lunes, 26 de noviembre de 2007

LUNA DE AVELLANEDA

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

la muerte mata y escucha
la vida viene después
la unidad que sirve es
la que nos une en la lucha

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

la historia tañe sonora
su lección como campana
para gozar el mañana
hay que pelear el ahora

(Mario Benedetti)

Se habrá dado cuenta alguien del momento en que lo comunitario perdió paso, frente a lo individual, el momento en que los vecinos dejaron de entrar a la casa de uno, en que las reuniones de las juntas de vecinos empezaron a perder fuerza, en que dejamos de saber los nombres de los vecinos... cuando los pequeños clubes de barrios perdieron fuerza.
No hablo de los clubes exclusivos, esos continúan con fuerza con los emigrantes... en realidad con los descendientes de descendientes de descendientes de inmigrantes, o los clubes médicos, etc. Estos clubes al revés son tan grandes que entre socios también se desconocen muchos.

Luna de Avellaneda es un club, con todas sus letras, un lugar atrapado en lo mejor del pasado, en los sueños de construir algo mejor, en el momento en que comenzamos a agruparnos para vivir mejor, para complementarnos, que curioso que mientras más nos agrupamos en un mismo espacio menos nos vemos. Los ascensores podrían ser nuestras vías de unión... pero algo raro pasa.

Hay un comercial que habla de TU casa, de TU vida, TUS hijos porque lo más importante eres TU... si lo más importante fuera lo individual todavía estaríamos recolectando frutos en los árboles y no lograríamos todo lo que hacemos como sociedad. Luna de Avellaneda es otra cosa. Es un olor a un hermosos tiempo, al concepto colectivo, en el buen sentido de la palabra. Es la tenacidad y la misión.

Luna de Avellaneda es una historia de dignidad, un sentimiento tan ingrato, tan terco y tan ciego que parece ser más un problema que un valor. La dignidad de Román Maldonado es la punta de lanza del club, esa dignidad tiene sus satisfacciones, y Campanella las sabes demostrar no con guiones, basta un par de ojos que brillan satisfechos cuando un padre mira a su hija bailar ballet; a la vez una niña feliz de ver que sus padres la ven bailar, es algo que vale las humillaciones, las pellejerías y la incomprensión. Ahí los tú que la aseguradora promociona, se encuentran hechos con nuestros puedos, como decía Benedetti.

Cuidar lo que queremos tiene altas cuotas de dignidad y Román demuestra que conservar el patrimonio es parte de nuestro futuro. Es contar nuestra historia a los nietos y vivir orgullosos lo que creamos que se construyo con lo que creimos.

saludos a todos
en especial a Fuji que en su días de cumpleaños, por mostrarme constantemente cosas hermosas, como esta película



Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Página de la película
4.- Escenas de la película

3 comentarios:

Branch dijo...

Cuantos recuerdos me trae la peli. Gracias por comentarla, por los saludos y por la reciprocidad.

Un abrazo Ro ;)

Andrés dijo...

A mí no me gustó "Luna de Avellaneda". Estoy de acuerdo con lo que planteas sobre lo colectivo y lo individual. Pero creo que apela a demasiados lugares comunes para relatar la crisis argentina. La escena en la que el remisero (Ricardo Darín) va a comprar el perfume es un ejemplo en este sentido.

Creo que le mejor de la película son algunas actuaciones, como Darín y Mercedes Morán. En realidad Campañella no me gusta, salvo "El mismo amor, la misma lluvia", que tiene algunas cosas interesantes.

Saludos

Rogolagos dijo...

Fuji
Esta película la conocí por tí

Andrés
Jajaja, hay muchos que no les gusta Campanella... lo encuentran muy "mamón" (muy apegado a la mamá)...
en cierto sentido puede ser.
saludos.