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lunes, 20 de mayo de 2013

GIGANTE

A veces se nos olvida que somos nosotros los que escribimos la historia, y podría parecer esto un discurso de un político, pero es cierto. No en cierto sentido y más bien en toda la magnitud de lo que significa ser parte de la historia. No estoy hablando del día en que uno vota por alguien, tampoco cuando se marcha en la calle o se pagan los impuestos, aunque esas tres cosas son tan importantes como lo cotidiano, como cada ladrillo que se coloca, cada pan que se hace y que se come, cada hijo que nace y cada beso que damos. Sin querer el destino nos ha ido colocando en un tiempo y un lugar en el que nos tenemos que desenvolver con lo que nos dan. En el caso de los que nacimos en los setenta nos tocó vivir en el siglo XX fuimos testigo del miedo a la bomba nuclear, del comunismo, de ser pobre y nos horrorizamos ese día de septiembre de 2001 cuando los aviones derribaban rascacielos.
 Lo importante es que los que estamos ahora podemos ir evolucionando en lo que pensamos, en sentirnos de un modo u otro convenciéndonos de que el tiempo siempre cambia, ahora por ejemplo esa extraña idea de que la marihuana sea legal es algo que no parece tan descabellado como hace décadas atrás, para que hablar del matrimonio libre, la educación gratis, una nación mapuche o una Asamblea Constituyente, no parecen ideas sacadas del patio de un manicomio… y la verdad me gusta que esto pase… es señal de que siempre vamos creciendo y entendiendo que vamos por un sendero que el mismo pensamiento humano nos lleva más allá del lugar en que el sol parece esconderse. En días en que se celebra en Chile el heroísmo y el patriotismo (dos conceptos muy peligrosos y mal utilizados constantemente por los políticos), son los momentos en que los mitos, montajes y oscurantismos se pueden vestir de historia y llevarnos a justificar momentos que en el futuro nos avergonzarán.

sábado, 7 de abril de 2007

LA MAS GRANDE HISTORIA JAMAS CONTADA

Siempre que escucho a alguna autoridad de gobierno en algún seminario, lo primero que me llama la atención es su capacidad de autocomplacencia, demostrando que lo mejor que nos pudo pasar fue que el gobierno de la concertación haya ganado las elecciones, ahora tenemos menos contaminación, tenemos mejores carretera, etcétera... al final no indica nada, no proclama nada y sólo demuestra que el gobierno está bien.

Si alguien me hubiese dicho que la más grande historia jamás contada es la historia de Jesús, me hubiese muerto de la risa... no se quien habrá sido el creativo que quiso colocarle este nombre tan ambicioso a la versión del año 1965, de Jesús... ahora a cargo de Max Von Sydow, la propaganda de la Fox dice "Una magnífica película,
adaptada con respeto, apreciación artística y admirable elegancia"...
La más grande historia jamás contada es el otro clásico de semana santa, ahora exhibido por el canal Red TV, con un doblaje que omitió cambiar los nombres de los personajes, sólo falto que escucháramos Yisus en vez de Jesús. Con sus apóstoles rubiecitos como sacados de Colonia Dignidad...
En fin la versión de la vida de Jesús para republicanos estadounidenses, acá los malvados romanos se encuentran preocupadísimos de ese Nazareno y los judíos estuvieron ahí sólo porque les tocó.
Al final este Jesús de pelo corto, peinadísimo dando breves sermones, parece ser la base de Jesucristo Superstar, hay diálogos casi calcados que no pertenecen a los evangelios que aparecen en ambas películas.
Esta versión de Jesús dura unas breves dos horas cuarenta y siete minutos, brevísima al lado de la versión de Zefirelli que vendría.
Esta versión trae de su cosecha también, como todas las que hemos visto, acá existe el diablo que conversa con Jesús, para tentarlo en el desierto, tal vez el único momento jamás contado en otra película.

Qué siento con éstas películas... una autocomplacencia y un sobajeo a la figura de Cristo, que va desde el nombre pomposo y a la vez falso, pasando con guante blanco la injerencia de las altas autoridades judías de la época, y sin suicidio de Judas. La autocomplaciencia intenta cambiar la realidad al mejor modo que conviene. Así como las presentaciones del gobierno nos quieren hacer creer que somos bakanes, la visión poco comprometida de esta historia, con uno de los personajes que genera mejor consenso en el mundo occidental, la transforma en una película para ver en la mañana del viernes santo, antes de levantarse. Mención aparte es el tremendo desfile de actores que aparecen en la pantalla desde Kojack hasta John Waine y todos los famosos de la época.

Saludos a todos

Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentario de la película
3.- Trailer

4.- Sobre el director.