(Publicado originalmente el 15 de noviembre de 2008)
Uno de mis primeros encuentros con David Cronenberg fue cuando leí la metamorfósis, y no es que el canadiense hubiese escrito el libro de Kafka, es que estaba tan sorprendido de su mundo oscuro y repugnante que la lectura era incomprensible en esa niñez, eran los mismos días en que el cine mostraba La Mosca, y el horror de ese remake que vi cuando chico y que leí en las historietas fuera tan real como Gregorio Samsa en esos relatos de Praga.
Uno de mis primeros encuentros con David Cronenberg fue cuando leí la metamorfósis, y no es que el canadiense hubiese escrito el libro de Kafka, es que estaba tan sorprendido de su mundo oscuro y repugnante que la lectura era incomprensible en esa niñez, eran los mismos días en que el cine mostraba La Mosca, y el horror de ese remake que vi cuando chico y que leí en las historietas fuera tan real como Gregorio Samsa en esos relatos de Praga.
Así aprendí a querer a los monstruos porque en ellos la belleza es un desafío más fuerte y lo que entregan es lo que realmente importa, es una hermosura distinta con mayor intensidad que esa que se esconde en otros envases.
Ahora Kafka, Cronenberg y Burroughs son cosas muy parecidas para mi, algo repugnante que atrae, como lo desconocido y lo rechazado por la sociedad... no
es facil expresar con palabras ni con imágenes el asco, el olor y la forma de algunas cosas... por eso el sonido cadencioso del saxo, como la mas negra de las historias del cine negro.
Como homenaje y paseo la vida de William Lee,
siempre estamos paseando por la vida de Burroughs, entre su pasado y el que fue su presente por esos días... desde la profesión de exterminador de insectos, hasta sus extraños momentos onírico- delirantes, se refleja en lo que se hace y lo que se escribe. Algo no anda bien... eso lo sabe William cuando su insecticida se termina antes, como si alguien lo estuviese usando sin que el lo note.
Todo va mal cuando descubre que es su esposa, una adicta al insecticida, pero en un momento determinado, mientras tanto desde una caja de zapatos el jefe transformado en un coleóptero mosntruoso ordena a Williams asesinar a sus esposa... todo se vuelve un viaje atormentado, hay culpas y sinsabores, que llevan a William a lo más oscuro de la vida... esa interzona, como Tanger en el norte África, todo parece convertirse en un lugar de paso. Una especie de Mos Eisley en Tatooine en que los especímenes caminan con los humanos y son amigos. En que las maquinas de escribir ya se convertían esos monstruos... como hoy los computadores nos han aprisionado con sus ordenes.
Así William comienza a escribir sus informes de espionaje desde esas máquinas de escribir mosntruosas, que se violan entre si, que se vuelven insectos, en que las mujeres son hombres, en que los muertos reviven con otros nombres, en que lo irreal es parte de lo normal y donde no hay más explicaciones que las propias culpas, como el mundo de Cronenberg una vez más como un cine que parece complejo y denso, pero sólo se trata de pesadillas y de nuestros peores momentos... esos que odiamos... pero que hay que vivirlos para amar y desear los otros buenos momentos que llegarán.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
5.- Trailer