sábado, 24 de septiembre de 2011

FERNANDO HA VUELTO

Hay palabras que de tanto oírse pierden la sensibilidad de su significado, en los años ochenta cuando era niño mientras conversábamos o jugábamos, era normal sentir un estruendo y preguntarse ¿qué fue eso? A lo que alguien respondía… debe ser una bomba… y tranquilos seguíamos jugando… era tan común que hubiesen apagones de dos o tres días en que andábamos con la luz de las velas… mientras yo hacía mis tareas del colegio… La niñez pasaba tranquila sin mayores respuestas, entre la oscuridad, las bombas y las tareas del colegio.
Pero buscar respuestas a otras palabras era muy distinto… en el caso de algunas personas la pregunta que por mucho tiempo se hicieron (y que algunos se siguen haciendo) es ¿Dónde están?... No como la mitológica Llorona que busca sus hijos, si no que a ese esposo, hijo, hermano detenido desaparecido.
No me deja de sorprender siempre que las personas se pierdan, el caso de la niña Madeleine McCann realmente me quiebra, o el del hermano de mi compañero de Colegio Davide Arata perdido hace siete años en la cordillera del Cajón del Maipo. Me sorprenden esas perdidas porque se que tiene que existir alguien que conozca la verdad…
Con mi amigo Nicolás Osorio, en una de esas veces que fuimos a ver a Carolina Marín al Cementerio General, nos presentó el patio 29, un lugar donde se entierran a los N.N. (no identificados) no puedo olvidarme de la imagen, del abandono total de algunas personas… que tuvieron la suerte de no caer en las escuelas de Medicina y fueron enterradas sin siquiera tener la posibilidad de demostrar que tuvieron un nombre, una vida y una razón para estar acá. Mi amigo me contó a modo de rumor… que muchos desaparecidos fueron sepultados en dicho lugar… esperando el día del juicio final

No ha llegado el día del juicio final pero en los años noventa los muertos empezaron a salir de sus tumbas, primero en Pisagua después en el mismo patio 29 del Cementerio General. Entre los encontrados aparece Fernando Olivares Mori, un joven de veintisiete años detenido en el Centro Latinoamericano de Demografía CELADE, su madre y su esposa recorrieron todos los lugares buscando su paradero… y las puertas de carabineros, de la Policía, de la Justicia y de la prensa cobarde de la época (que curiosamente es casi la misma de ahora) les cerraron la puerta… sólo quedó la valentía de colocarse una foto en la solapa, para que no olvidáramos que Fernando, Víctor, Bautista, Ezequiel y tantos otros nombres existieron. Fueron esposos, hijos, padres… sin querer los fuimos convirtiendo en esa antigua foto en blanco y negro, y sin intención tanta grito exigiendo respuestas comenzó a aburrir algunos… y a los incrédulos a justificar las atrocidades.

Bastaron treinta y un minutos para escuchar con mis ojos los gritos silenciosos, que un esqueleto pronunció dentro de una bandeja. Silvio Caiozzi con solo ese sensible instante bastó para recordar mis preguntas por las bombas cuando era niño, para ver esa vida entre las velas de los apagones, para recordar esa televisión en blanco y negro ANTU que escondió los gritos de Fernando, que no nos hizo sentir los golpes en sus costillas, ni escuchar las balas que atravesaron su cerebro y su mandíbula… sin querer a lo mejor cerramos la cortina y nos acostamos colocándonos la almohada sobre la cabeza…

Fernando volvió de ese viaje por las tinieblas, volvió para quedarse en su familia y regresó para contarnos que hicieron con él. Fernando resucitó la conciencia de las palabras… recuperó el sentido de la pregunta ¿Dónde están?, recuperó el testimonio de la existencia, superó el título de N.N. y con nuestras lagrimas comenzó a limpiar las capas de polvo de olvido de la historia.
Pero Fernando, ha vuelto… ha sufrido el mal de Fernando… ha comenzado a desaparecer, muchos canales no tuvieron el coraje de mostrar las claves. Solo Chilevisión en alguna oportunidad mostró su contenido…

Después de ver la película, encontré que era deber agregarla a este blog y al buscar en Youtube no sólo me encontré con la desilusionante ausencia del documental… ¡peor aún! Me encontré con la deplorable parodia que alguien hizo del video, burlándose de la familia y de los detenidos Desaparecidos, así tal cual como un día Pinochet dijo que economía más grande cuando le preguntaron por los cadáveres enterrados de a dos en una misma urna, o cuando las señoras pinochetistas les tiran huesos a los familiares de detenidos desaparecidos…
Esperemos que Fernando siga volviendo, con Víctor, Bautista, Ezequiel y tantos nombres más.

Fernando, ha vuelto yo me lo encontré en el Persa del Biobio en Santiago de Chile, me dijo que no lo olvidáramos y que nunca dejemos de buscar a los que queremos… me pidió que no diésemos vuelta la página hasta que todos volvamos a perdonarnos y a vivir en la verdad.

Un saludo a todos las familias que tienen familiares perdidos
Un saludos para la Agrupación de Familiares y Detenidos desaparecidos.

(Publicado el 23 de junio de 2007)

Por favor no dejen de ver este emocionante video.

Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Filmoteca Wanadoo
3.- Documental

4.- Elegía por Joan Manuel Serrat




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viernes, 23 de septiembre de 2011

CHILE, LA MEMORIA OBSTINADA


Volver a los sueños rendido por la ausencia, 
diferente, sin certezas por ver y sentir. 
Preciso no es fácil decir 
aquello que el silencio 
guarda como una fábula. 
Venir de tan lejos, vencible, 
con la marcha del tiempo en los hábitos, 
y en los labios la esperanza, la risa y nostalgia. 
No es con razones que puedo explicar 
lo distinto que estoy en la misma luz 
y es inquietante saber que las sombras 
cambiaron sus formas de acontecer. 
Nada se olvida porque hasta el final 
atado quedó en mi vida 
el espacio que se nombra mi país. 
Hace unos años mi mamá sufrió un atropello por un bus del Transantiago, afortunadamente ahora está bien, pero en esos momentos el impacto fue tan fuerte que no supo que le pasó, pese a que su rostro quedó desfigurado con grandes hematomas. Ahora después de un año y medio de ese maldito 22 de enero, ella aún no recuerda nada de los sucedido, fue tanto el golpe que su memoria olvidó por completo ese trágico momento.


