martes, 15 de enero de 2008

CALICHE SANGRIENTO

Las primeras letras que suenan del disco de la Cantata de Santa María de Iquique dicen... "Si contemplan la pampa y sus rincones"... la voz tranquila, pausada pero que inspira respeto es de un actor llamado Hector Duvauchelle, esa voz me acompañó desde hace muchos años, en ese disco y en otras cantatas de Quilapayún, como unos versos de Oscar Castro... desde mucho tiempo fue sólo una voz que se perdió en el exilio asesinado en Caracas.
Una breve aparición en Largo Viaje, me hizo imaginar en parte quien era la persona que hablaba en el tan mítico disco... pero mi reencuentro con la voz de Héctor Duvauchelle se realizó por completo con Caliche Sangriento, la película que vuelve a Chile, como un desaparecido del norte que regresa, con las actuaciones de Héctor, de Jaime Vadell, Jorge Guerra y de Jorge Yañez, entre otros... se transforma en nuestra piedra de Rosseta para entender una época en que el cine revisó la historia con otros ojos, y analizó una de las heridas más grandes (y más difícil de cicatrizar) que nos hemos infringido en América del Sur, cuando se nos ocurrió pelear entre hermanos en la Guerra del Pacífico.

Desde esos días, comenzó a habitar la desconfianza mutua entre los tres países, con la guerra todos fuimos derrotados; perdió Bolivia su mar, Perú perdió parte del sur de su territorio y Chile perdió parte de su dignidad (y también todo su territorio al oriente de la Cordillera de Los Andes). Todos ganamos muertos, Todos perdimos las riquezas de los minerales en manos de las potencias extranjeras y solo nos ganamos generaciones y generaciones de resentimientos mutuos. Estos son los momentos en que la palabra patria me produce una sensación de inseguridad, porque muchos han llegado al terror por esas seis letras...

Caliche Sangriento es una lección tomada de esos días en que Chile pensaba distinto, en que entendimos que no fuimos los vencedores de la guerra, en que esa soberbia de algunas generaciones en realidad tenía pocos fundamentos, que mostraba esa parte de la historia que no se nombra en que los soldados son vejados, y dejados a la deriva de la arena, sin sombra, sin agua y sin motivos para seguir luchando... como siempre los que ponen sus vidas son los que menos saben para quien pelean. En Caliche Sangriento el quinto de línea no sabe hacia donde va, avanza perdido por el desierto nuevo, sin mayor objetivo que tratar de vivir.

Como en Mi mejor enemigo, los soldados están perdidos en la inmensa geografía latinoamericana que al final es de todos nosotros, ... los combatientes con una mirada al infinito, con un idea confusa del porqué pelean y con un sentimiento de "patriotismo" enfermizo y servil. Es la lucha entre la coherencia y la obediencia, entre lo sabido y lo escondido, más que una lucha entre peruanos y chilenos (como la que se ve en estos días en La Haya) es una lucha entre esos dos Chiles que conviven entre la razón o la fuerza.


Saludos a todos
en especial a los titulados de la Universidad Arcis que restauraron la película para seguir reencontrando el Chile perdido (ahora restauren Morir un poco)

Los que están en Santiago no se pueden perder las funciones en el cine Arte Normandie, el 18, 19 y 20 de enero... esperemos que la continúen proyectando...


Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- La página oficial de la restauración del film
3.- Cine Arte Normandie
4.- Algunas escenas para que se animen a verla.

4 comentarios:

Catheryn Cárcamo S. dijo...

post como el tuyo nos hacen ver claramente el sentido de rescatar nuestra memoria histórica. lo que encontraremos ahí es más que nuestra memoria. saludos, Catheryn.

... dijo...

oie oie me encanto tu critica... creo q sere tu fans xD

pa variar me dieron ganas de verla xD


besos

Rogolagos dijo...

Gracias Caterine
Nunca supe donde postearte de vueltas, tienes muchos blogs, colectivos.
Felicitaciones por lo multifacética.

...
Gracias por tu comentario.
en la foto te pareces a Madeleine McCann no te vayan a confundir.

Anónimo dijo...

muy bonito relato
saludos y gracias por visitar el blog