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martes, 31 de mayo de 2011

EL FESTIN DE BABETTE

Es bueno saber que los ojos no son capaces de mostrarlo todo, el resto de las miradas son entregadas por la percepción que las cosas emiten... en realidad los ojos solo interpretan las realidades que nuestras manos a veces pueden tocar. Todo lo que ven es bañado por los colores que la pupila permite vestir con lo que fingimos y lo que realmente vivimos. Pero es bueno saber que no todo lo que vemos es real y que la fantasía nos permite anticiparnos al presente y disfrutarlo, porque sabemos desde el comienzo que el fin existe, es que también sabemos distinguir el amor... en las cosas más simples que la vida regala... logramos percibir el cariño y la magia... eso que engaña a la visión, pero que el corazón percibe en cada latido más intenso, en cada sonrisa y en las convicciones de que se está tomando la senda correcta.
Es maravilloso saber que algunas personas parecen silenciosas y que desde la cotidiana vorágine de las multitudes pareciera que pasan desapercibidas, pero al tomar una palabra descubres que el arte de vivir lo han dominado tan bien que se vuelven una explosión de la mayor magia que el vivir nos regala.

En una aldea de Dinamarca en pleno siglo XIX, Martine (Birgitte Federspiel) y Filippa (Bodil Kjer) son dos hermanas ancianas que han permanecida solteras todo el tiempo, hijas de un padre protestante que creó su propio culto, ambas fueron los brazos inmortales de una nueva iglesia que se formaba en el lugar... se congregaban a rezar y a cantar a Dios mientras la vida pasaba rapidamente por sus ojos... así fue como en sus días el amor pareció llamar a ambas hermanas y espantado por el padre y el temor a Dios, siguieron manteniendo sus sensaciones y pensamientos directamente dirigidos a un solo fin, mantener y honrar la memoria de su progenitor por el resto de los días que les quedaban, a pesar de que en la secta no hay ningún nuevo convertido, sólo los propios ancianos vecinos de siempre.

En uno de esos días de sus cincuentenas las hermanas reciben a una mujer francesa en su casa, destruida por las hordas de la revolución ha perdido a toda su familia en París, se llama Babette (Stéphane Audran) y al ser aceptada trabaja como criada transformando poco a poco la vida del lugar... nadie entiende bien porqué, pero tiene algo en su aura que hace que las cosas sean más alegres y que los días sean más intensos. En el agradecimiento inmenso por la acogida que le dan ella responde con la bondad y el calor que sabe regalar desde la cocina, lo mejor que sabe hacer. Así un día maravilloso ella se entera que ha ganado un gran premio en la lotería por lo que pide permiso para ausentarse a París para comprar los ingredientes de un banquete que quiere regalar a sus agradecidos amigos del pueblo en que habita... sin embargo en el pueblo acostumbrados a mostrar recato y tristeza... se ponen de acuerdo previamente para tratar de no demostrar en público los placeres que da una buena cena... pero la intensidad de lo invisible nuevamente hace que la magia haga lo suyo.

Es que lo que se hace bien trasciende las fronteras de lo tangible, Babette lo sabe y en esta simple historia de un banquete, queda plasmado la hermosa llama de vida que algunas personas nos regalan... en una cena las vidas de las hermanas pasan por delante descubriendo lo que hicieron y más importante aún lo que dejaron de hacer por engañarse a si misma. Babette las hizo descubrir la importancia inmensa de los instantes, de lo rico que es abrazar y decir una y otra vez gracias, decir te quiero y sonreir... porque el ahora es lo único que tenemos y es lo que nos mantiene entre el mañana y lo que recordamos.
Hoy pese a todo soy feliz porque en mis caminos también pasó Babette, entregando su magia, su vida y ese fuego intenso que sólo algunos pueden dar. Hace unos años cuando recién reconocía esa llama intensa en medio del hielo de la Isla Dawson de Littin decía que me quedaba "con los ejemplos que mis cercanos me dan dignidad, con sus palabras, sus miradas y en especial sus silencios oportunos porque son las cosas que me hacen seguir creyendo que la belleza está más cerca de lo que la gente cree... y eso me hace más feliz." Ahora que las cosas se ven distintas por la futura partida hacia otros horizontes estoy tranquilo de que el banquete que mi querida compañera de trabajo nos brindó desde ese día de noviembre del 2008 fue un abanico de hermosos recuerdos, palabras, sonrisas, aprendizajes y verdades intensas... que hacen que amar lo cotidiano que uno hace sea un motivo para seguir dando gracias por las hermosas personas que pasan por la vida y vienen para quedarse para siempre.
Gracias y este post es para tí, el último del cine nórdico, ese lugar que parece frío pero nos llena de la verdad más blanca que la nieve puede dar, esa verdad bella que nos hace más humanos.

Saludos y buen viaje.

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Babettes gæstebud en Wikipedia
4.-Trailer