Creo que a Chile le pasó lo mismo, sigue en el shock que hizo olvidar... (u omitir) lo que pasó. Si bien ya se podía decir Allende fuerte, y de mostrar lo que pasaba, pero saber que fue la Unidad Popular y quienes fueron sus responsables, ya sea de la izquierda o de la dera recha, ahora que están de vuelta hicieron funcionar la máquina del olvido. Por lo mismo Patricio Guzmán decide tomar nuevamente los rollos de La Batalla de Chile, que hasta los años noventa, nunca fue proyectada en algún cine de Chile. Otro reflejo del miedo y la autocensura reinante con la nueva democracia. La historia calificada como uno de los diez mejores documentales de esa década. El tío de Patricio Guzmán se arriesgó a guardar los rollos y la embajada de Suecia se encargó de sacarlos por valija diplomática, mientras Patricio estaba preso en el Estadio Nacional, los rollos viajaban hasta Estocolmo para el montaje.
Ahora veintitres años después del golpe militar, se hace necesario recuperar a esos personajes anónimos que estuvieron en la batalla, algunos se reconocen inmediatamente como los guardaespaldas de Allende, pero otros personajes ya no saben si son ellos o son otros... no sólo por lo que la película proyecta, también por lo que la vida hizo, todos los que estuvieron ya no son los mismo, en el fondo algunos tienen los mismos sueños, pero ahogados en el shock colectivo que vive Chile, nos disfrazamos de anónimos, el blanco y negro de la memoria se ha encargado de pintarnos el presente con otros colores. El tableteo de ametralladoras y las orugas de los tanques están alojadas en algún cuartel. Pero basta que un grupo de músicos entone una partitura de Venceremos por el Paseo Ahumada y se despierten sensaciones, algunos levantan el puño otros miran con cara de reprobación por lo que pasa... como si la nación de enemigos vuelva a reactivarse.


Mientras tanto los jóvenes que ven el documental van generando sus propias interpretaciones, mientras en un grupo de personas de derecha al ver el documental reclaman por el sesgo isquierdista que le dan. Lo mismo dicen algunas niñas en un colegio en que las opiniones divididas, mientras las lágrimas y el odio sale por los poros por lo que se hizo. Así Chile parece no haber aprendido mucho de todo lo que pasó en los últimos treinta años. La desigualdad que ha sido fruto de la obstinación de la memoria, es la que aún nos tiene asumidos en la separación entre ellos y nosotros. No sirve de mucho que el skyline de una ciudad ahora se vea más alto, con nuevos edificios con la cordillera de fondo, el maquillaje con el que hemos pintado un país que parece moderno, sigue lleno de cicatrices que a la primera lluvia nuevamente salen a flote para decirnos que estamos igual que siempre.


Saludos a todos


Fui desgarrado de todas las señas 
que hicieron mi llama y mi descubrir 
y es de un distante lugar 
que los años me envían 
los signos de mi entender. 
Y, sin embargo, yo sé que total 
sabré compartir un día 
el espacio que se nombra mi país.
Cambiaron las vidas en torno de la espera, 
simplemente, por anhelos de ser y vivir. 
¡Abrir la frontera es el fin, latir desde la tierra 
en canción pura y única! 
Presente y lejana la esencia del motivo, 
el comienzo, la memoria, 
la raíz de la luz y del amor. 
¡Es siempre frágil la constancia del volver, 
voz y lágrima!



Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Chile, la memoria obstinada en cinechile
4.- Película completa en Luciano Cruz videos
5.- Película en Youtube.

LA FRONTERA

Afortunadamente mis papás me contaron que vivíamos en dictadura... así que supe que era normal para ese momento lo que ahora es irracional, así que entendía que en plena época de plebiscito habían dos dirigentes sindicales relegados en Parral... ser relegado era una figura extraña porque eres exiliado dentro de tu propio país. Como Chile es una país tan centralista y cada vez más urbano, quedar relegado es casí como amarrarte las manos. Así Manuel Bustos y Arturo Martínez se hicieron símbolo de esos últimos días de dictadura en Chile.
Pero es extraño esa figura de relegar... como si vivir en un lugar rural fuera un castigo, como si las grandes ciudades fueran el paraíso, y el campo se convirtiera en una prisión sin progreso... aunque en la vorágine de la esperanza pareciera ser que algo de cierto tiene, cuando cada vez los jóvenes buscan trabajo y estudios en sectores urbanos aledaños, mientras la proletarización de los campesinos los hizo pasar de inquilinos a obreros de agroindustria y temporeros. Las pequeñas ciudades parecen convertidas a mantenerse en pie más por la dignidad que da su propia historia que por razones económicas... esa transición constante nos mantiene en uno y otro lado de la frontera de Chile... y sin querer queriendo Ricardo Larraín marcó el punto de inflexión en una de las películas más importantes que la década del noventa le dio a Chile.

En medio de la niebla los caminos se colocan más misteriosos, los ojos se abren y las luces se hacen más necesarias, así son eso caminos de Chile que en los años ochenta entre el óxido y el regreso parecían hacer resurgir... así como esa niebla que al mediodía comienza a despejar eran los últimos días de la dictadura para Chile... y en esos caminos se movían los dos agentes del servicio secreto con el profesor Ramiro Orellana (Patricio Contreras) con destino a su lugar de confinación en pleno sur de Chile. El trato entre ambos era de cordialidad como indicando que los enfretamientos después de más de diecisiete años ya empezaban a calmarse, la frontera entre la condena y la libertad era el paso por un río en un pequeño transporte que llevaba hacia un lugar que parecía sacado desde el fondo de las profundidades del dolor y de la desesperanza.

