarah se había casado con otro hombre, tenía un hijo y ya no tenía su empleo en el colegio. Ahora que despertaba de lo que para el fue instante todo sería más difícil, hasta que en un momento al sentir el tacto con una enfermera comienza a sentir un fenómeno extraño, una alucinación lo transporta a una habitación llena de fuego en que una niña está a punto de morir quemada. Johny comprende que la niña es la hija de la enfermera y que la situación está ocurriendo ahora mismo, por lo que le indica a la mujer que llame a los bomberos, quienes oportunamente salvan a la niña en el incencio.
Así Johny descubre que su vuelta al mundo de los conscientes viene con algo especial, cuando toca a las personas puede predecir tragedias, por lo que su fama como psiquico comienza a ser famoso en la ciudad, un policía le pide ayuda para que se resuelvan casos. El al contrario ve en esta cualidad una nueva carga más a su desgraciada vida, le llegan cartas de diversos lugares pidiendo ayuda pero el prefiere mudarse, tratar de hacer otra vida, enseñando a niños en forma particular y tratando de pasar inadvertido. Pero el ver como un asesino en serie sigue rondando por su barrio decide aportar en lo que sabe.
Johny comienza a percibir que lo que le ocurrió no fue una desgracia, Sarah tenía el derecho de vivir una nueva vida y que él saliera del coma era con la misión de salvar, en realidad lo que Johny ve en cada persona no es su deceso, más bien ve la zona muerta ese instante preciso entre vivir y morir que todos tenemos en cada instante, en cada decisión que tomamos estamos expuestos a morir todos los días, en cualquier momento. Johny ahora que sabe su destino sabe que debe tratar de salvar vidas. La zona muerta es una historia de Stephen King que por muchos es considerada como una de las mejores adaptaciones realizadas a su obra. Es una redención desde la blanca tiniebla del despertar con un mundo solitario hasta la salvación de vidas...
La muerte ronda conmigo hasta muy tarde en la noche.
Yo voy a pie y ella en coche, silenciosa, de testigo.
Sabe que soy su enemigo,su hijo desobediente.
Por eso silba entre dientes una tonada de aviso.
Y yo aún sin permiso, sueño más resplandeciente.
(Publicado originalmente el 31 de Julio del 2007) Al periodismo lo llaman el cuarto poder del Estado. Es que la información en sí es un poder y quienes la poseen o la distribuyen poseen por defecto una cuota de poder. De los medios uno de los más influyentes (junto con el cine) es la televisión la que, en el caso de Chile, ha sido la especialista en atemorizarnos con la delincuencia, destruir y construir mitos de cualquier persona.
En los años ochenta cuando en Chile todavía se utilizaban los televisores IRT que se cambiaban con un alicate, Estados Unidos ya tenía televisión privada con cientos de canales y los videotape estaban comenzando su apogeo.
En esa época extraña de Ronald Reagan apareció Videodrome, un programa extraño que se transmitía por una señal que las ondas captaban. El programa consistía en mostrar torturas, violaciones y otras situaciones... por supuesto en una señal privada.
¿Qué pasa al mirar tanto la muerte?... siento que sentir la muerte ajena tan cerca, aleja de la vida. Es una situación que al parecer los médicos la viven a diario. En general la muerte ayuda a crecer... pero en el caso de quienes viven o lucran con la muerte, parecen vivir una alienación que les va haciendo perder el respeto por ese momento tan definitivo.
La necesidad de proyectar algo más fuerte hace que Max Renn (James Woods) se encuentre con Videodrome y en la investigación descubre que la supuesta solidaridad para que los mendigos vean televisión, en realidad es parte de un plan de alienación por efecto de los videos. El mundo comienza a verse distinto... el cuerpo comienza a tener formas extrañas, y la diferencia entre lo ficticio y lo real desaparece.
Al parecer siempre vemos lo que queremos ver, y la televisión nos agrega otra adicción, la necesidad de ver copuchas, de mirar, de pasar horas haciendo zapping mirando canales como si fuesen diapositivas. Sin duda es nuestro Gran Hermano... ¿Qué hacemos para no transformarnos en zombies de la programación?. En mercenarios del consumo, ¿qué nos hace sentarnos por horas a mirar como pasa el mundo?. La verdad nuestro videodromo está activado hace muchos años.
