Que increible son esas personalidades dominantes, son esas malditas personas que tienen el magnetismo de hacernos hacer lo que ellos quieren... y que nosotros los independientes nos mantienen en una constante lucha interna. Me pasa después de que estoy con alguien dominante (y de sentirme dominado) que me da rabia conmigo mismo por no tener el poder de decisión para decir no. En otro sentido, Leopold es uno de esos tipos... en plenos años 70 de Alemania federal seduce a lo que se le cruce por delante, mujer o hombre y en este caso... convence a Franz, un joven para tener sexo con él... y vaya que lo logra... porque de paso gana un nuevo acompañante en su hogar. La dominación sexual tiene una fuerte carga sicológica, y ambas se convierten en una peligrosa arma que confunde y puede provocar severos daños. Cuando se confunden las cosas y el placer se convierte a disfrazar de amor, y el enamoramiento se vuelve una buena excusa para el sexo.
Las cosas parecen estar bien... conozco parejas que solucionan todos sus problemas con un buen polvo. Quedan en el olvido las traiciones, los gritos, las amenazas gracias a la cama... ¿se sustenta una relación con una erección?.
Aún no existe un enamorómetro que mida el nivel de enamoramiento que poseemos... y el darnos cuenta de si estamos enamorados, o estamos siendo dominados depende de la capacidad de autoenfrentamiento que cada uno tiene. Si existiera el aparato talvez se sufriría menos.
Leopold convierte poco a poco a Franz en su empleada y ninguno de los dos parece soportarse demasiado... en realidad el viejo es un tipo desagradable e irritable. En cambio Franz quiere hacerlo feliz, pero en otro lugar que no sea la cama parece que es muy dificil lograr eso. Afortunadamente para Franz, el reencuentro con Anna ( la exquisita Ludivine Sagnier) le devuelve los sueños, la situación entre Leopold parece insostenible, así que la llegada de su ex-novia gatilla un nuevo despertar para ambos.... hasta que regresa Franz.
Cuando alguien ama a dos personas, (si es que realmente existen) en que momento se amarán a ellos mismos, Ese es el laberinto de Franz, en el que busca entregar todo el amor a quien realmente corresponda, la fidelidad es una virtud de pocos, para algunos infravalorada... pero en medio de bailes y viejos amores, darse cuenta que lo que amas son sólo ilusiones de un espejo que refleja la superficie, las miradas contemplan lo pasado, el tiempo invertido, los momentos de "amor", la proyección de lo soñado y la desilusión de lo perdido.
Francois Ozón, el director francés así refleja como el poder dominador de algunos, transforma en vapor lo que podría haber sido fresco, como esas gotas de agua sobre piedras calientes... no más hay proyección que volatilizarse hacia otros mundos. Lo que domina segurá siendo una roca caliente, por más que se trata de suavizar. La dependencia del dominador y la inventiva del no dominador parecieran ser simbióticas, la verdad yo creo que no... lo que pasa es que los dominadores necesitan a los no dominadores, pero los cautivados por el magnetismo la verdad a veces pueden vivir sus días solós... pero el conflicto entre sexo y amor vuelve a surgir.
¿quien domina entonces... el amor o el sexo?.
Saludos a todos
Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentarios en Filmafinity
3.- Banda sonora Tanze samba mit ir con Toni Holyday
4.- una Escena inlvidable
2 comentarios:
Gracias por recordar uno de mis films preferidos de este director frances. Saludos!
esta pelicula me encanta, esa historia la he vivido, los abogados son unos pendejos y no saben coger.... bueno Ozon es un director demasiado bueno! =D
Publicar un comentario