sábado, 9 de octubre de 2010

LOS NIÑOS DEL CIELO

Ser hermano es algo inmenso, que no todos han podido disfrutar... paradójicamente escribo esto mientras veo en televisión el juicio de María del Pilar Pérez, una mujer que deseaba asesinar a su hermano y su familia para quedarse con parte de la herencia de su padre... bueno independiente de ella (y de otros hermanitos del demonio que conozco) el resto hemos crecido juntos con las imagenes y las influencias de los hermanos... desde lo más simple, como son los gustos de música de cada uno, sus amistades y sus sueños... o grandes paseos hace unos días una amiga mía salió con su familia a unos días a la costa... pensando en que sería el último paseo de los cinco juntos (porque su hermana se casa pronto y ya nada será lo mismo)... así entre los juegos de infancia, las conversaciones en la noche, los cuidados mutuos y la admiración. Es como crecemos y nos hacemos amigos y cómplices de los secretos de cada hermano, sus amores y sueños... ahora que somos "adultos" sin darnos cuenta nos cuesta más reunirnos, que nuestras agendas coincidan en la casa de mis padres para vivir nuestros nuevos momentos y a veces... recordar esos días en que todos vivimos en el mismos techo los mismos días...

Ali (Amir Farrokh Hashemian) es un niño mayor, ya le piden que vaya a comprar y que ayude en la casa. En esos pedidos le piden que pase a buscar al zapatero las zapatillas de su hermanita Zahra (Bahare Seddiqi), junto con eso debe "comprar" algunas cosas en la tienda... al salir se da cuenta que la bolsa con los zapatos no se encuentra en ninguna parte... ¿cómo desaparecieron?, no se dio cuenta que pasó... el problema es que la "zumba" que sus padres le darán por perder el calzado de su hermana será inolvidable... su hermana también lo sabe y pese a quedarse sin zapatos, prefiere no acusarlo a sus padres... así que sin mayor solución, se colocan de acuerdo ambos para usar los zapatos de Alí... ella va en la mañana y el en la tarde... se deben juntar para cambiar sus zapatos en el camino.

Los niños aprenden temprano a saber si son ricos o pobres, cuando paseo o ando de compras me fijo en esos niños que saben que sus padres no pueden comprar todo lo que ellos desean. Veo en esas miradas sin consuelo, miradas tristes que sueñan delante las vitrinas por los hermosos juguetes que iluminan los colores de la infancia. Me apena esa injusticia que da el destino cuando deposita las vida en familias que no pueden cubrir sus sueños. Que los obliga al pesimismo y que sólo posee la ilusión de la navidad como consuelo de esas limitaciones adquiridas.... esa mirada cómplice la tiene Zahra al ver como sus compañeras tienen sus zapatillas hermosas, llenas de colores y brillos; mientras ella está con los zapatos de su hermano de cuatro números mayores que ella.

Termina la clase y ella regresa corriendo, mientras su hermano casi descalzo la espera en una calle donde se intercambian zapatos... así de simple y definitiva es la historia... donde un par de zapatos es un sueños simple, para una pobre familia con una madre embarazada y un padre que decide surgir de a poco... los hijos saben que las cosas no están de lo mejor y tratan de ayudar al menos preparando un té para el padre, haciendo los mandados o simplemente no pedir cosas y tratar de buscar otras soluciones... Los niños del cielo están por todas partes, están llenos de nobleza y de verdades... acá la solidadaridad que empiezo a apreciar una y otra vez en las miradas iraníes que tienen las vidas en treinta y cinco milímetros, nos muestran un mundo más esperanzador de lo que los medios dicen... en ese contexto, cada carrera de Zahra y de Alí se van volviendo en una ventaja que los llenará de más vidas y triunfos.

Ser hermanos es dispersar el amor con esos cariños que se van desvaneciendo con la niebla de la rutina...
Saludos a todos.

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Bacheha-Ye aseman en Wikipedia
4.- Escenas



5.- Primeros 10 minutos

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