domingo, 8 de abril de 2012

TIERRA EN TRANCE

  Es el pobre en su orfandad
de la fortuna, el desecho
Porque nadie se toma a pecho
el defender a su raza.
Debe el gaucho tener casa,
escuela, iglesia y derecho.
Martín Fierro
 
En el diario La Tercera de hoy salió una columna de Joani Sanchez, la bloguera anticastrista criticando a Camila Vallejos porque no fue a verla en su viaje a Cuba, como si un comunista quisiera ir a verla. Mientras en Chile los políticos han hecho gárgaras con la estudiante de geografía de veintidos años que parece que les mueve el piso, le han dicho de todo y se han preocupado de sobre manera de lo que ella hace, dice o no haga y no diga. Algunos se sorprenden de que la joven comunista vaya a la isla, como si no fuera un camino natural de cualquier persona que milita en ese partido.
La verdad hace un buen rato que dejé de creer en los políticos, si bien era pequeño cuando en Chile volvió la democracia la esperanza en que todo sería distinto estaba en la mayoría de los corazones, pese al miedo que los militares aún profesaban, el dejar pasar fue más que todo ratificando ese extraño nuevo país de consensos que se convirtió en ejemplo de la poca convicción de las ideas por tratar de dejar a todos contentos. La falta de radicalidad llevó a que veinte años después los mismos que querían que Pinochet siguiera gobernando ahora tomaran el poder, muchos pensaron que la cosa cambiaría, en muy poco tiempo todos se dieron cuenta de que era practicamente lo mismo que antes, la misma clase política y los mismos problemas... de ahí que las encuestas ratifican que el descontento con ambos conglomerados es general.


Porfirio Diaz (Paulo Autran) pareciera desembarcado desde la máxima divinidad que le ha dado Dios y la historia, un derechista que tiene el poder de Eldorado, siempre apoyado por Paulo Martins (Jardel Filho) un periodista aburguesado idealista y poeta que junto a Silvia (Danuza Leão) forman un triángulo amoroso. Paulo vive la vida de Eldorado entre los muros del palacio lleno de dudas y contradicciones que el propio poder va desdibujando y deformando desde el olimpo del mando van transformando en niebla. Así el cuidado de lo establecido por medio de la indiferente represión va llevando a olvidar los verdaderos anhelos para un país a confundirlos con los intereses personales.



Paulo estaba en en el momento preciso en que se juntaron la posguerra mundial y la juventud, es decir cuando el cambio se exigía a gritos y sin miedo al imperialismo, a las masacres y a la muerte. En un viaje a Alecrim descubre que con la llegada de Felipe Vieira (José Lewgoy) la izquierda en el poder significaba se traduciría en el triunfo de los humildes, el sometimiento de la aristocracia y en cierto sentido devolver lo que se les había quitado por años a los obreros. Un hombre como Vieira que estaba al nivel del suelo podía transformar a Eldorado en una nación rica que devolvería las riquezas de las empresas colonialistas al pueblo, la sociedad parecía ir por buen camino... pero también el pueblo al creer que tenía el poder comenzaba a impacientarse por eso de los cambios a largo plazo, y las exigencias crecían, el descontento puede llevar al pueblo a olvidar y pedir cambios.

La política en América Latina nos ha llenado de pasión por años, pero también de muertos, las guerrillas, las traiciones, las policías secretas, los anhelos de nuevas sociedades, de segundas independencias y de la justicia social hoy para muchos parecen palabras sacadas de las utopías, ese maldito lugar que inventaron como el sotano olvidado para esconder nuestros verdaderos sueños, Paulo comprendió que la amargura de Eldorado seguía triste entre un mundo y otro, aunque es tan fácil ser de izquierda cuando se es burgués, juntarse en reuniones para hablar de lo mejor del pueblo cuando después se duerme en una cama caliente y un futuro tranquilo. En ese mundo la conciencia de Paulo se balancea entre la música y los principios.

Glauber Rocha siempre tuvo ese incendiario don de la imagen americanista, cuando todo parecía ascendente pese a que en el Brasil João Goulart había sido derrocado y exiliado.  Cuando la tierra está en trance no hay quien tenga cordura, no la tenía ni Diaz con sus aires de divinidad ni tampoco Vieria con su olvido por los mismos que lo levantaron, algo muy común que le pasa a los políticos que a los pocos días se les olvida que son electos, es decir elegidos por la gente, la misma que después serán reprimidos y castigados por los que por voluntad popular son instalados. Pero el pueblo también es culpable de este estado de las cosas, con su olvido y su irracionalidad, por la facilidad de manipulación y el anonimato de las masas.




El cine de Rocha siempre joven  posee el vigor de querer cambiarlo todo, de decirlo todo sin importar las cabezas, ni las desilusiones. como un disparo al viento. También el luchó por lo justo y su propia ambición, su propio ego, una corta vida inmersa en la política y la revolución desde el lente de la cámara pudo convertir al Cinema Novo de Brasil en un arma importante para quemar esa utopía y dejar de llamar sueños a la justicia, la igualdad y la libertad.

Saludos a todos.


Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity

3.- Terra em transe en Wikipedia
4.- Escenas
 

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