En realidad para un relegado la verdadera prisión se encuentra en un libro y un lapiz que los obliga una y otra vez a firmar su permanencia, la llegada de Ramiro es un evento para un lugar pequeño, tan minúsculo que ni policía tiene, sólo un delegado que los llama por teléfono si hay algún problema... pero tampoco sabe demasiado de los procedimientos y la llegada de un relegado, es una figura que tampoco entiende muy bien. Así la diferencia entre un profesor que firma una carta en apoyo de un colega preso es llamada "terrorista" por sus coterráneos... algo que puede causar risa al verlo. Pero la diferencia lingüística entre lo que unos y otros llaman terrorista sólo se distingue entre los independientes y el Estado. Cuando nadie llama a un Estado completo que invade otros territorios, que posee organismos que fomentan golpes de estados y afixia economías no se les llama de igual modo.

Pero la belleza del lugar (que no se menciona pero es en Puerto Saavedra) va haciendo del profesor Orellana una persona distinta, de tanto hablar en las aulas se va perdiendo el sentido de la audición, pero acá en su exilio interno el profesor vuelve a sentir como el mar gime al besar la arena, como los pajaros acarician los árboles y como se sienten los habitantes del poblado que parecen ser libres, pero que en realidad son relegados que su firma la estampan en otros libros, con cadenas perpetuas por lo vivido sin que estos sean en forma necesaria crímenes contra alguién. Un anciano (Patricio Bunster) que parado en el muelle viaja con su imaginación a su España Republicana que lo exilió. Un buzo que con su escafandra se sumerge en busca del lugar en que se comunican los dos océanos que producen los maremotos, una bibliotecaria llamada Maite (Gloria Laso) que en un maremoto el mar le arrancó a su madre y a su hijo, y ahora cada día lucha contra ese pasado que se derruye con la marea, la humedad, el sol y el tiempo.

El Winnipeg de Neruda trae muy pequeña a Maite de las garras de Franco a Chile, a Ramiro le llama la atención que ella pese a vivir más de cincuenta años en Chile ella siga con su acento español tan marcado...
"Algo había que conservar, ¿no le parece? Primero perdimos la guerra en España,luego perdí a mi hombre hermoso y cobarde que me dejó un hijo y huyó, luego fue el maremoto y después... volvimos a perder..." le dice Maite a Ramiro, mientras la casa del pasado sigue iluminando un florero y un retrato que lucha contra el mar. Pero ¿qué vale la pena realmente para Ramiro?, es tanto lo sufrido y tanto lo perdido, que el encontrarse en ese mundo mágico en que el mar hace desaparecer, en que los hombres viajan con la mente o con escafandra buscando sus verdades... parece que el pueblo contiene solo malas ilusiones de un mundo triste.

Un mundo triste en el que los hombres bailan entre si, se abrazan al compás una música de lamentos y una visita del pasado que se queda en la frontera del pasado y el presente, una esposa que regresa del exilio europeo, un hijo que ya no recuerda el idioma y un camarada que ha actuado de padre putativo y al parecer... de esposo también... el agua es nuevamente la que domina ahora como la barrera de lo íntimo... un regreso sin abrazos, sólo gritos íntimos de desesperanza y amor... pero entre todo lo que olvido se encargado de destruir aparece un himno que aún queda en el inconciente de un hijo... así para Ramiro las cosas comienzan a tener más sentido en su relegamiento, ahora parece que el castigo se convierte en la oportunidad de nacer de nuevo, de creer y de crear, de buscar los mundos profundos bajo el mar. De encontrar el sabor del amor en otra boca, en fin la oportunidad de ser nuevamente Chile desde sus huesos y su carne.

Chile está lleno de fronteras desde la propia Cordillera de Los Andes, hasta el inmenso mar, el desierto árido y el hielo eterno, hay fronteras que lo hacen ser distinto de los soñado y lo vivido. En medio de tantas barreras, crecer se ha convertido en un desafío que vuelve mágico algunas historias personales. Ramiro tiene eso de estar en ninguna en parte dentro de tu propia casa y al momento de ser libre, no se sabe si en realidad te cambiaste de prisión o solamente tienes un espejo enfrente que te hace ver los lugares más amplios que la claustrofóbica realidad del angosto territorio. Cuando el país aún habitaba entre la frontera del horror de la dictadura y el comienzo de la democracia... El cine chileno tuvo en La Frontera de Ricardo Larraín, la película más real de la fantasía que sólo en ese extraño muno podía pasar.

Saludos a todos
(Publicado el 13 de Julio de 2009)

Bonus Tracks

1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Película en Wikipedia
4.- Escenas escogidas para el blog

5.- Puerto Saavedra, Locación de La Frontera

Ver mapa más grande

jueves, 22 de septiembre de 2011

AMNESIA

Después del 5 de octubre de 1988 todo pareció rápido, al otro día la gente abrazaba a los carabineros, ya había terminado la "guerra", a pesar de que dice la leyenda que el general Mathei le dijo a Pinochet que no se le ocurriera "alguna tontera". El Plebiscito indicó que un 56% no quería que la dictadura siguiera, pese a la hora en que se dieron los últimos cómputos era el fin de los días oscuros. El peor error de la dictadura fue la violación sistemática de los derechos humanos desde el primero hasta el último día en que estuvieron en el poder.
Sin embargo la aritmética simple indica que también existió un 44% que quería que Pinochet siguiera en el poder, no era una cifra pequeña y desde esos números Chile comenzó a vivir un extraño y adormecido ambiente en que el miedo y el "respeto" hicieron que el país de enemigos que hemos tenido por años, se de una especie de "tregua" que el cine de ficción y la generación más directa se encargará de mantener intacta para no herir a ningún sector del país.
Las palabras de "Justicia, en la medida de lo posible" dicha por el presidente Patricio Aylwin son claras y ahora al mirarlas con el tiempo también fueron desafortunadas... porque ahora las estamos padeciendo completamente.