El camino por la verdad de Max Renn, lo lleva por caminos difíciles llenos de personas que prefieren seguir haciéndonos creer en la felicidad, pero nuestra propia monstruosidad y sedentarismo nos convierte en bestias, en el ganado de los grandes pastores.
A Cronenberg lo conocí cinematográficamente con la imagen de Scanners, el mismo poster que acompaña esta palabras, se hablaba mucho de la película de la persona que le explota la cabeza sin censuras, ni simulaciones, Ese era el sello que veríamos constantemente en el director canadiense. Era una época en que lo morboso de ver la muerte era casi un tabú, existían unas películas llamadas "Las Caras de la muerte"en que todos comentabamos como morían toreros, como mataban monos para comerles los sesos o los efectos en el cuerpo de un condenado en la silla eléctrica. Nosotros con doce años, en plena época de la llegada de los betamax hablábamos de esas horrendas escenas que por supuesto, no podíamos ver... pero a escondidas lo hacíamos... o bien decíamos que lo hacíamos y comentabamos lo que otros vieron. Pero la idea de ver como un tipo le explotaba la cabeza en una historia era más de lo que alguien puede soportar, ahora que la televisión pareciera mostrar más aún se censura a la hora de mostrar toda la crudeza de las cosas que realmente pasan. Más de alguno tiene amigos bomberos y saben que la frontera entre la vida y la muerte es milimétrica.
Entre escuchar música e irme escuchando en el metro lo que habla la gente, prefiero lo segundo, no porque sea chismoso, más bien porque me trato de poner en sus situaciones y tratar de armar la historia de sus vidas con los pocos elementos que muestran en esos breves momentos. Pero se también que así como yo lo hago hay otros que también hacen lo mismo... algunos van en grupo y se rien entre ellos de otros. En ese momento (y varios más) me encantaría tener el poder de los scanners y explorar el interior de otras personas y leer la mente. Esos que lo hacen son pocos un poco más de doscientos treinta personas, cada una con los poderes telepáticos que podrían dominar la mente de quien se les ponga cerca. Una señora en un centro comercial fue víctima de uno simplemente por hablar mal de la condición de pordiosero que parecía tener uno de ellos. Así fue descubierto Cameron Vale (Stephen Lack) para se llevado donde el doctor Paul Ruth (Patrick McGoohan) que le cuenta quién es realmente él.
El doctor Ruth trabaja en Conse, una empresa de armas y seguridad, la misma que se comienza a develar el secreto de los Scanners, para ello se arma una conferencia de prensa que dara que hablar, el profesor encargado pide un voluntario sin darse cuenta que el elegido tiene el don más desarrollado que el expositor, tanto así que es capaz de reventarle la cabeza en la mítica escena de la historia. Así es como conocemos el verdadero alcance que tiene el poder de Darryl Revok (Michael Ironside). Ahora más visible Revok lo que quiere es aprovechar ese poder para dominar la humanidad. Ese objetivo es el que teme el doctor Ruth por lo mismo enrola a Cameron Vale para tratar de equilibrar el poder.
El problema de los scanners es que escuchan tanta voces que viven atormentados lo único que los calma es una inyección de Ephemerol, la medicina que silencia las voces. Así comienza la busqueda entre Vale y Revok cada uno como si fueran el bien y el mal, pero ¿qué es el bien y qué el mal?. El día que lleguemos a poder leer la mente creo que no andaremos muy alejados de este conflicto entre ambos objetivos. David Cronenberg con esta historia ya comienza a ser parte del grupo de los directores de terror de los años ochenta. En Chile desde ese momento ha sido un director del que siempre se espera su nueva historia... por eso es parte de nuestras vidas en treinta y cinco milímetros.
Nadie puede creer que un tipo tan conocido como el doctor Ramírez Alvarado fuera capaz de hacer lo que hizo, el pediatra tenía su consulta en el centro de Curicó, una ciudad que se encuentra a unos doscientos kilómetros al sur de Santiago. Es que matar a los tres hijos de trece, dieciséis y diecisiete años con una bala en cada cabeza, para luego dispararse sus cincuenta años de vida por la habitación, de modo tal que su esposa descubre, al parecer luego de volver de compras los cuatro cuerpos de su familia sin vida. Se presume que el motivo de semejante decisión fueron los celos.
Llegan a la memoria madres que han matado hijos a martillazos para quitarle a sus parejas lo más importante que tienen, es decir destruirles las vidas. Es impresionante descubrir como vamos convirtiendo nuestras vidas en esa materia putrefacta que el odio va generando… es algo tan peligroso que puede materializarse en ese veneno que comienza a correr por las venas de los asesinos.
