miércoles, 27 de abril de 2011

CUANDO LOS DIQUES SE ROMPIERON

Mi ciudad cedió ante la muerte
Sus casas y sus bosques
su industria y sus puentes
se apagó el canto de las aves
el sueño de los hombres
el ronquido maternal de los lanchones
Shwenke & Nilo.

Este jueves fui a ver la película "3:34 Terremoto en Chile" después de la insistencia de una amiga que no estuvo ese 27 de febrero de 2010 acá. La verdad desde el primer momento no me parecía interesante ir al cine a recordar un momento tan desgarrador y desesperante del cual pienso que sicológicamente aún no puedo superar. Ese sonido interior que parecía el paso de un tren interminable, los cortes de luz, el miedo y la desesperación de ese terrible día aún superan lo que podría considerarse normal. Mientras dormía y comenzaba a sentir como el suelos gritaba ese sonido del terror y el bamboleo infernal que duró por más de tres minutos era algo que parecía tan irreal como la invasión de extraterrestres a una ciudad. Desafortunadamente la película lo hizo tan bien que todas las sensaciones anteriores revivieron e hicieron nuevamente sentirme completamente sólo ante tamaña desgracia.

Pero pese a lo terrible que puede resultar, siempre hace bien recordar, aunque los ojos se llenen de lagrimas y la sangre se inunde de rabia por la inoperancia estatal, el gran documental que realizó Spike Lee hizo para la cadena HBO cuenta la historia de ese terrible 29 de agosto del 2005 cuando el Huracán Katrina pasó por la costa del Golfo de México. En especial en la cuenca del Mississippi y la ciudad de Nueva Orleans. No es común que un huracán de esa magnitud llegue a las costas del estado de Luisiana por lo que se le solició una evacuación de la ciudad, algunos lo hicieron... los que tenían dinero. Los más pobres se les dijo que esperaran en el superdomo de la ciudad, algunos más tozudos prefirieron quedarse en sus casas. Pero el 29 de agosto no tuvo piedad, el huracán fue uno de los más grandes que se tiene registro y fue tanta la fuerza que lo que estuvieron cerca oyeron sentir unas explosiones, eran los diques que "supuestamente" no aguantaron la presión del agua y cedieron a su fuerza.

Ahí comenzó el infierno de agua que comenzo a inundar la ciudad, por metros y metros que fueron haciendo que los residentes pasaran del primer al segundo piso y del segundo al entretecho y a los mismos techos de sus casas. Mientras la gente en el superdomo veía como las tapas del techo se iban desprendiendo facilmente. Así fue como la gente estuvo dos días entre la inundación. Los habitantes de Nueva Orleans nunca se imaginaron que el paso del huracán iba a ser lo menos terrible de todo lo que venía. Hay momentos en que la confirmación de las desconsideraciones a tu persona son más patentes, no es necesario decirlo pero los gestos y las indiferencias dejan claro la poca importancia que algunos tienen hacia otras personas.

El documental muestra como la FEMA es la unidad encargada de los procesos de emergencia en Estados Unidos y el gobierno central fueron tan insensibles con una ciudad. Una ciudad de población afroamericana pobre. Es poco decir que los números de emergencia no funcionaron, o contar que en el superdomo no había comida, ni agua, ni medicamentos, ni toallas higiénicas, que la gente más vulnerable comenzó a morir ahí a vista y paciencia de todos y permanecieron días en el lugar. Es triste saber que mientras no había comida el ejercito se instalaba a defender los supermercados y evitar que la población afectada cruzara al otro lado del puente donde se encontraban los barrios ricos que no habían sido dañados por el huracán. Da pena saber que a las personas que evacuaron de la ciudad no les avisaron donde irían, que separarían a hijos pequeños de sus madres a estados distintos y que los boletos sólo eran de ida. Da rabia darse cuenta que después de semanas los muertos aún andaban flotando en las calles sin que ningún organismos del estado fuera capaz de recogerlos, da impotencia ver que el presidente Bush no fue capaz de ir al lugar hasta casi un mes después de lo sucedido. Desilusiona ver que pasados los meses los escombros seguían ahí y que dentro de las casas seguían personas muertas. Esas son sólo pocas demostraciones que Spike Lee hace la discriminación racial, demostrando una vez más que ese prejuicio que algunas personas tienen sobre él (le dicen resentido) son en realidad escudos para defender los privilegios y granjerías que han tenido por siglos.

Se pagan caro las negligencias y el Huracán Katrina fue una de las peores que me ha tocado escuchar, ahí se entendió con esos pequeños diques que la importancia de las vidas depende mucho de tu porcentaje de riqueza, tu color de piel y tu influencia política. Nueva Orleans de un momento a otro comenzó a ser otro país para las autoridades, como si fuera un país bananero importó poco... era más urgente Irak o Afganistán. La muerte de mil ochocientas treinta y siete personas fue el saldo negativo que tiene una comunidad que aún no logra reponerse del agua, el viento y de la injusticia de ser pobre en la nación más poderosa del mundo. La ciudad continúa luchando al ritmo del blues y de sus proceres de la música que pese a todo la siguen teniendo orgullosa por lo que fue y por el temple de sus habitantes. Nueva Orleans se merece el máximo respeto, por la humillación de sus gobiernos y en especial porque está hecha con un coraje y un temple que es superior al viento, el agua y el fuego.

Saludos a todos.


Bonus Tracks
1.- Documental en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- When the Levees Broke en Wikipedia
4.- Publicidad de HBO del documental

5.-Escenas del primer acto

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