Eso de "en la medida de lo posible" fue lo que hizo que los violadores de los derechos humanos siguieran por las calles caminando tan tranquilos como antes. El mismo Pinochet se quedara de Comandante en jefe del ejército por muchos años más, para después ser senador vitalicio... eso fue lo que aceptamos sin chistar a cambio de que él se retirara. En ese ambiente de "reconciliación" fue que en una calle nublada de Valparaíso Ramiréz (Pedro Vicuña) vio una silueta que no había olvidado, tanto así que fue capaz de bajar del bus para seguirlo y convencerse de que la vida le estaba dando la oportunidad de vengarse del Sargento Zuñiga (Julio Jung).

Es que pese a los años, el amarillo intenso del sol que revienta en la arena del desierto de Atacama al norte de Chile, fue testigo de como el soldado Ramírez estuvo bajo las òrdenes del Sargento Zúñiga. El batallón estuvo a cargo del campo de concentración de  los prisioneros políticos enemigos del régimen.
La dictadura se encargo de fabricar sus propios enemigos en forma constante ya sea partidos de la UP, de la iglesia, de quien fuera que no estuviera de acuerdo con lo que proponían. Ahora en el presente al encontrarse Ramírez con Zuñiga éste último lo saluda con cariño, por el recuerdo de esos días de "guerra" los conduce en medio de un bar en que el sargento se encuentra con sus camaradas de armas que forman parte de una cofradía que podría "proteger" a esos violadores de derechos humanos de los que la nueva democracia podría hacer. Pero pese a ello la mirada destruida de Ramírez lo vuelve a transportar al día en que asesinando a prisioneros que pasarían a la lista de desaparecidos nota que uno de los baleados se encuentra vivo... y en vez de rematarlo prefiere hacerlo escapar.


 La democracia que realmente se soñaba, quería llegar para hacer justicia (no venganza), para encontrar a todos los desaparecidos, a encarcelar a los asesinos... pero la medida de lo posible construyó un mundo onírico como el que el Capitán Mandiola (Nelson Villagra) veía en las discusiones que tuvo con la voz de Marambio, así era la guerra que el imaginario talló en las vidas de quienes estuvieron en el frente de las ilusiones. Para Ramírez ya no habían fechas, para Marambio no había guerra, para Zuñiga había muerte y para Carrasco (José Secall) el preso que logró sobrevivir gracias a Zúñiga, estaba en su sueño el día en que se encontrara nuevamente con Zuñiga y logre la justicia.

Como si una premonición se hubiera plasmado en los rollos de treinta y cinco milímetros de Amnesia nadie fue capaz de hacer justicia, ni los buenos ni los malos, ni ellos ni nosotros, ni la derecha ni la izquierda... nadie pudo volver a asesinar, simplemente y pese a todo se sentaron de nuevo en la mesa para ver como un pescado largo y angosto tenía su cabeza cercenada sin destino.

Saludos a todos.

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Amnesia en cinechile
4.- Amnesia en Patio de Butacas
5.- Escenas


LOS NAUFRAGOS

Se me perdió el amor,
se me perdía
entre viejas ciudades,

tu recuerdo y tu olor

se me perdió el amor.
Se me perdió el amor,

se me perdía
en las afiladas piedras
del camino
se me perdió el amor*.


Siempre he escuchado malos comentarios del cine chileno de los años noventa, porque era un cine político que hablaba en contra de la dictadura, del exilio, los desaparecidos... yo discrepo completamente de eso... el cine chileno de los noventa fue cobarde, habrá sido ese cuarenta y dos por ciento de personas que votaron porque Pinochet siguiera gobernando el que nos hizo medir nuestras palabras, o habrá sido que la televisión, las radios y los diarios continuaban (y continúan) siendo medios de comunicación de la derecha que no se pudo más. Las películas más directas de la dictadura de Pinochet no fueron hechas en Chile, es más Costa Gavras llegó más lejos en la denuncia real de lo que fuimos capaces nosotros... acá todo fue al estilo "La Frontera" sin desmerecer esta gran historia de Larraín, pero entre el realismo mágico y el horror, todo se volvía niebla entre el canto del romántico viajero de un hijo alejado.

No tuvimos la valentía de hacer nuestra propia "Noche de los lápices" o "La Historia Oficial", todo fue un maquillaje para que no se espantaran los dueños del terror. Tal vez "Imagen Latente" tuvo algo de valor al sonido de La Internacional en una caja de música... pero entre lo onírico y lo real he sentido que Los Náufragos es la síntesis de los noventa, esa década que pasó entre la niebla del reencuentro, la resurrección de los muertos, la aparición de la verdad y la oscuridad del miedo.
Nunca hubo verdadera transición a la democracia en esos años y convertimos la dictadura en esa cosa extraña que hoy nos nubla creyendonos libres.

En Los Náufragos de Littin Chile se ve borroso, por el presente anacrónico con cara de pasado, como la Cantiga de la memoria rota, no creamos nuevas verdades y dejamos que los que mataron sigan escondidos en nuestra propia avaricia. Con estupor supe que una tía mía, esposa de un funcionario de esos años de dictadura, llegaba a su casa en esos días con la ropa, zapatos y lentes de los detenidos para ver que le podía servir... la ropa de muchos que nunca más volvieron. Ellos saben donde están los que no están, ellos saben que fue lo que pasó, pero se esconden en sus nuevas vidas, en sus nuevos nombres, en sus nuevos miedos... total para eso está Manuel Contreras, para que siga acumulando cadenas perpetuas por todos los que callan.

Aron (Marcelo Romo) vuelve del exilio a su casa en el campo de Palmilla, todo es desolación, su madre se quedó sola, el padre asesinado el hermano desaparecido, mientras algunos aprovecharon de adueñarse de la casa, el auto y las tierras del difunto... en medio de la muerte no se sabe si Ur (Bastian Bodenhöfer) es una ilusión o realmente existe, mientras el vagabundo (Patricio Bunster) baila en el desierto. Entre basurales y playas, o entre la noche oscura y el blanco desierto, no se ve salvación, el barco de la verdad se aleja de la isla del silencio, Chile está destruido por el miedo, por la traición, por la fantasía... no quedó nada... o a lo mejor nunca hubo nada... No hubieron fusiles, ni conciencia ni tampoco pueblo como dice Sebastián Mola (Luis Alarcón) en una de las escenas más desgarradoras del cine de los noventa (ver video).