El poder de las palabras puede destruir vidas, así parece verse cuando un padre taladra la conciencia de un hijo, la desilusión de no ser lo que el padre quería puede ser el principio de la destrucción. Pero enfrentar el tema directamente parece ser el secreto que el doctor Hal Raglen (Oliver Reed) le pretende dar a sus pacientes del hospital siquiatrico con su método de Psicoplasmosis, con el fin de que liberen sus sensaciones por muy crueles que sean para sentirse mejor, descubrir el origen de los problemas y desde ahí tomar las mejores soluciones. Dentro de los que han puesto su fe en su tratamiento está Frank Carveth (Art Hindle) quien se atrevió a dejar a su esposa Nola (Samantha Eggar).
Para Frank la vida sólo con su hija Candice Carveth
(Cindy Hinds) no ha sido fácil, los fines de semana la deja con su madre para que no pierda el vínculo, pero al volver un día descubre que su hija presenta heridas. ¿Qué está pasando en ese instituto?. Mientras en el mismo centro de rehabilitación el doctor Rablen habla con Nola. Al parecer sus problemas de aloholismo son más serio, ella con una tranquilidad va somatizando los personajes que le han acompañado desde su infancia. Redescubriendo que una de las personas que ha incidido en su desarrollo es su madre Juliana (Nuala Fitzgerald).
Mientras en otro lugar Juliana, la Abuela junto con Candice revisan fotos de niña, hasta que un ruido les inquieta al mirar la abuela un enano - niño que le asesina, a l mirar Candice al niño parece conocerle, no le hace daño a ella... hay situaciones extrañas con su asesinato. ¿Quiénes son esos niños asesinos?, ¿quién le ordena los crímenes? una serie de retrospecciones y malos entendidos son los que van llevando a la persona culpable. El centro de rehabilitación parece ser sospechoso, el método es cuestionado por algunas personas. Mientras Frank se encuentra en una situación compleja con su amor por Nola, ella parece transformada en otro ser, el encierro la lleva por una paseo con su imaginación, a veces el instinsto juega malas pasadas y los celos te pueden convertir en un ser sobrenatural... hay que tener cuidado y creer en los demás.
Una de las cosas que me llamó mucho la atención en Caracas, fue la cantidad de niñas con implantes de silicona. No lo digo porque estuviera haciendo controles de calidad, sino más bien por los exagerados volúmenes que tenían sus formas que a todas luces no eran naturales. Es que desde mucho tiempo las cirugías se van convirtiendo en un vicio más, del cual yo no tengo mucho que criticar ya que tengo unas cuantas cirugías, aunque realmente son reconstructivas en mi caso. Pero hay algunos que de tantos cambios en vez de quedar mejor van perdiendo su escencia... hace unos años vi a un tipo que por su afan de parecerse a Ken de las Barbie ahora tenía un rostro completamente artificial y desfigurado. Como todas las cosas las cirugías más que un mejoramiento del cuerpo parece ser la operación al autoestima.
Cuando vas en una moto a alta velocidad sabes que se viene tu hora al ver una combi atravesada en tu pista. Sin más que hacer Hart Read (Frank Moore) y su novia Rose (Marylin Chambers) salen disparados después del accidente. Afortunadamente cerca del lugar se encuentra la Clínica de cirugías estética Keloid, atendida por el propio Doctor Dan Keloid (Howard Ryshpan) que decide ir en su ambulancia a buscar a los heridos, por la gravedad de las lesiones de Rose el doctor decide que se quede hospitalizada mientras Hart fue dado de alta prontamente.
La operación es un método experimental que parece traerle trastornos de personalidad a Rose, cuando se encuentra en recuperación en algún momento pareciera convertirse en otra persona... todo porque desde la axila brota "algo" que entierra infectando los distintos lugares y personas que conoce por donde pasa. Como si fueran zombies la espuma y las convulsiones parecen ser parte de lo que se comienza a esparcir más rápido que esos seis grados de separación que tenemos. La nueva cirugía de Rose, le mejoró algunos elementos y otros son imperdonables en su perturbada mente juvenil. Mientras algunos confunden pasión con ayuda. Esta es una historia en que el asco de los cuerpos se confunde con la belleza de la protagonista, Chambers será la única película que realizará en el circuito convencional el resto de su carrera está en el cine porno. El mundo de Cronenberg ya comienza a abrir sus puertas para la consagración mundial.
