miércoles, 22 de septiembre de 2010

ACORDES Y DESACUERDOS

"Lo hermoso fue que nació de él (Víctor Jara) la idea de acompañarme en la guitarra", señaló Nicola Di Bari y luego afirmó que cuando eso ocurrió él no lo conocía y que después se enteró de su importancia para los chilenos "y como lamentablemente terminó su historia".

A Maradona se le permite todo, es un ídolo talentoso y se apoya, no importa que fuera de la cancha tuviera problemas con las drogas, que pelee con los dirigentes de la FIFA, es un dios para muchos... en Chile ya hubiese sido crucificado por sus problemas. Es que acá hay gente que no puede separar las cosas, tengo amigos que no escuchaban a Sinéad O'Connor porque una vez rompió la imagen del Papa Juan Pablo II o a Michael Jackson por su "presunta" pedofilia; incluso Woody Allen después de su separación de Mia Farrow y el escándalo con su hija adoptiva... algunos amigos míos me decían... “no, yo no veo películas de ese degenerado”, perdiéndose parte de la historia del cine que nos regala cada año en sus geniales películas... es que muchos no son capaces de separar el talento con la vida de la persona, fuera por eso no leeríamos a los filósofos socráticos por ser una manga de depravados homosexuales... en Chile no está tan desarrollada la tolerancia perdonamos poco y valoramos más lo profesional, como si fuera el cartón lo que valida el talento, cuando en realidad no hay nada más falso que eso.

Woody Allen comienza indicando que la vida de Emmet Ray (Sean Penn) es fascinante, para un fanático del jazz y el blue de los años treinta, para Allen es un pequeño gusto hablar del gran guitarrista y por lo mismo se basa en autores de libros de grandes guitarristas, para encontrar parte de la vida del genio talentosa de la extraña personalidad en los tiempos en que Django Reinhardt sonaba de voz en voz como el más grande de la guitarra, pese a estar en Europa sus sonidos llegaban hasta Estados Unidos para la admiración de Emmet, tanto así que dicen que la primera vez que lo escuchó quedó tan impactado que se desmayó con su virtuosismo, la segunda vez que lo vió volvió a desmayarse.

Pero la vida de Emmet Ray fue especial, no era muy inteligente, como un niño hiperkinético en un traje de adulto. Sin la guitarra su entretención es ir al basural a practicar tiro con los ratones o mirar como salen los trenes de la estación. Con ese curriculum no es posible que llegue a ser la leyenda que fue, en los días de la depresión estadounidense. Pero entre toda la vorágine que pasaba por sus años, conoció a una mujer con la que al conversar, sólo le respondía con una sonrisa, parecía no enteder, la verdad es que Hattie (Samantha Morton) era muda... pese a ello ambos empezaron a vivir juntos como pareja. Según él no estaba enamorado de ella... su verdadero amor es la guitarra y con ella siente sus mayores emociones... el resto son cosas vanales que le rozan por el lado... incluida Hattie...

Los mitos se llenan de verdades, de frases y momentos que no se puede comprobar si existieron, así como el personaje ficticio que Allen crea en Emmet, o como Nicola Di Bari cuenta del acompañamiento musical de Víctor Jara. Nos vamos llenando de ilusiones que hacen que los que admiramos dejen de humanizarse para que su ego y genialidades se traspasen más allá de lo real. Cuando ocurre eso, no sabemos si confirmar lo que los libros, biógrafos e historiadores cuentan de los próceres. Así como vemos a Julio Cesar, Napoleón como esas deidades salidas de cuadros... Woody Allen una vez más nos da una lección de racionalidad al contar la historia más real de un personaje completamente ficticio.

Saludos a todos.

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Sweet and Lowdown en Wikipedia
4.- Trailer

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