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lunes, 24 de diciembre de 2012

LAS HERMANAS MUNEKATA

¿Cómo describir este momento de intensa alegría? Vemos "Las hermanas Munakata" en una pantalla gigante, bañados en una dulce penumbra, con la espalda apoyada contra un respaldo mullido, saboreando un "glotof" y bebiendo un tè hirviendo a sorbitos felices.
(Muriel Barbery, en La Elegancia del erizo, 2010)

Puede haber sido ese relato en el momento en que terminaba de ver lo que yo creía eran las películas más interesantes de Ozu, cuando en la página trescientos diez de "La Elegancia del erizo" me encuentro con ese momento tan especial. Ahí quise entender el momento por completo, con lo maravilloso que tiene una complicidad inocente de dos adultos que quieren sentir lo mismo. Reneé y Kakuro nacieron en dos mundos distintos en latitudes diferentes pero en un momento infinito y maravilloso, se encuentran juntos mirando hacia el mismo lugar, con un cariño que podría no comprenderse por cualquiera, una portera de un edificio de ricos y un japonés en la calle Grenelle de París, a metros de la Torre Eiffel el comienzo de una nueva etapa parecìa comenzar.

Hasta que me encontré con las hermanas Munekata, en mi departamento sólo y más que verlas como una nueva película de Yasujiro Ozu, las veía como un accesorio del libro de Barbery. Debo confesar que cosas como esa las hago más seguido... por ejemplo cuando leo a Murakami busco en Youtube las canciones que el sugiere, o busco las calles de Tokio... como para entender que me quiere decir cuando menciona las calles y los barrios. Pero todo comenzó a alejarse cuando descubrí los caractéres que indicaban que una vez más Ozu contaba una historia. Es que esa mirada sumisa de contrapicado que ya acostumbra a alumbrar. Me indicó que algo estaba cambiando, desde ese profesor que con sus alumnos se ríe contando anécdotas de su amigo que hace el experimento correlativo entre la nicotina y el cáncer y la llegada de Setsuko Munakata (Kinuyo Tanaka) para hablar con el amigo médico y saber de su padre, comienzo a entender que no me encontraré con la historia del padre que quiere casar a su hija... algo muy común en el cine de Ozu.

 Los que tenemos hermanos, siempre recordamos esos intensos momentos en que vivimos juntos, comíamos en la misma mesa, veíamos las mismas películas nos reíamos de lo mismo. Sin embargo somos de tiempos distintos, ahora miro a mi hermana mayor casada con hijos y a mi hermana menor tratando de independizarse después de terminar su carrera, y comprendo que hemos ido tomando nuestros propios senderos. Algo así ocurre entre Setsuko y Mariko (Hideko Takamine) las dos hermanas que están viendo lo que podrían ser los últimos días de Tadachika (Chishû Ryû) su padre. Setsuko està casada con un tipo alcohólico sin trabajo y Mariko vive con ellos en su casa.

La derrota de Japón trajo cambios radicales entre una sociedad y otra, la juventud de Setsuko fue la anterior, la del kimono y la sumisión... a pesar de haber conocido lo que pudo ser su amor verdadero, cuando conoció a Hiroshi (Ken Uehara). Mariko sabe lo mal que està Setsuko con su esposa y cree que Hiroshi es la puerta a su felicidad... que de hecho lo es, pero hay cosas más importantes que el amor en las viejas generaciones, el ser esposa es un compromiso que es más fuerte que lo que el corazón diga. Ella sabe que su esposo es un tipo que ya no vale mucho y que Hiroshi la espera, pese al tiempo y pese a la distancia aún añora el día en que ella se decida por volver a sus brazos. Setsuko que sabe lo que es correcto también lo ama en secreto, pero ella está en otro tiempo, uno que viene ahora màs rebelde y menos comprensivo de las tradiciones antiguas, no le importan ni los templos ni bajar la cabeza simplemente ser feliz.

Las hermanas Munekata son el reflejo de lo que una historia dejò diseminado por el suelo del Japón, ahora que el tiempo parece transcurrir más rapido y que a nosotros nos cuesta comprender los comportamientos de las generaciones inmediatas a las nuestras, el caminar por el ladode un templo y mirar las montañas de Kioto de color morado es comprender que pese a todo lo distinto de lo que hemos vivido seguimos siendo hermanos.

