La vida misma, cada momento de ella, cada gota de ella, aquí en este instante, ahora, en el Sol, en Regent's Park, fue suficiente, de hecho, demasiado...
Algo (entre las millones de cosas) que admiro de las mujeres es su solidaridad como género... será porque no estamos acostumbrados a ser discriminados como hombres que no veo ese sentir común femenino en mi género. Pero afortunadamente para las mujeres el siglo XX fue mejor, y en eso Virgina Woolf colocó la forma en la tinta para que se entendiera un nuevo mundo.
Todo parece ser fruto de procesos, de largas gestas en que el pasado pinta el futuro con el pincel del presente, pero la verdad es que son sólo horas... una suma de momentos especiales que se llenan de decisiones, que van y vuelven, nos acompañan y nos hacen pensar en cada momento.
Virgina en una hora de 1923 decidió escribir "La Señora Dolloway" en Inglaterra, mientras Laura Bown en una hora de 1951 de Los Angeles decide leer la novela escrita por Virginia y, como si hubiese un mundo paralelo Clarissa Vaughan pareciera vivir en parte la novela en el 2001.
La vida y la muerte de Virgina Woolf es fascinante, una mujer pionera que amó los libros como una ventana al mundo. Que deseaba ser más pero había nacido en una época distinta, no podía entrar a la universidad, sólo pudo contemplar el saber desde la ventana, pero desde estas se convirtió en una ensayista y escritora inmortal. El período entreguerras fue una explosión cultural que empapó la libertad y la personalidad de la Señora Dalloway.
La generación que creció en la Segunda Guerra Mundial, es la misma que supo de genocidios, de bombas atómicas y totalitarismos, la misma que se llenó de miedo y fantasía. Que construyó una sociedad prefabricada como los nuevos barrios del estilo americano de la Edad de oro. La Guerra había pasado, los hombres habían vuelto de su viaje por la muerte y sólo querían la paz de un hogar. A Laura Brown le tocó nacer en esa época como esposa ideal del Baby boom, ya se encontraba embarazada nuevamente, se quedaba sola con su hijo pequeño mientras el padre trabajaba dando es sustento diario. "¿por qué tenemos que hacer lo que la sociedad dice que debemos ser?". Cada hoja de "La Señora Dalloway" le va taladrando el interior de su conciencia, esperando que descubra la veta que hay dentro de ella...
El 2001 fue un año difícil para Nueva York, nuevamente surgió el miedo... ahora no eran las bombas desde el otro lado de la cortina de hierro, eran unos aviones que atravesaban edificios, era una enfermedad que se transmitía por el sexo, eran las conciencias que nuevamente nos hacían sincerarnos (al menos en nuestro interior) para ver que es lo que amamos realmente. Clarissa Vaughan no se quiere engañar, pese a su lesbianismo, aún sigue enamorada de su amigo Richard. Ni el SIDA ni la muerte la engañan... el amor grita desde su interior, sin que ella trate de escucharlo.
Las épocas son distintas, pero algo hay en el interior que hace que los momentos sean importantes, el tiempo de la sumisión sexual termina, las mujeres no son esa fabrica de personas y placer; la hora de esconderse entre lo moldeado terminaba mientras la tinta escribía en la mano de Virginia, mientras los ojos de Laura leían cada párrafo, mientras la verdad de Clarissa se despejaba. Ahora es el tiempo de secarse las lágrimas y creer, de crear de ser libre...
Por eso una persona es más hermosa cuando hace lo que quiere, cuando construye sus sueños, cuando busca los elementos para subir sus peldaños, cuando besa labios honestos, cuando se desnuda sin complejos morales. Cuando cada hora que vive es trascendental para su entorno. No importa la època ni el país lo que hacemos deja huella, después vendran otras generaciones que descubirán las represiones que aún nosotros no notamos, pero pese a nuestras limitaciones algunos tratamos de hacer lo mejor para los que vienen, porque vivir es algo tan maravilloso que no queda tiempo para otra cosa que no sea eso.
Saludos a todos.