Entre tantos signos, sueños y niebla, uno se pierde con los naufragos y parece que no queda nada claro... pero en realidad así fueron los noventa, no había que desenlazar nada, porque nada está solucionado, No hay respuestas aún, ni reencuentros... ese es nuestro naufragio, no fuimos rescatados jamás, solamente creamos otra sociedad perdida en el presente esperando que el barco del pasado real llegue a nuestras playas... por mientras hemos creado generaciones que viven de una nueva solidaridad basada en la caridad arrogante e inquisidora, que nos nubla del verdadero día en que tengamos las verdaderas nuevas herramientas para hacer un país mas libre y más real.

Nuestra única verdad fue septiembre de 73. La única verdad fue nuestra muerte. Lo demás fue sobrevivir. Pero ellos están ahí con sus cicatrices, con sus dolores, con la ira acumulada. Ellos están ahí mirándote como si fueran piedras sus miradas. Ellos están ahí recordándote que existen. Ellos no son ideas, ni imaginaciones, ni tesis. Ellos están allí esperando, esperándote.
(del guión de Los Naufragos)




Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentario en Bazuca.com
3.- Escenas

4.- Fotogramas


5.- Ve la película completa gracias a Arcoiris.tv

FRANJA DEL NO


Es el dos de octubre de 2008, una compañera de trabajo se da cuenta que este domingo será cinco de octubre y comienza a contarle a su hijo de catorce años lo emocionante que fue el día en que se derrotó a la dictadura con un lapiz. Uno de los días más hermosos que muchos chilenos recordamos y que al mirar las imágenes, me siguen emocionando, el niño escucha muy entusiasmado.
Mientras estamos en la oficina este viernes, suena el celular de mi compañera de trabajo, era su hijo que le pregunta... ¿mamá que se celebraba el cinco de octubre?.
Es que ya pasaron veinte años desde esos días... yo
 era un niño, tenía doce años y no podía estar ajeno a lo que sucedía en el país, al ver las noticias me llamaba la atención que en todos lados cambiaban presidentes menos en Chile. No entendí
a como mis padres, tíos, amigos, compañeros de colegio eran todos contrarios a la dictadura... mientras en la tele se veía sólo a gente feliz por la estabilidad de Pinochet. Mientras conversabamos sentíamos estruendos gigantescos que no nos asustaban porque sabíamos que eran bombas, y los extremistas querían destruir el país asesinando carabineros y asaltando bancos.
En esos días era subersivo ver una muralla que dijera De
mocracia Cristiana y yo no entendía que era ese martillo cruzado con una hoz, sólo creíamos en la iglesia y no porque fueramos católicos fieles, si no porque era la única que contaba algunas barbaridades que nos parecían normales.


Pero todo cambió un día de septiembre cuando por ley comenzó la franja política del NO, ahí entendí que todo era distinto, que mis papás no eran la minoría que había mas gente que apoyaba la salida de Pinochet... gente de la televisión, los actores, escritores, músicos y pensadores. Todo se convirtió en alegría desde esa única válvula de escape de quince minutos que Chile tenía en el mar de mentiras que la prensa de la época contaba.


Fue la primera vez que vi que si existían señoras que buscaban a sus familiares prisioneros por más de quince años, ahí vi la verdadera represión policial, vi a seminaristas y monjas luchando por la democracia, a actores que no habían vuelto a salir en pantalla... pero lo más importante vi esperanza, en medio del miedo que se pregonaba desde la dictadur
a de la vuelta del marxismo y de los comunistas. La propaganda tenía un carácter menos políticos y más cercano a lo que en esos día pasaba... había que quitarle el miedo a la gente por el odio, no había revancha ni tampoco vía armada, simplemente las mismas reglas del juego que la dictadura había creado.


Este es un blog de imágenes que concentran emociones, es que saber contar las historias tiene dosis de magia, amor y creatividad; y no se pueden dejar en el olvido las imàgenes más importantes de mi vida, cuando lo que fue noticia hoy es parte de un proceso histórico que los niños no recuerdan (porque no lo vivieron) pero por el que nuestros padres lucharon, lloraron y sufrieron... me da entre pena y alegría ese olvido de las nuevas generaciones... pena por lo que costó en vidas y libertades... y alegría porque indica claramente que ahora vivimos en una sociedad libre.

Pese a que han pasado veinte años y los gobiernos de la Concertación presentan un claro desgaste, me sigo emocionando con las imágenes que crearon el final feliz de esos oscuros días. Hoy mientras miro algunos de los problemas que ellos mencionaban en contra de Pinochet como mejorar la salud, la educación, la economía y igualdades sociales... parece un mal chiste ver los discursos... pero hay un país distinto eso no se puede negar, con ideas que a veces parecen perderse entre una sociedad que pareció venderse a un sistema más cómodo y un mundo donde los que hicieron lo imposible ahora sólo parecen parte del panteón de los héroes.

Pese a las críticas yo si siento que la alegría llegó y se quedó para hacer un país nuevo.