Saludos a todos.



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1.-Pelìcula en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Munekata kyōdai en Wikipedia
4.-Escena

sábado, 31 de marzo de 2012

EL SABOR DEL SAKE

A veces abres la puerta y entra con el sábado 
un vientecillo de abril que remueve los años, 
a mí me encuentra de espalda mirando mis manos 
y roza la flor del mantel con sus labios helados. 
 Parece que todo está igual pero algo ha cambiado, 
algo se queda en el aire y nos ha interpretado, 
tal vez las pequeñas palabras de un libro cerrado 
o es sólo el aliento del mar como un pétalo blanco.
Manuel García.

El tiempo va pasando y las cosas también sin darnos cuenta, cuando uno mira fotos de hace un par de años ve los cambios sutiles que el tiempo va dejando en el semblante. Como si algo se quedara en el aire nos vamos impregnando de grandes y pequeños recuerdos de cada tiempo y de cada espacio que inundan el ser de cada familia. Ozu en su última película hizo el recuento de que lo sus escenas mostraron durante su carrera, como si supiera que la muerte ya empezaba a rondar, el Japón testigo de sus penas y renaceres vio en cada detalle que eso que parecía igual se había transformado en una nueva sociedad.

Shuhei Hirayama (Chishu Ryu) se junta en forma constante con sus amigos de la escuela Kawai (Nobuo Nakamura), de Horie (Ryuji Kita) entre otros. Las visiones cambian después de unos cuantos tragos de sake enel cuerpo, mientras Horie se jacta del estado de su virilidad gracias a lo joven de su nueva esposa... entre tanta conversación aparece un antiguo profesor
Sakuma (Eijiro Tono), el "calabaza"ahora mucho más anciano y bueno para el trago, no se puede sus pies de tanta borrachera por lo que en una ocasión Kawai e Hirayama lo van a dejar a su casa, ahí es que descubren que el gran profesor ahora tiene un pobre restaurat que es atendido por su hija Tomoko (Haruko Sugimura) ahora mayor... y para la época una solterona triste. Al mismo tiempo los amigos de Hirayama le empiezan a preguntar cuando casará a su hija menor.

Hirayama es un viudo con tres hijos Koichi (Keiji Sada) que ya está casado con hijos, Michiko (Shima Iwashita) que ya tiene veinticuatro años y aún no piensa casarse y Kazuo (Shinichirô Mikami) el menor de los tres. Casar a Michiko parece ser un tema, el padre no la quiere tener retenida por siempre, le ha marcado mucho el testimonio del viejo calabaza con su hija mayor, aunque Michiko ya es parte de otra sociedad que ido surgiendo en el nuevo Japón las dos generaciones marcadas por la guerra, mientras Koichi vive en una nueva sociedad consumista y de ilusiones, es capaz de pedirle cincuenta mil yenes a su padre para comprar palos de golf. Aun quedan personas que añoran los días de la derrota de Japón por Estados Unidos... El sabor del sake tiene la amargura y la dulzura en el paladar al mismo tiempo, el contraste entre los ganadores y los perdedores del nuevo mundo, la tristeza y la muerte ya se han ido superando, afortunadamente no se olvidan ni se suavizan las masaces de Hiroshima y Nagasaki.

Yasujiro Ozu murió de cáncer en diciembre de 1963, paradójicamente nunca se casó ni tuvo hijos, sin embargo fue capaz siempre de mostrar lo cotidiano, muchas de sus obras aún continúan desaparecidas, será un tesoro encontrarlas alguna vez, absolutamente japonés desde su tatami y su cámara generalmente fija, uno debe sacarse los zapatos para ingresar en el interior de la vida y las ilusiones de un país inmenso, lleno de historia, orgullo y progreso.

 Saludos a todos.


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1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Samma no aji en Wikipedia
4.- Escenas

viernes, 30 de marzo de 2012

EL OTOÑO DE LA FAMILIA KOHAYAGAWA

La última luz que nadie comenta
porque se sabe que no es de ningún partido
se lleva dudando hacia parajes de olvido
mi haz de antiguos y vivos deseos.
Desde tierra adentro veo llover sobre el mar,

espléndida belleza de lo inútil,
que lejos se funde con los colores del cielo
ni gris, ni azul, ni verde. ¡Qué suave espalda!
Una alta llama me ha tenido despierto

a todas las preguntas de tu vivir.
Te amo ahora más de lo que te he amado.
Yo soy quien soy contigo. Lluvia que cae.

