sábado, 8 de mayo de 2010

EL SILENCIO

Yo no quiero que las flores sepan
los tormentos que me da la vida.
Si supieran lo que estoy sufriendo
por mis penas llorarían también.

Silencio, que están durmiendo

los nardos y las azucenas.

No quiero que sepan mis penas,
porque si me ven llorando morirán.

(Rafael Henández)


El silencio ha sido uno de mis peores enemigos de la vida, por callar cosas he perdido muchos momentos, porque el silencio es casi como mentir, el problema es que... es mentirse a uno mismo. Es hacer creer que uno está bien, siendo que todo cuerpo quiere decir lo contrario, que se muere de ganas de besar o que por el contrario tiene ganas de mandar todo a la mierda. La falta de comunicación verbal es parte de la traición, porque al receptor que no escucha, no indica que no sepa... simplemente no se da por enterado y es capaz de seguir por el mismo rumbo esperando esas palabras peligrosas que confirman lo que los gestos dicen...

En una tarde en blanco y negro, Ester (Ingrid Thulin), Anna (Gunnel Lindblom) y el pequeño Johan (Jörgen Lindström) toman el tren de regreso a su ciudad, en pleno viaje una tos con sangre de Ester detiene el viaje para un descanso. Los caminos se detienen, y el regreso agrega una estación desconocida para los tres viajeros. Mientras los ojos del niño ven el desfile de la ciudad vacía, silente y con un extraño idioma. Un antiguo hotel en que el silencio solo se interrumpe por los sonidos extraños de habitaciones oscuras y enanos españoles. Los hoteles parecen mundos extraños dentro de las realidades, mientras en el exterior los tanques pasean por las calles, la música de Bach es el único nexo entre dos lenguas confusas.

El silencio entre Ester y Anna es un silencio de odio y envidia. Mientras la primera se dedica a traducir textos, Anna se dedica al cuidado de su hijo y de la enferma. La manipulación es parte del silencio, pese a la tensión, Ester ha sabido mantener a Ana a su lado como un yugo represivo que parece inexplicable para muchos, pero el tiempo parece pasar tan rápido que sin dar cuenta, va llenando de arrugas las frentes. Mientras el pequeño Johan pasea sólo por un mundo adulto extraño y mentiroso. Porque las miradas siempre son honestas y los gestos delatores, en cambio las palabras son sentencias que confiesan voluntad, independiente de que sean verdad o no.

Anna superada por el yugo de la mentira necesita escapar, ya no importa con quien, desea salir de su hermana alcohólica y de su hijo, está dispuesta a recorrer ese extraño mundo de Timoka, la ciudad desconocida y abrazarse a lo que se pasee por el camino… así es como llega hasta la cama con un mesonero de un bar, en otra habitación del hotel, donde sin querer su hijo observa con que ella se encierra con el desconocido. En medio de gemidos de placer el odio a la hermana se descarga en oídos que no entienden el significado de esas libertades.
El silencio, en Bergman atormenta al igual que en Persona, es una acción de omisión que permite que los días pasen simplemente agregando más aire a la válvula de presión, haciendo que las cosas peligren y exploten. Acá la despedida es trágica sin vuelta atrás, sin esperanzas… pero pese a todo, las pocas palabras que brotaron de los breves diálogos bastaron para que las vidas tomaran el rumbo que correspondía.

Saludos a todos.

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Tystnaden en Wikipedia
4.- Escenas

2 comentarios:

semut merah dijo...

DONE !
sikap including how to speak, caring, etc to another
tabur tuai : tabur kasih dan perhatian itu yg dituai...
that's why...alot of people love n care w/ me :-)

but not simple like that...
still have empty area in my heart... :-P

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