Saludos a todos
(escrito el 5 de octubre 2008)

Bonus Tracks
1.- Escenas escogidas de la franja del NO a Pinochet


2.- El día en que volvió la democracia en Chile, acto en el Estadio Nacional


3.- Recuerdos del Plebiscito



miércoles, 21 de septiembre de 2011

EN EL NOMBRE DE DIOS



Creo que detrás de la bruma el sol espera. 
Creo que en esta noche oscura duermen estrellas. 
Creo en los ocultos volcanes sin ver sus fuegos. 
Creo que esta nave perdida llega a su puerto. 
No me robarán la esperanza, no me la romperán; 
vengan a cantarla conmigo, vengan a cantar. 
Creo en el hombre razonable y no en la fuerza, 
pienso que la paz es simiente bajo la tierra. 
Creo en la nobleza del hombre de Dios imagen 
y en la voluntad de los hombres que se levantan. 
No me robarán la esperanza, no me la romperán. 
El árbol que han herido pronto renacerá*
                                   Esteban Gumucio SS. CC

Tenía que ser algo muy importante para que interrumpieran la oración matinal, una llamada por teléfono interrumpió el momento.
- Raúl, pon la radio- dijo el obispo José Manuel Santos, mientras la monja que preparaba el desayuno encendió el receptor y comenzó a escuchar los bandos militares.
-¿qué pasa? dice el secretario de Cardenal y la religiosa contesta que "están echando a los upelientos"... así comenzó el concierto de teléfonos todo ese día 11 de septiembre de 1973.  Desde el momento mismo del golpe militar la iglesia no vio con buenos ojos la pérdida de la democracia y peor aún las violaciones a los Derechos humanos.


Cuando la gente fue detenida, cuando algunos no se sabía donde estaban, cuando algunos fueron despedidos de sus trabajos, cuando algunas personas estaban siendo torturadas, cuando los tribunales de justicia ampararon los atropellos, cuando la televisión omitió verdades, cuando los diarios escribieron las mentiras, cuando en la noche no se podía salir, cuando el tableteo de las balas despertaba de los sueños, cuando los cantantes habían sido asesinados, los poetas muertos y el miedo inundó el ambiente... fue cuando Raúl Silva Henríquez, el Arzobispo de Santiago fue capaz de pararse, levantar la voz y decir que las cosas no son normales. La cuota de racionalidad que Chile necesitó dentro de sus fronteras fue puesta por las iglesias.


Patricio Guzmán pudo captar como las Iglesias, en especial la catolica enfrentó la dictadura desde todos sus ámbitos y frentes a los que se vieron diezmados por los extraños días de los ochenta. En primer lugar desde el Cómité pro Paz y luego desde la Vicaría de la Solidaridad, con la que se comenzaron a crear y a buscar las evidencias de que los arrestados existían y que la justicia, pese a todo tenía que existir. Si la represión estuvo en las poblaciones ahí estuvieron las capillas para organizar y amparar a la gente humilde. En esa labor, por ejemplo, estuvo el padre Mariano Puga, el cura obrero de la Población La Legua que pese a la represión ayudó a organizar y convertir esos difíciles días en una de las etapas más unitarias que tuvo el emblemático barrio.


No servía de nada que los personeros de la dictadura fueran a misa, que le rezaran a la Virgen del Carmen, que se arrodillaran y que invocaran a la providencia para bendecir sus armas. Aún algunos invocan en sus propósitos el nombre de dios... como si por el solo hecho de invocarlo las cosas son de bondad. No sirve de mucho ahora rezar, ni poner cara de cordero de dios. Los religiosos tuvieron y sintieron al Dios vivo en los momentos en que no había nada más a que aferrarse las sotanas estuvieron más lúcidas que nunca... gracias a ello la historia se logró reconstruir, la verdad se pudo defender y ser verdaderos testigos de que lo más bizarro de los días verdeolivo tenía que ser investigado y denunciado. 
Chile no estaba dormido, estaba perdiendo el miedo y eso se agradece. Ahora que la iglesia se ve envuelta en momentos difíciles por los casos de pedofilia y algunas actitudes en defensa de su visión de algunos temas valóricos que hacen dudar de su credibilidad y respeto. Vale la pena recordar lo importante que fueron los sacerdotes, seminaristas y religiosas para gritar "Yo te nombro Libertad"  en especial el Cardenal Raúl Silva Henríquez.


Saludos a todos.




Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.-Comentarios en Filmaffinity
3.- En el nombre de Dios en cinechile
4.- Escenas

5.- Película completa por Arcoiris.tv

SUSSI


Pues se fue la niña bella
bajo el cielo y sobre el mar
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar
Rubén Darío.


A fines de los años ochenta, tenía un poco más de diez años y no había mucho más que mirar, los sábados eran para Don Francisco y en la semana no había más que ver. Lo que daban era lo que la televisión dictaba, con cuatro canales estatales el jet set se hacía más reducido. En ese contexto las dictaduras tenían el modelo franquista de pacatería religiosa que defendía la moral y las buenas costumbres... al menos así parecía ser, pese a que los militares en Chile tenían pésimas relaciones con la iglesia. Mi madre si bien no estaba alineada con el gobierno de turno, si lo estaba con la moralidad tanto así que cuando en televisión se daban un beso la televisión se cambiaba automáticamente, recién habían llegado a mi hogar, para que decir si se veía algún pezón de una mujer... cuando en esa època con suerte salía uno de alguna tribu de África igual sufría la censura impuesta por mi mamá. La única vez que no pudo contra la censura y quedó impactada fue una vez que con toda mi familia vimos en VHS la película Sussi. No todos los días se veían películas chilenas, de hecho en dictadura yo sólo recuerdoSussi y El último grumete.

Azucena (Marcela Osorio) o más bien Sussi, es una joven del campo que ha decidido llegar a la ciudad, la madre estaba muy preocupada de que en Santiago no la fueran a matar. En la capital llega a vivir a una pensión del centro donde es bien recibida por sus vecinas, dos señoras de edad que ven en la joven la promesa de los sueños que ellas no vivieron, a la vez los hombres con mirada lasciva no pueden dejar de pasar su sonrisa para dejar que ella haga lo que sueña. La verdad la historia era simple y común. La idea de la película era mostrar al "chileno medio", por supuesto eso tiene un alto aire caricaturesco en los personajes. Pero pese a que la crítica la destruyo (algo común de los chilenos con el cine nacional), como si a veces el argumento de una historia fuera importante...