Raimon

Son instancias y sensaciones las que nos hacen ser iguales y al mismo tiempo distintos, tomamos involuntariamente lo mejor y lo peor de padres, abuelos y hermanos. Así vamos construyendo familias nos hacemos llamar con un par de palabras en común que colocamos después de nuestros nombres y desde ahí vamos apoyándonos en el camino común, como padres, como hijos y como hermanos.

En Chile lo llaman "hacer gancho" cuando se concerta una cita para que dos personas se enamoren, al menos eso es lo que quieren hacer con Akiko (Setsuko Hara) quien ya enviudó de un académico; mientras por otro lado a Noriko (Yôko Tsukasa) también le ofrecen una entrevista matrimonial, pero su corazón parece guiarla por otros senderos en que el amor verdadero se le puede arrancar de las manos... es el problema de guardarse los sentimientos, a veces uno siente que las personas son más importantes de lo que se cree y de tanto querer interpretar lo que realmente pasa, lo real pasa sin querer sin explicación cautivos por lo que no se dijo; y Fumiko (Michiyo Aratama) ya casada se encuentra a veces sorprendida y ofendida de las cosas que pasan en la familia Kohayagawa.


La familia ahora está encabezada por Manbei Kohayagawa (Ganjiro Nakamura) dueño de una compañía de cervezas y juntos viven en Osaka. El verano está llegando al final y el calor se vuelve más intenso (no lo vamos a saber acá que estamos en "otoño" con más de treinta grados. Lleve un buen tiempo viudo y aún se extraña a la madre en la familia, a pesar de que en algunos momentos Manbei se desaparece en furtivos viajes a Kioto para ver a Sasaki (Chieko Naniwa) su antigua amante y de la relación entre ambos puede que él sea el padre de Yuriko (Reiko Dan) una joven ya completamente occidentalizada que tiene hasta un novio estadounidense. Cuando se entera en casa Fumiko comienza a tratar mal a Manbei por su desfachatez de ir a ver a su antiguo amor.
Pero la verdad ya queda tan poco por hacer que enojarse por lo que en el pasado fue sembrando, ahora lo importante es disfrutar de que los que quedan vivos pueden seguir tocándose, se pueden escuchar y pueden abrazar... después sólo quedarán los recuerdos y el otoño en que las hojas comenzaron a caer.

Saludos a todos



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2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Kohayagawa-ke no aki en Wikipedia
4.- Escenas

jueves, 29 de marzo de 2012

EL COMIENZO DEL VERANO

No
Permanecer y transcurrir
No es perdurar, no es existir
Ni honrar la vida
Hay tantas maneras de no ser
Tanta conciencia sin saber
Adormecida.

Merecer la vida no es callar ni consentir

Tantas injusticias repetidas
Es una virtud, es dignidad
Y es la actitud de identidad
Mas definida.
Eso de durar y transcurrir
No nos da derecho a presumir
Por que no es lo mismo que vivir
Honrar la vida.

Eladia Blásquez


No todos pueden crear atmósferas, es una virtud de pocos, en la música Pnk Floyd la supo crear con creces, en el cine Yasujiro Ozu creó un estilo que se fue volviendo su sello, absolutamente japonés en cada una de sus historias, empapado de una cultura orgullosa y en el momento preciso en que la guerra daría pie a las transformaciones del pequeño gigante del Asia. El Japón de Ozu no tiene ni una pizca de derrota, tampoco de fracaso más bien es un país interior del cual brotan sus tradiciones más intensas. Saber capturar los momentos efímeros de un estar bien, es valorar lo que la vida da realmente, lo que trasciende en el seguir son las cosas pequeñas, los grandes instantes se quedan como esas columnas que tratan de sostener las cuerdas de lo cotidiano y la belleza de lo natural.
Puede ser que por eso Noriko Mamiya (Setsuko Hara) no ha pensado aún en casarse, situación que ya comienza a preocupar a sus padres Shukichi (Ichirô Sugai) y Shige  (Chieko Higashiyama) y a su hermano mayor Koichi (Chishu Ryu) todos de una u otra forma le dicen que se case. En todas las familias tenemos "coordinadores" algún hermano que organiza los eventos y la vida del resto, en el caso de la familia Mamiya Koichi anda buscando esposo para Noriko pero los pretendientes que le busca son mucho más viejos que ella. Entre sus amigas solteras y casadas también están constantemente hablando del tema y así a Noriko le sale el mismo discurso desde que se levanta, trabaja hasta que se duerme. Ella responde con una sonrisa tranquila y paciente, porque tiene la convicción de que se casará, porque la idea es casarse con amor.