Tengo una amiga que uno de sus mayores miedos son los zombies, y no lo digo por las películas, ella cree que alguna vez ellos existirán... por mi parte lo más parecido a muertos vivientes que he conocido fue la noche del terremoto que decidí ir a ver a algunos amigos, cuando por la Plaza Italia me encontré con todos los asustados borrachos que había pillado el movimiento telúrico en pleno barrio Bellavista, eran las cuatro de la mañana y las manos de los "zombies" se posaban por el auto para que los llevara. Esa noche la bondad no estaba conmigo y salí del lugar sin llevar a alguno.
Pero para ella el tema de los zombies se puso realmente grave cuando aparecieron enfermedades como la gripe aviar y la AH1N1, que en un principio llamamos gripe porcina, ver tantos contagiados podía ser una forma de aproximarnos al momento en que llegue esa enfermedad que nos destruirá como sociedad.
Después no nos olvidemos que David Cronenberg nos advirtió una y otra vez que esto pasaría, un ejemplo de ello es lo que ocurrió en la torre Stareliner de Montreal, una comunidad moderna en que los residentes convivían llenos de las comodidades típicas que se presentan en un área nueva de residencias. El problema es que en ellas vive de todo tipo de personas... como en todos los edificios actuales. Entre ellos el doctor Hobbes (Fred Doederlein) que tuvo la idea de experimentar nuevos parásitos en su joven novia, el tema se escapa de las manos y comienza a surgir un inmenso deseo sexual que la convierte en otra persona, así comienza a propagarse una extraña forma que se va incrustando en los residentes. Así es la presentacion del mundo suburbano del Cronenberg de los años setenta, como es un edificio de las afueras de Montreal sus habitantes son personas pudientes que no se mezclan bastante entre vecinos, sin embargo pese a ese aislamiento las cosas comienzan a ponerse poco tolerables.
No es fácil ver las arcadas que le producen a los que padecen de los parásitos que de la boca aparezca una criatura que va entre un ratón, un insecto o algo más asequeroso. el cuerpo comienza a trasnformarse y casi convertirse en caníbales o vampiros. En una de las primeras películas en que el estilo Cronenberg se comienza a diferenciar del aún despreciado cine "gore" de los años setenta y ochenta. Acá los mosntruos van penetrando en los cuerpos hacia un aumento en la líbido que va lentamente contagiando a todo el edificio pese a que el doctor Roger Luc (Paul Hampton) trata de detener su propagación... al igual que en sus dos primeras películas aparece Ronald Mlodzik como uno de los encargados del edificio. La asquerosa enfermedad comienza a tomar forma y los efectos especiales del cine de Cronenberg ya comienzan a ser parte de la nueva cultura que se avecina con este inolvidable director.
Estas fechas fueron las del año del Lobo
Aquí estamos en este pozo ciego
Aquí fuimos entre tanta semilla quemada
Aquí nos arrojaron apresurados
No fue el cólera
No fue el sida
No fue el volcán Vesubio
No fue Hiroshima
Nadie dormía cuando nos eliminaron
Reconstruyen cuidadosos nuestras últimas pisadas
Las claves del miedo en estos (nuestros) cuerpos enterrados
Congreso
Cada cierto tiempo vemos las protestas en contra de las fábricas de cosméticos por sus experimentos con animales. Esos sacrificios que hacen otras especies para que nuestros cuerpos se vean más jóvenes sacrifican empíricamente a diversas especies en laboratorios con diversas combinaciones químicas. En ese ambiente es muy común ver en estos tiempos grandes cruzadas en contra del maltrato animal, el comer carne y la adopción de mascotas.
Pero en el niverso de Cronenberg todas esas protestar tienen sentido en especial en porque en el futuro, es decir en el año 1985, la especie humana vivirá momentos críticos, después de que una enfermedad se convirtieras en mortal para las mujeres después de la manipulación de cosméticos. Adrian Tripod (Ronald Mlodzik) está inserto en la Casa de la piel, un lugar de reposo donde doctores y pacientos vivían juntos. En un principio el mal de Rouge, es una enfermedad que afecta principalmente a mujeres, con el tiempo comienza a mutar para atacar a hombres. En ese ambiente solitario y silencioso Adrian se mueve casi como un doctor más. Pese al color negro de sus vestimentas y el encontrarse practicamente al margen de lo que curre en tiempos en que del género femenino sólo quedan algunos olores de las últimos ropajes que vivieron.
