Me levanté ansioso por ver la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing… doce horas de diferencia hará que el trasnoche de estas dos semanas sea completamente deportivo y las ojeras también. Pero no me arrepentiré, los Juegos sin duda son la fiesta más grande del mundo, la más espectacular y maravillosa. Beijing se ha preparado años para este evento… como también lo hace Londres para el 2012.
Ahora que los juegos comenzaron y no faltó nadie… como asustaban algunos presidentes faranduleros que, al estilo Bono de U2, protestaban y criticaban contra la ocupación del Tíbet y otras políticas de China. Ahora se les vio aplaudiendo muy bien en el palco del “Nido de pájaros”… es que… ¿Quién se mete con China hoy? Si todos sabemos que al ritmo que crece se está volviendo el país más poderoso del planeta… y sobre todo hoy, el día de los cinco ochos para demostrar que ya nadie le puede quitar el cetro de capital del mundo…
¿Qué pensará el Barón de Coubertain al ver lo que forjó?, la contienda planetaria más importante que existe, mientras embobado veo por televisión como pasan y pasan delegaciones de países que ni siquiera se en que lugar del mapa están (y eso que soy geógrafo), desfilan centenares que pasan de Estados Unidos, Rusia, China y unos pocos de Oceanía, África, Asia y América… veo las desigualdades del mundo en un mismo estadio. No veo globalización, solo lo mismo de siempre… no necesito ser profeta para ver también que el medallero será tan parecido al ranking del nivel de vida de cada nación que da el PNUD todos los años.
Pero siempre ha sido igual, como los del primero de agosto de 1936, cuando Adolfo Hitler inaugura en Berlín los juegos olímpicos y el ojo de Leni Riefenstahl filma la experiencia en Olympia para recuperar esos días ahora lejanos. Unas estatuas griegas se cruzan del pasado, una llama que se enciende desde el Olimpo helénico y el fuego que cruza Grecia, Yugoslavia, Checoslovaquia (¿se acuerdan de esos países?) hasta llegar a Berlín. La capital de la belleza del cuerpo, la armonía y la fuerza humana que son los objetivos que el lente de Leni captó para el mundo. Ahora que los deportistas y sus marcas han sido ampliamente sobrepasadas quedan en la retina las imágenes de estadounidense afroamericano Jesse Owen corriendo y ganando en el atletismo, las competiciones de saltos y lanzamientos con sus representantes de diversas partes del mundo… y también desmitificando la figura demoníaca de Hitler… en la famosa y falsa fabula de que éste se negó a darle la mano a Owen (en realidad el COI prohibió que el Führer saludara a los vencedores) peor aún el presidente Roosevelt nunca saludó al atleta afroamericanos por sus cuatro medallas de oro.
La fiesta de los pueblos (la primera parte de la película) muestra la ceremonia de inauguración, mucho más simple que las actuales y el paso de las delegaciones, curioso ver a muchos países saludando a Hitler con el brazo y la mano derecha alzada haciendo el saludo fascista de esos días, es que en los treinta muchos (incluidos muchos de nuestros abuelos) admiraban a sus líderes fascistas. En la segunda parte La “fiesta de la juventud” unos hombres arios desnudos corren y nadan por un bosque alemán demostrando la “belleza” de esa raza, de ahí se pasa a las disciplinas modernas como la gimnasia, el ciclismo, fútbol, baloncesto, el decatlón y el pentatlón moderno… para elegir al mejor “soldado” de los juegos.
Son hermosos los juegos olímpicos, por más que se critique que muchos de estos están manchados con la corrupción de sus dirigentes, que fomenten el racismo, que los gobiernos sean capaces de esconder la pobreza y desplazar personas por las expropiaciones de las nuevas instalaciones, que eleven sin sentido el gasto público de las ciudades o que los que obtienen ganancias son los privados y que las pérdidas sean públicas. Hay un espíritu común que supera esta magia de las buenas intenciones de todos los que vemos y disfrutamos de este evento.
A Leni Riefenstahl ser nazi le pasó la cuenta después, sin saber (tal vez) de las atrocidades del régimen, le tocó ser enjuiciada dos veces, siendo absuelta en ambas, pero sus películas (incluida esta) estuvieron perdidas por mucho tiempo. Pese a ello Olympia se transformó en la exaltación de la humanidad, la perfección del cuerpo en esas escenas de cámara lenta en que hombres de distintas razas (y eso lo enfatizo) demuestran el refinamiento del movimiento de los deportistas, como las estatuas de la Antigua Grecia.
Todos quedaron embobados cuando en 1938, se estrenó para el mundo los resultados del montaje de estas películas, incluso Stalin envió felicitaciones a la directora… hasta que la guerra cambió todo… los atletas que competían ahora se mataban en el campo de combate y como todo lo que lleva la cruz gamada se volvió demonio y los mitos de que Berlín 1936 y Olympia eran las odas al mal, convirtieron a Leni en la “amante del diablo”.
Pese a ello Olympia ha sabido seguir viva, más poderosa que la mejor arquitectura de Speer, cuando Alemania quiso borrar de las mentes la existencia del nazismo la figura de Leni ha sido marginada constantemente (e injustamente creo). Comenzando su persecución por el resto de su vida… pero pese a ello Olympia ha sobrevivido… y resurge nuevamente al estilo de Tolkien, cuando los cinco anillos se reúnen nuevamente para encender otro fuego sagrado en alguna ciudad del mundo. Ahí los fantasmas de Hitler, del nazismo, de Jesse Owens resurgen demostrando que el espíritu de la “Fiesta de la Naciones” no ha cambiado y que no importan dictaduras, ni democracias, ni monarquías, ni anarquías los juegos olímpicos han comenzado nuevamente… el resto dejémoslo a la historia.
Saludos a todos
Y suerte a sus deportistas.
Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Página de la película
3.- Màs de la película
4.- Inicio de la película
5.- Fotogramas
6.-Película completa
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