Kenkichi Yabe (Hiroshi Nihonyanagi) un amigo por trabajo debe marchar a Akita al norte de la isla de Honshu. Su madre Tami (Haruko Sugimura) siente tristeza de su partida y en una conversación con Noriko ella decide casarse con él. La noticia no le cae bien a la familia Mamiya porque Yabe es viudo con hijos... y peor aún (según ellos) no tiene mucho dinero. La situación disgusta más porque casarse con Yabe también significa partir al norte en forma precipitada. De un día para otro la familia se separará por la decisión de Noriko. Lo importante es que pese a todo ella está en las puertas de un nuevo tiempo, en el de ella y en el de Japón. Hay sentimientos que no se entienden o peor aún a veces no se tratan de interpretar, a veces se sienten necesidades intensas de estar con alguien, de estar bien, de quererse... para Noriko no es fácil la decisión de partir, puede haber sido una decisión alocada pero ya está... hay que asumir lo que viene y esperar que las espigas (o Bakushû) vuelvan a crecer.

Saludos a todos.




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1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Bakushû en Wikipedia
4.- Escenas

martes, 27 de marzo de 2012

MEMORIAS DE UN INQUILINO


Nuestra actualidad nos presenta una tierra yerma. 
Salvarnos del caos 
y protestar contra la devastación 
explican nuestra voluntad rebelde ante este destino, 
y nuestra militancia con la vida. 
Si es que aun existe para nosotros futuro alguno, 
es porque no hemos perdido fe en la vida actual.
Koochi-shishuu


La sangre en las playas ha escurrido en el mar, el olor a pólvora se fue con el viento, el humo negro del fuego ya se ha extinguido, los hijos nacen con deformidades, en el USS Missouri se firmaba el armisticio, los niños huerfanos fuman en las plazas de Tokio, las viudas caminan tristes entre los escombros, los rojos rayos que se extendían a los cuatro puntos cardinales de las banderas se fueron desvaneciendo hasta quedar un solitario círculo escarlata al centro y Japón comenzó a cambiar lentamente en esos nuevos días de 1945.
 
El olvido hace que no se recuerden las bombas que los B-29 dejaron caer sobre Tokio en plena Segunda Guerra Mundial, he visto fotos de cuerpos de civiles carbonizados en esos enfrentamientos. En el caos de los escombros que la guerra dejó una persona encuentra a un niño que no encuentra a su padre... así entre las soledades de un vecindario el pequeño Kohei (Hohi Aoki) llega completamente extraviado hasta la casa de Tané (Chôko Iida), una viuda que ya tiene bastante con seguir viva, el fuego y la sangre que cubrió las pupilas de los tristes ojos japoneses, no pueden cargar a estas alturas con un niño perdido que para peor orina las frazadas al dormir. Al otro día a primera hora comienzan a buscar la familia del pequeño y descubre que el señor se fue a trabajar a otro lugar dejandolo abandonado.

Son esas cosas que la guerra fue transformando en irracionalidades, aunque el niño no entiende lo que pasa, sigue juntando clavos y cigarros sin terminar para cuando se reencuentre con su padre, mientras que Tané se va encariñando lentamente de la ternura del niño, viajan al zoológico y comienzan a quererse uno del otro, la guerra no fue tan cruel al cruzar los destinos del niño perdido y la viuda. Tantas soledades que las ciudades dejan deberían reunirse entre ellas para que estuvieramos más cerca quienes en la noche hablamos solos con nuestras conciencias. Ahora hay algo por quien luchar en la vida de Tané y la reconstrucción de las esperanzas parece más tangible... pero lo que parece de una forma puede terminar en otra cosa... Ozu se encargará desde sus fijas cámaras de captar la diferencia entre arrancar de una responsabilidad que el destino te quiere dar y el simple hecho de aceptar lo que te ha tocado y tratar de hacerlo lo mejor posible. No siempre podemos tener todo lo que hemos deseado y a veces nos vamos acostumbrando a lo que el destino nos hace tener que vivir. Acá el pequeño inquilino hace cambiar las vidas y descubrimos que no vale mucho la pena tener sueños para uno mismo... es mejor compartirlos.