Algo (entre las millones de cosas) que admiro de las mujeres es su solidaridad como género... será porque no estamos acostumbrados a ser discriminados como hombres que no veo ese sentir común femenino en mi género. Pero afortunadamente para las mujeres el siglo XX fue mejor, y en eso Virgina Woolf colocó la forma en la tinta para que se entendiera un nuevo mundo.
Todo parece ser fruto de procesos, de largas gestas en que el pasado pinta el futuro con el pincel del presente, pero la verdad es que son sólo horas... una suma de momentos especiales que se llenan de decisiones, que van y vuelven, nos acompañan y nos hacen pensar en cada momento.
Virgina en una hora de 1923 decidió escribir "La Señora Dolloway" en Inglaterra, mientras Laura Bown en una hora de 1951 de Los Angeles decide leer la novela escrita por Virginia y, como si hubiese un mundo paralelo Clarissa Vaughan pareciera vivir en parte la novela en el 2001.
La vida y la muerte de Virgina Woolf es fascinante, una mujer pionera que amó los libros como una ventana al mundo. Que deseaba ser más pero había nacido en una época distinta, no podía entrar a la universidad, sólo pudo contemplar el saber desde la ventana, pero desde estas se convirtió en una ensayista y escritora inmortal. El período entreguerras fue una explosión cultural que empapó la libertad y la personalidad de la Señora Dalloway.
La generación que creció en la Segunda Guerra Mundial, es la misma que supo de genocidios, de bombas atómicas y totalitarismos, la misma que se llenó de miedo y fantasía. Que construyó una sociedad prefabricada como los nuevos barrios del estilo americano de la Edad de oro. La Guerra había pasado, los hombres habían vuelto de su viaje por la muerte y sólo querían la paz de un hogar. A Laura Brown le tocó nacer en esa época como esposa ideal del Baby boom, ya se encontraba embarazada nuevamente, se quedaba sola con su hijo pequeño mientras el padre trabajaba dando es sustento diario. "¿por qué tenemos que hacer lo que la sociedad dice que debemos ser?". Cada hoja de "La Señora Dalloway" le va taladrando el interior de su conciencia, esperando que descubra la veta que hay dentro de ella...
El 2001 fue un año difícil para Nueva York, nuevamente surgió el miedo... ahora no eran las bombas desde el otro lado de la cortina de hierro, eran unos aviones que atravesaban edificios, era una enfermedad que se transmitía por el sexo, eran las conciencias que nuevamente nos hacían sincerarnos (al menos en nuestro interior) para ver que es lo que amamos realmente. Clarissa Vaughan no se quiere engañar, pese a su lesbianismo, aún sigue enamorada de su amigo Richard. Ni el SIDA ni la muerte la engañan... el amor grita desde su interior, sin que ella trate de escucharlo.
Las épocas son distintas, pero algo hay en el interior que hace que los momentos sean importantes, el tiempo de la sumisión sexual termina, las mujeres no son esa fabrica de personas y placer; la hora de esconderse entre lo moldeado terminaba mientras la tinta escribía en la mano de Virginia, mientras los ojos de Laura leían cada párrafo, mientras la verdad de Clarissa se despejaba. Ahora es el tiempo de secarse las lágrimas y creer, de crear de ser libre...
Por eso una persona es más hermosa cuando hace lo que quiere, cuando construye sus sueños, cuando busca los elementos para subir sus peldaños, cuando besa labios honestos, cuando se desnuda sin complejos morales. Cuando cada hora que vive es trascendental para su entorno. No importa la època ni el país lo que hacemos deja huella, después vendran otras generaciones que descubirán las represiones que aún nosotros no notamos, pero pese a nuestras limitaciones algunos tratamos de hacer lo mejor para los que vienen, porque vivir es algo tan maravilloso que no queda tiempo para otra cosa que no sea eso.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Película en Wikipedia
4.- Las Horas en Cineismo
5.- TrailerBoomp3.com
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Película en Wikipedia
4.- Las Horas en Cineismo
5.- TrailerBoomp3.com