Debería ser al revés:
Uno debería morir primero,
para salir de eso de una vez.
Luego, vivir en un asilo de ancianos hasta que te saquen
cuando ya no eres tan viejo para estar ahí.
Entonces empiezas a trabajar,
trabajar por cuarenta años
hasta que eres lo suficientemente joven
para disfrutar tu jubilación.
Luego fiestas, parrandas, drogas, alcohol.
Diversión, amantes, novios, novias, todo,
hasta que estás listo para entrar a la secundaria...
Después pasas a la primaria y eres un niño/a
que se la pasa jugando sin responsabilidades de ningún tipo...
Luego pasas a ser un bebé,
y vas de nuevo al vientre materno,
y ahí pasas los mejores
y últimos nueve meses de tu vida
flotando en un líquido tibio,
hasta que tu vida se apaga
en un tremendo orgasmo...
Hace un tiempo me llegó un correo con ese mensaje, que al parecer es de Quino (digo supuestamente porque no lo se) no había pensado antes en la idea de ser cada día más joven...
y cuando me enteré de Benjamin Button más o menos a fin del 2008, me recordé de inmediato de ese escrito de Quino... en París, en Barcelona y en Santiago veía los carteles de la llegada de Benjamin Button, no sentía las ansias de ver una película desde la trilogía del Señor de los Anillos.
Así que cuando a llegó fui en esos mismos días a ver la película.
Yo caminaba por la plaza de la Constitución, en Santiago de Chile y me pare a mirar en forma detenida la estatua de Diego Portales, una persona que transformó a Chile en lo que hoy es políticamente (no se si abuchearle o aplaudirle), pero en el rostro del personaje hay un orificio de una bala perdida que recibió para el Golpe militar de 1973, ahora en el 2009, las cosas ya han pasado y lo que me ha tocado vivir corresponde a otros momentos de la historia... de eso siempre he estado conciente... y por lo mismo al ver como transcurre el siglo XX por el rostro de Benjamin Button y Daisy me hace recordar que somos el camino a un sueño... acá mientras los abuelos se reunen en un hogar y el niño anciano Benjamin sueña con poder cruzar la calle, sin saber si no recuerda o no vivió la infancia, me recordaba la cantidad de batallas que nos toca vivir y que olvidamos, pensando que la que viene será más dura... como si caminar, ver, hablar, llorar, besar y amar fueran cosas simples... vamos quemando el pasado de tanto mirar el futuro, de tanto desear lo que viene, el pasado se convierte en surcos de la piel, se convierte en las cicatrices del dolor... por eso Benjamin es un refresco, es el deseo de vivir cada etapa como si fueramos viejos y rejuvenecernos cada vez que descubrimos lo que logramos, tendríamos un poco más que agradecer de los días.
Cada palabra que Button escucho lo volvió más bueno, más humano, aprendió a perdonar, a amar y a vivir con la intensidad que deja cada último momento. Mientras el presente a New Orleans le presagiaba el paso de la muerte convertida en viento y agua. El final era el mejor tiempo para comenzar a vivir toda la verdad, de leer las respuestas, de agradecer a los que parten que en realidad estan naciendo a un nuevo estado, más joven y màs libre.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB