Empezar a vivir era, hacer que los ahorros juntados se gasten, vivir en el terreno que compraron pero que aún no han construído, vivir entonces será esa en la casa grande, mirando crecer los hijos en la estabilidad de la inversión temporal del pasado...
No pude dejar de pensar... mejor dicho de comparar... que había hecho yo para esa vida estable y tranquila... ¿estudiar?... ¿hacer un postgrado con una tesis interminable aún?... ¿ahorrar?... la verdad no he hecho mucho, ni siquiera me he enamorado del todo como para soñar esa "vida". A veces parece que a otros la carta gantt de la vida la cumplen al pie de la letra... en cambio otros vivimos las cosas que se nos van dando, o que queremos que se nos den... sin darnos cuenta como las hojas del taco, pasan de un extremo al otro, llenas de reuniones, compromisos, entregas y eventualidades...
Cuando los días corren ya no puedo creer que esos treinta años ya llegaron y lo que parecía distinto es igual... o casí igual... las fotos demuestran el tiempo que ha transcurrido, algunas canas que revelan las penas y una respiración más larga como un suspiro susurran en cada momento que los días pasan.
Ahora trabajo en el servicio público, y me toca ver a muchos colegas de planta... que realmente cumplen literalmente su función vegetal en el sistema, tenemos expertos en solitario spider, en buscaminas, en leer los periódicos, en vender cosas por los pisos, en marcar y salir de compras, entre otras cosas... por otro lado están los que trabajan con un amor incondicional a sus labores, como un apostolado... y estamos nosotros... los nuevos... los que tenemos ganas de hacer cosas, de que algunas cambien... los que creemos que podemos cambiar cosas... será que en el camino el fantasma de la desilusión se nos incrusta por los huesos... y nos transformará en esos vegetales...
Lo que cuento parece ser intrínseco de los funcionarios públicos del mundo, porque Akira Kurosawa en los años cincuenta contó la historia de Kanji Watanabe, el jefe de la sección del ciudadano de Tokio que tenía el récord (inútil como todos los récords) de haber ido absolutamente todos los días por veintinueve años... todos los días timbrando papeles y derivando los problemas ciudadanos hacia otros departamentos del municipio... es lo más fácil.
La vida había sido desgraciada con Watanabe su esposa había muerto hace veinte años atrás y quedó solo con su hijo pequeño... un gran motivo para vivir era que su hijo tuviera lo mejor...
"Cuando te dicen los médicos que tienes úlcera y te dejan comer de todo... en realidad te dicen que tienes cáncer y que morirás pronto"... así le presagia alguien a Watanabe antes de que el doctor le anuncie que sólo tiene una leve ulcera y que puede comer de todo...
La vida se hace más rápida cuando se sabe el final, todo lo que no se hizo se trata de hacer, ahí comienza la ruta interior del burócrata tokiota.
Me dio miedo escuchar a mi amigo esperar el día en que la curva de su vida se estabilice, le temo a que la soledad sea mi estabilidad (de hecho mis años no han sido muy sobresaltados) y no hablo sólo de no sólo de lo afectivo, si no a la sensación de vivir que Watanabe tuvo en sus días de timbrador de certificados... la vida al final tiene tan pocos días que no vale la pena perderlos, y en medio de la "úlcera" de Kanji Watanabe la vida brota entre ese blanco y negro japonés, que Akira Kurosawa nos regalo para mirar las cartas gantt de nuestras vidas... y hacerlas pedazos, para vivir los días actuales.
No pude dejar de pensar... mejor dicho de comparar... que había hecho yo para esa vida estable y tranquila... ¿estudiar?... ¿hacer un postgrado con una tesis interminable aún?... ¿ahorrar?... la verdad no he hecho mucho, ni siquiera me he enamorado del todo como para soñar esa "vida". A veces parece que a otros la carta gantt de la vida la cumplen al pie de la letra... en cambio otros vivimos las cosas que se nos van dando, o que queremos que se nos den... sin darnos cuenta como las hojas del taco, pasan de un extremo al otro, llenas de reuniones, compromisos, entregas y eventualidades...
Cuando los días corren ya no puedo creer que esos treinta años ya llegaron y lo que parecía distinto es igual... o casí igual... las fotos demuestran el tiempo que ha transcurrido, algunas canas que revelan las penas y una respiración más larga como un suspiro susurran en cada momento que los días pasan.
Ahora trabajo en el servicio público, y me toca ver a muchos colegas de planta... que realmente cumplen literalmente su función vegetal en el sistema, tenemos expertos en solitario spider, en buscaminas, en leer los periódicos, en vender cosas por los pisos, en marcar y salir de compras, entre otras cosas... por otro lado están los que trabajan con un amor incondicional a sus labores, como un apostolado... y estamos nosotros... los nuevos... los que tenemos ganas de hacer cosas, de que algunas cambien... los que creemos que podemos cambiar cosas... será que en el camino el fantasma de la desilusión se nos incrusta por los huesos... y nos transformará en esos vegetales...
Lo que cuento parece ser intrínseco de los funcionarios públicos del mundo, porque Akira Kurosawa en los años cincuenta contó la historia de Kanji Watanabe, el jefe de la sección del ciudadano de Tokio que tenía el récord (inútil como todos los récords) de haber ido absolutamente todos los días por veintinueve años... todos los días timbrando papeles y derivando los problemas ciudadanos hacia otros departamentos del municipio... es lo más fácil.
La vida había sido desgraciada con Watanabe su esposa había muerto hace veinte años atrás y quedó solo con su hijo pequeño... un gran motivo para vivir era que su hijo tuviera lo mejor...
"Cuando te dicen los médicos que tienes úlcera y te dejan comer de todo... en realidad te dicen que tienes cáncer y que morirás pronto"... así le presagia alguien a Watanabe antes de que el doctor le anuncie que sólo tiene una leve ulcera y que puede comer de todo...
La vida se hace más rápida cuando se sabe el final, todo lo que no se hizo se trata de hacer, ahí comienza la ruta interior del burócrata tokiota.
Me dio miedo escuchar a mi amigo esperar el día en que la curva de su vida se estabilice, le temo a que la soledad sea mi estabilidad (de hecho mis años no han sido muy sobresaltados) y no hablo sólo de no sólo de lo afectivo, si no a la sensación de vivir que Watanabe tuvo en sus días de timbrador de certificados... la vida al final tiene tan pocos días que no vale la pena perderlos, y en medio de la "úlcera" de Kanji Watanabe la vida brota entre ese blanco y negro japonés, que Akira Kurosawa nos regalo para mirar las cartas gantt de nuestras vidas... y hacerlas pedazos, para vivir los días actuales.
saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Parte de la Banda sonora
4.- Trailer
2 comentarios:
Hola !
Ya mira... voy a buscar tinta roja y ni bien la consiga te mando mi dirección a tu correo si? .... esa aún no la he visto pero si la han pasado por la tele hace unos años.... hay algunas películas de acá que no sé por qué son difíciles de encontrar ... yo ya voy más de un año buscando "alias la gringa" en todos los puestos y naaaada... me encantó cuando la vi en la tele.... pero "tinta roja" no es de hace muchos años... así que supongo que no debe ser tan dificil .... bueno ... nos vemitos !!! (y guardame la ciudad de los fotógrafos pliiiiz) =)
Kt
Infinitamente agradecido, nos contactamos entonces
muchos saludos.
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