Saludos a todos.


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1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Nagaya shinshiroku en Wikipedia
4.- Escenas

sábado, 24 de marzo de 2012

OTOÑO TARDÍO

 Las hojas amarillas
caen en la alameda
en donde vagan
tantas parejas amorosas.
Y en la copa de otoño
un vago vino queda
en que han de desojarse,
Primavera, tus rosas.

(Rubén Darío)


... y llegó el otoño, ya me fijaba camino a mi casa como el verde intenso de las hojas de ginkgobiloba comienzan a teñirse de amarillo, el otoño en Santiago siempre es hermoso, en especial en Parque Forestal, ahí de un momento a otro las hojas comenzarán a tapizar el suelo de un color marrón que se hará característico con el gris del frío... sin embargo en Santiago pareciera que nuestra constante inconformidad hace que muchos ya deseen que el frío comience a aparecer.
 El otoño tiene un carácter nostálgico, es una sensación que por triste que parezca, parece que equilibra los corazones, al final las estaciones del año te llevan desde la euforia del verano al silencio del invierno son un privilegio que tenemos en los que vivimos fuera del trópico…

Han pasado seis años desde la muerte del padre de la joven Akayo (Yoko Saburi), su madre Akiko (Setsuko Hara) ha invitado a una ceremonia a sus viejos amigos Mamiya (Shin Saburi), Hirayama (Ryuji Kita) y Taguchi (Nobuo Nakamura), después de la ceremonia ya han caído en la observación de que Akayo ya tiene veinticuatro años y aún no se ha casado. No es fácil para una sociedad tan machista saber que dos mujeres viven solas en una casa, con toda la carga social y económica que eso significa. Aunque los amigos del difunto les gusta tanto la hija como la madre, así que está la idea de casar a las dos... incluso con alguno de ellos.
Debo reconocer que siempre entre amigos uno de nuestros temas favoritos no es el fútbol, más bien las mujeres... las inalcansables como las actrices de cine y las cercanas (amigas, compañeras, etc)... que también muchas veces son inalcansables... en esas conversaciones de hombres es que a Mamiya, Hirayama y Taguchi comienzan a preparar el plan para casar a Akayo... entre los muchos elegidos se encuentra Shotaru Goto (Keiji Sada), que de entrada es rechazado por la joven, pero no tanto porque no sea de su agrado, de hecho ni lo conoció, sólo que desea quedarse con su madre para que no se quede sola en su viudez, aunque la madre lo agradece también desea que su hija se case. La vida de Akayo está bien como está, le gusta su trabajo, estar con sus amigas y con su madre... no cabe por ahora un hombre que le acompañe por el resto de la vida.

Pero al mismo tiempo en una conversación sale la idea de que Hirayama se case con la madre de la joven, al principio parece una estupidez pero al poco tiempo le empieza a interesar la idea de no seguir solo, incluso su hijo lo aprueba... pero no es la misma situación que ocurre con Akayo que encuentra asquerosa la propuesta. Hay personas que hacen de su vida sentimental una caja oscura que no sale a la vista facilmente, nadie sabe si están solos, enamorados o desilusionados... parece una coraza infranqueable el saber más allá de lo visible... amar no es fácil y el tiempo nos va llenando de ilusiones y fantasías que pueden elevar por cielos peligrosos que pueden hacer que las alas de Icaro se prendan para caer de forma estrepitosa... las decisiones no siempre están llenas de sinceridades, ni el amor se salva de la conveniencia, de la claridad y de la verdad. Hay muchos que son capaces de sacrificar sus verdaderos sentimientos por otras cosas que parecen cercanas al éxito... como si este fuera antónimo del fracaso. El otoño parece tardío en el mundo de Ozu, en que el Japón continúa cambiando pese a ello las estructuras sociales siguen patrones que son más rígidos que los cambios tecnólogicos, pese a que mezclar amor, futuro y bienestar, son elementos que deben estar equilibrados al momento de tomar decisiones.

Saludos a todos.