En un escenario mudo con algunos sonidos casi como una banda sonora, la lánguida voz en off va mostrando las situaciones que inundan el lugar, hasta el momento en que descubre que mantienen en forma clandestina a una mujer, una de las últimas sobrevivientes casi de cuatro años, los que habitan el lugar desean embarazarla, practicamente en una descarada pedofilia de los residentes... así el universo de Cronenberg vuelve a recurrir a lo que podríamos llamar su "proto- historia" pesea a la precariedad junto con Stereo, poseen más elementos comunes que la hacen casi una película similar en dos partes... aunque ahora sin telepatía, la sociedad del futuro está pagando por todos los crímenes que aún ahora se siguen comentiendo, al utilizar otras especies para test de laboratorios que podrían llevarnos en algún futuro a mutaciones genéticas que lamentaríamos... El grito del cine de Cronenberg que en esos tiempos de principios de los setenta estaba comenzando a aprender ya tendría dos pies donde apoyarse entre Stereo y Crímenes del futuro.
Para muchos hablar de David Cronenberg es sinónimo de algo retorcido, están en la mente cerebros que estallan, hombres con vaginas en sus estómagos, seres que se convierte en insectos, experimentos científicos que van entre la sicología y la sexualidad. Así como Ozu hablaba siempre de la familia, el mundo de Cronenberg pasó por años al lado de nuestros terrores más sobrenaturales. Es por eso que se hace interesante revisarlo en este mes, a través de sus películas emblemáticas para el cine para al mismo tiempo ir reconociendo su pensamiento, su modo de ver los miedos y su modo de mirar el cine.
Una de las grandes virtudes de su cine es la fidelidad tanto a su estilo como en su lenguaje, la mayor parte de su filmogrfía la ha realizado en Canadá, su cine es una ilustración del pensamiento más oscuro de los humanos, tal vez por lo mismo se ha ido descategorizando de lo que algunos llamaron cine gore, como el de Romero para pasar a su estilo particular.
Su infancia en Toronto, su aislamiento laico en un ambiente judío y la enfermedad degenerativa de su padre dicen que fue lo que más tarde inspiraría su nueva forma de narrar un mundo distinto, pero que en muchas ocasiones parece ser más cercano a la realidad de lo que se cree.
Un helicóptero aterriza cerca de un edificio moderno desde ahí baja un científico (Ronald Mlodzik) para conocer la Academia Canadiense para la Investigación Erótica, no se si existe algo así en Chile, hubiera sido interesante... pero porqué ir a un lugar así que se llega en ese medio de transporte. parece ser un centro aislado donde se están investigando nuevos avances científicos de la mente humana, principalmente relacionados con la telepatía como nuevo modo de comunicación, entendiendo ésta como un elemento liberador de las ideas que queremos expresar y que nuestras palabras parecen dejar prisioneras. Por lo cual practicamente toda la historia la conoceremos por el pensamiento de alguna persona, más que por palabras.
Puede ser que el día que nos podamos comunicar con el pensamiento a lo mejor seamos más sinceros, no se podrá mentir y se podrá pensar un te amo sin tantos rodeos, o un te deseo también. Esas son las preguntas que parece hacerse un joven Cronenberg en esta extraña historia. El experimento de telepatía se hace en forma empírica con una pareja que se le quita el habla extirpando su laringe para que desarrollen su poder mental. Una voz en off va relatando sus avances y sus dificultades. Así vamos conociendo los diversos resultados desde la dominación, la política, la familia, el sexo, y como se atrofian algunos elementos de la mente.
Es probable que si Cronenberg tomara de nuevo esta película la haría mucho mejor, pero si se quiere entender el origen de todo lo que se verá después es una de las aristas predictoras de todo lo que se vendrá en su cine... por ahora ya estamos inmersos en el mundo de David Cronenberg... disfrutémoslo.
Hace unos días atrás me compré un smarthphone, caí rendido frente a la manzana del pecado original, la mordí y quedé maravillado. Una amiga antes de comprarlo me decía ¿Necesitas un Iphone?, y yo le respondía... ¡Quién puede necesitar un iphone!, es un capricho que uno quiere, esa necesidad de tener un teléfono con internet, juegos y otras cosas es simplemente un juguete para grandes.
