sábado, 13 de junio de 2015

DOS DIAS, UNA NOCHE


Desde hace días, levantarse y prender el televisor se hace una obligación en Santiago de Chile, en la semana puede pasar cualquier cosa, una persona que cae en las líneas del metro es capaz de transformarnos la mañana a gran parte de los que viajamos, una huelga de trabajadores que transportan valores nos dejan sin dinero en los cajeros automáticos o un paro de transportistas convierte en una odisea una mañana. Son en momentos como ese en que la televisión muestra sutilmente lo peor que tiene... la tergiversación de la realidad.
La gente comienza a odiar al huelguista, al suicida y a cualquiera que le impida seguir con su rutina cíclica que nos tiene hipnotizados con la idea de que a fin de mes recibamos el premio por nuestras acrobacias laborales...
Es más común nuestra vista a baja perspectiva en la que nuestros ojos ven hasta el alcance de lo que nuestras manos pueden tocar... y nos quedamos ahí protegiendo las miserias que creemos haber ganado con nuestro esfuerzo.

Hace tiempo que no escribo, a veces uno se hace esclavo de las cosas, me pasó un poco con el blog hace unos años. También es cierto que el cuerpo no da para ver tanto cine, como en esos tiempos, sin embargo el cine sigue ahí y más importante aún... la vida continúa y en ella me ha tocado ver lo mejor y lo peor de la gente. A medida que el tiempo nos va volviendo mayores nos damos cuenta de las necesidades personales y familiares hacen sacar cuchillos, negar amistades por cargos y otras necedades que hacen de algunos pasar de seres humanos a ratas (con el respeto que las ratas se merecen).

A Sandra (Marion Cotillard) le pasó algo así en su empleo, es un sábado y ya parece que no hay mucho que hacer... el resto de sus colegas tienen que votar por un bono que mejora sus sueldos a cambio de despedir a Sandra. Así de simple... mejorar la competitividad de los empleados con un bono por su producción y al mismo tiempo sacar del camino a Sandra, la empleada que había estado ausente por una depresión. ¿Usted estaría dispuesto a recibir un 10% más de su sueldo por la salida de un colega?. Yo creo que muchos lo pensarían... incluso el afectado que podría pensar en su sacrificio en pos de un mejoramiento de sus colegas. Parece descabellado pero es algo más común de lo que se cree, en especial en procesos de huelgas y procesos de negociación colectiva en algunas empresas.

Pero una llamada en medio de un mal sueño hace a Sandra volver a la realidad y darse cuenta que el mal rato que tuvo antes era cierto, que sus propios compañeros de trabajo de una manera u otra la estaban despidiendo... sería ella la causante de que el resto pierda su bono por el beneficio colectivo... o será la mezquindad del grupo la que deje a una familia sin ingresos. Sandra entonces apoyada por Manu (Fabrizio Rongione) su esposo deciden hacer la titánica peregrinación por la casa de cada uno de sus colegas para convencerlos de que voten por su permanencia en vez de recibir el bono. Así cada uno de los colegas va mostrando sus razones, algunas parecen nobles y otras superficiales... de realidades desgarradoras.

¿Qué tiempos estamos viviendo?, me pregunto ahora en que lo que parece justo se complica tanto entre nuestros bolsillos y los ajenos. Ahora que hay gente que no ve más allá del fondo... que lucha por un pequeño bono y aplaude a gritos a jugadores de fútbol que en 15 minutos ganan lo que nosotros ganamos en un mes...
En momentos como los de Sandra también toca ver que gente que piensa distinto a ella tiene instancias de grandeza y de apoyo... pero también colegas que esconden la mirada o se niegan en el citófono. La vida se encarga de darnos instancias en que podemos probar las verdaderas fidelidades y la calidad humana de cada persona.

Los Hermanos Dardenne una vez más nos dan una clase de dignidad, algo que a veces en el primer mundo se pierde... y que en estos tiempos en que el mostrar, el tener y el competir es más importante que el nosotros. Nos ayudan a pensar en qué es lo que realmente colocamos en nuestras balanzas. Cuando llega el momento de votar veremos cuanto fue lo que logró Sandra en dos días y una noche de conversación con sus colegas. A veces necesitamos menos tiempo que ese para remover conciencias, ponerse en el lugar del otro y al mismo tiempo lograr nuestros sueños sin pisotear, envidiar, o denostar al de al lado... Sin duda un buen ejercicio para dormir tranquilo y despertar contentos de nuestra dignidad siempre.

Saludos a todos

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Deux jours, une nuit en Wikipedia
4.- Película en Rotten tomatoes
5.- Tráiler


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