Sussi llega primero a trabajar a un un hospital como auxiliar de aseo, después pasa por un restaurant, y así va llegando hasta los más alto cuando le toca ser el rostro para una campaña de la mujer chilena. Con todo ese estilo patriotero de la dictadura. La película está en un enviando mensaje subliminal todo el tiempo. Desde ese tono marcial de muchos que tienen la autoridad, hasta los rayados en contra de Pinochet en los muros. Tambien dar mensajes a la soledad del poder y a las traiciones. Sussi se enamora de otro pensionista (Bastián Bodenhöffer) y se da una escena de sexo que dejó a mi mamá pasmada, porque no pudo cambiar la tele y la alcanzamos a ver completa, no recuerdo cuantos segundos duró, pero lo hizo para que no me olvidara más. Aunque no entendía mucho, me habían explicado como se hacían los niños, pero no me lo imaginaba en vivo hasta cuando vi esa escena de la película.

Sussi con el tiempo ha ido teniendo otra visión, no esa tan dura con la que se trató cuando llegó al cine... era tan poco lo que se había hecho en el interior que no era necesario destruirlo, había que ser sutil para pasar las barreras, Justiniano lo hizo con esta historia, que no fue tan ambiciosa pero que se inscribe dentro del duro camino del cine chileno en la Dictadura.

Saludos a todos.



Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3- Sussi en cinechile
4.- Película en Youtube










martes, 20 de septiembre de 2011

CIEN NIÑOS ESPERANDO UN TREN

A veces a la mirada se toma como si fuera algo inferior, los científicos la han bajado a un segundo planot en comparación con la observación. Pero para mi observar es un gesto de arrogantes "que paradojico que diga esto trabajando en un observatorio". La observación es un acto mesurado en que se toman elementos y se analizan, se proyectan y se tratan de predecir. En cambio la mirada es entrega, es practimante una sensación y un sentimiento al mismo tiempo. Por eso para amar el cine más que aprender a ser un arrogante observador, hay que aprender a mirar y eso se hace simplemente mirando, valga la redundancia... y por muy simple que parezca ser mucha gente aún no es capaz de entender que significa una mirada... nuestro lenguaje esencial está compuesto de lo que los ojos hablan cuando miran, cuando estan tristes o cuando gritan te amo. La pintura por un lado es un arte asociado a la observación, mientras que el cine no se puede dar el lujo de observar, al contrario es un elemento que contribuye a que los sentimientos nos liberen aunque sea por un rato de las tristezas y de las dictaduras.

Ahora nos sonaría raro que un agente de la CNI con una grabadora se disponga a registrar  lo que los niños dicen... si hay armas escondidas o si hay algún sótano en la casa. Es que la población no parece ser muy calmada a la hora de enfrentar la represión y la violencia que la policía tiene con ellos. Fue en esos escenarios donde se vivieron los enfrentamientos más fuertes de la dictadura con el pueblo. Testigos de tanta adrenalina fueron los niños, que más que asustarse lo volvieron parte de su cotidiano (como todas las barbaridades que en Chile ocurrieron)... en ese contexto que las capillas e iglesias se convierten en las sedes sociales que resguardan la cordura de los momentos más difíciles de Chile.

En una capilla de Peñalolén que vivió la represión de manera directa de esos días, fue donde se comenzó a realizar el taller de cine para niños. Realizado por la gran Alicia Vega una de las investigadoras más importantes para el cine chileno. Que en los años de represión trabajó junto a la iglesia en distintas poblaciones. Es que los niños pobres de los ochenta no tenían la prioridad de ir al cine. Los cines de barrio de los 70 ya habían desaparecido y sólo quedaban los cines del centro de la ciudad, por lo cual ir al cine es algo poco prioritario para los pobladores. Pero no es requisito para ir al taller de cine haber ido antes, porque de ahora en adelante los niños veran una película cada semana en el taller. Al mismo tiempo aprenderan como se hace el cine y como amarlo.

Algunos creen que ver cine es cosa de intelectuales, me ha tocado ver algunos vendedores de películas piratas, principalmente en el Persa del Biobío que ningunean algún tipo de cine y el que ellos ven lo tratan como "Cine Arte"... yo detesto ese nombre (lo he dicho otras veces)... porque el  cine completo es un arte. El cual de tanto verlo nos va afinando el ojo en detalles, visiones y miradas distintas. ¿Quién podría pensar que en un taller de niños de ocho años aprendan lo que es una secuencia, un travelling, los planos de una cámara, del argumento y de la definición de los fotogramas?... y más aún que lo disfrute, que vea películas de Tavianni o de Lamorisse en un taller de la capilla. El taller se ha convertido en una experiencia que no olvidarán jamás los niños y los que vean Cien niños esperando un tren tambien.

La pobreza parece convertir la vida en un castigo, en un país triste como Chile. En la noche más oscura la luz de un proyector abrió un surco en la esperanza de esos niños, por ese rectángulo descubieron que el tren de los hermanos Lumiére se podía arrancar de la pantalla, que ellos podían entrar dentro de esa nueva ventana y disfrutar con Laurel y Hardy o con Charlot. Al mismo tiempo gritar a los cuatro vientos de que aún teníamos esperanza, de que venía otra generación que no va olvidar la muerte y el miedo que algunos intentaron imponer, que la ficción por ahora es más linda que el horror de la verdad. Que la vida se convierte en algo hermoso que se puede disfrutar en cada momento, que no importa ser rico o pobre, lo importante es tenernos cerca y mirar, escuchar y amar lo que se tiene. A esos niños que esperaban el tren de Lumiére por veinte semanas les enseñaron que si podemos creer que la vida es más hermosa que lo que nos hacen creer.

Saludos a todos
Y no pueden dejar de perderse uno de los mejores documentales que Chile ha tenido.


Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Cien niños esperando un tren en cinechile
4.-  Escenas






lunes, 19 de septiembre de 2011

ACTA GENERAL DE CHILE

Yo pisaré las calles nuevamente 
de lo que fue Santiago ensangrentada, 
y en una hermosa plaza liberada 
me detendré a llorar por los ausentes. 
Yo vendré del desierto calcinante 
y saldré de los bosques y los lagos, 
y evocaré en un cerro de Santiago 
a mis hermanos que murieron antes. 
Retornarán los libros, las canciones 
que quemaron las manos asesinas. 
Renacerá mi pueblo de su ruina 
y pagarán su culpa los traidores.
(Pablo Milanés)


La ausencia siempre es algo que idealiza lo perdido, el deseo siempre es bello y la idea del reencuentro ronda todos los días, como el motivo de la existencia. Ahora que Chile sigue celebrando fiestas nacionales, me llegó a mis manos uno de los tesoros más interesantes de ese Chile ausente, que vivía en nosotros mismos a través de la película "Acta General de Chile" de Miguel Littin.


Quizás tan importante como la película es la forma en que Littin filmó esta historia, que se encuentra narrada completamente en el libro de Gabriel García Marquez "Las aventuras de Miguel Littín clandestino en Chile"; cuando pasaron doce años de dictadura militar, Miguel Littin entra a Chile con otra vida, una que inventó para el regreso. El que entró con el cuerpo de Miguel era un uruguayo con profesión distinta, esposa y excusa falsa. Desde ese momento comenzó a filmar con tres equipos un documental del Chile en dictadura. Ese que ni siquiera los que vivíamos dentro del territorio conocíamos, desde el desierto hasta Chiloé, desde las alturas a las profundidades de las minas del carbón, Littín fue palpando ese país triste que comenzaba lentamente a despertar.
Hay una pugna desde hace un tiempo entre los que se fueron y los que se quedaron, los que se quedaron se hacen llamar "los valientes", por haber vivido la dictadura en carne propia. La verdad no considero a nadie cobarde, no es fácil sentirse desterrado, el pan tiene otro sabor, la cordillera es una silueta de sueños y el aire es distinto al de la memoria. MIguel Littín lo sabe y lo enfrenta. Grabando miles de metros de realidad en sólo seis semanas, Acta General logra más testimonio que cualquier otro documental realizado para la época, desde los diversos escenarios, con los actores de la oposición (e incluso de la dictadura), con personajes comunes y algunos inalcanzables para esos días.Partiendo de ese Santiago triste del año 1985, con un terremoto en sus entrañas aumentando las ruinas del miedo, desde la ciudad acallada por el toque de queda, en que los signos del pasado habían sido silenciados y escondidos. Aparece una ciudad que desea liberarse desde sus poblaciones marginales o por los estudiantes universitarios. Aparece un Valparaíso con signos claros del deterioro definitivo, en que la oxidación urbana estaba alcanzado todas sus manifestaciones en el puerto. Las familiares de detenidos desaparecidos en plena época de búsqueda, los profesionales degollados, unos niños marchando al son de los himnos militares y el testimonio de algunos políticos que en esos años fueron oposición al régimen.Al mismo tiempo recorre las pampas salitreras del norte, donde reconoce las masacres, conversa con los relegados políticos, con los cronistas locales, con los pescadores, los alcaldes impuestos por la dictadura, con el desierto y ese sol que quema; en el sur se encuentra con los mapuches, con los campesinos, con los mineros del carbón, con los que intentaron regresar en contra de las leyes del exilio, con los bosques y el frío. Encontrando también el dolor de la presencia de la dictadura en todos los confines del territorio. Desde los túneles que cruzan Chile y Argentina, hasta la amplia franja de mar, en las caletas de pescadores y en las montaña de los arrieros. Los ojos del terror silenciaban a los que trataran de hablar mal de esos días.La policía secreta ya estaba al tanto de la presencia de Littin dentro de Chile y comenzó la carrera por su captura, mientras la cámara seguía grabando el Chile prohibido. Acta General de Chile se encontró con los líderes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). En su época más combativa en contra de la dictadura, Miguel Littin fue trasladado vendado hasta un hospital clandestino en que el escuadrón de la subversión se encontraba sanando las heridas de combate. En la entrevista se explican los motivos de la lucha, los principios, el porqué del nombre y la visión que tienen de Salvador Allende.Pero más osado que encontrarse con la célula del Frente Patriótico, es su ingreso al Palacio de La Moneda, el hombre buscado por la inteligencia se paseaba con su cámara, mostrando el interior del nuevo palacio destruido por los aviones y ahora remozado por los anillos de oro de las finas señoras: en él contempla la desaparición de la oficina de Allende, el cierre de la puerta de Morandé 80 y el silencio de la nueva época. Desde ese lugar resurge la figura de Allende que posteriormente comentan García Márquez, Fidel Castro, Hotensia Bussi (la viuda de Allende) y Miria Contreras (su secretaria) que narra las últimas horas del presidente... y como los militares rompen el acta de independencia de Chile.Hay una canción que cantaban juntos dos grupos chilenos en los años ochenta (Santiago del nuevo extremo e Inti Illimani) que se llamaba la mitad lejana, narrando a modo de epístola como estaban esos Chiles del interior y el exiliado. Miguel Littin cumple sus objetivos, en el momento en que la inteligencia lo vigilaba en el aeropuerto, logra escapar victorioso. El documental se edita y produce en España, y desde los cines y la Televisión Española logra mostrar esa mitad lejana, dejando de paso avergonzada a la dictadura de Pinochet paseándose por sus narices, y demostrando (y dejando tranquilo al mundo) que en Chile se estaba trabajando minuciosamente para recuperar la democracia.


Yo estoy bien,
pero me urge saber
cómo está mi espejo,
mi reflejo,
mi mitad lejana,
la mitad de mi herencia,
mi media mirada,
la mitad que no encuentro,
de mi gota de agua.
Yo estoy bien
pero hazme saber
si han visto mi alma
cuando escapa
lejos de mi cuerpo
y feliz regresada
desde aquel abismo
y me cuenta el abrazo
de un futuro reencuentro.




Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Sobre Littin clandestino en wikipedia
3.- Algunas escenas

4.- Una guía para la lectura del libro de García Márquez
5.- Primera parte completa

6.- Tercera parte