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domingo, 18 de marzo de 2012

BUENOS DIAS

Los chilenos que llegan a Santiago de una de las cosas que se sorprenden es que la gente acá siempre anda apurada, como enojada y no se saluda. "Es que la ciudad es tan grande que hay gente que es posible que nunca más se vea" dicen.
Puede ser por eso que no es comun decir "Buenos días" en un radio más cercano a una cuadra de la casa, en mi caso llega sólo hasta los habitantes del edificio, más lejos no lo hago.
Hace bien saludar, es parte de sentirse bien y saber que estamos todos en la misma idea, tratar de estar mejor, aunque es cierto que saludar a tanta gente serìa en parte saturante, sobre todo si trabajas en el centro de la ciudad, que fàcil en un dìa se ven màs de mil personas.
En nuestro caso después del terremoto nos dimos cuenta que era importante saber quien vivía al lado de la casa, en mi caso yo conozco màs a los vecinos que viven sobre y bajo mi departamento, principalmente porque hemos tenido problemas de filtraciones... pero pese a los inconvenientes aún seguimos saludándonos y diciendo màs palabras después del Buenos dìas...

 Japón ha cambiado después de la guerra, la influencia occidental está penetrando lentamente por debajo de las puertas para quedarse. Mientras los hermanos Hayashi Minoru (Kôji Shitara) e Isamu (Masahiko Shimazu) camino a la escuela van haciendo una competencia de pedos, la vida de las dueñas de casa en el nuevo suburbio japonés tiene todo ese ingrediente normal de las casas cercanas... todos los rumores parten porque la vicepresidenta de la comunidad la señora Haraguchi (Haruko Sugimura) se compró una lavadora, al mismo tiempo que anda diciendo que no le han pagado las cuotas de los gastos comunes. Demasiada coincidencia,  así entre vecinas los chismes se van y vienen todos los dìas... que la otra vecina anda todo el dìa con pijama, que fue una bailarina de cabaret, entre otras cosas.

Pero a los niños no les importa que la vecina ande vestida para dormir todo el día, ellos van a siempre a visitarla... en realidad más que a ella a su televisor, el único del barrio, donde pueden ver las luchas de sumo. Los televisores atraerán idiotas se pensaba en esa época, una afirmación que no se puede negar del todo... sobre todo al mirar la televisión abierta de estos tiempos... pero la necesidad ya está instalada los hermanos quieren una, pero los padres no quieren ese instrumento de la modernidad. Como modo de presión para la compra hacen un voto de silencio, mientras se alimentan con piedra pomez, para mejorar su técnicas en el arte de la "ventosidad". Así de cotidianos son los momentos que se pueden vivir en una comunidad del suburbio tokiota de los años sesenta.

El siglo XX además de sangriento fue lentamente provocando una homogeneizaciòn de elementos culturales. El cine se encargó de esparcir modos de vida y costumbres por lo continentes. Sin embargo existen elementos comunes que han estado presentes en forma intrínseca en nuestras vidas, los chismes y la inocencia de la infancia, van más allá de lo que Marshall McLuhan llamaría Aldea global. El mundo niño y el mundo adulto parecen dos riberas del río de la vida, no se comprenden una con otra, pese a que los adultos fuimos niños que estuvieron en frente, el cruce muchas veces hace olvidar que los problemas de los niños son tan graves como los de los adultos, que el sueño de una televisiòn es tán inmenso como el de tener un gran trabajo cuando adultos... las lágrimas son iguales no importa el motivo... al mismo tiempo una sonrisa es igual de valiosa en la cara que estè. Yasujiro Ozu tuvo la gracia siempre de captar el cambio de sociedad en Tokio, fue un testigo de cámara inmovil, de lo que se venía en el país asiático, así es la gente que sabe estar en ambos lados del río de la vida.

Saludos a todos.



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2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Ohayo en Wikipedia
4.- Trailer

domingo, 11 de marzo de 2012

LA HIERBA ERRANTE

"En Buenos Aires los zapatos son modernos
pero no lucen como en la plaza de un pueblo"
Antonio Tarrago Ros

Dentro de los lugares más interesantes que acabo de visitar en mis vacaciones se llama Caleta Tortel, es una pequeña localidad de unos quinientos habitantes que su principal trabajo les la extracción de la madera del ciprés de las Guaitecas, una madera altamente resistente que en el caso de la caleta la usan praáticamente para todo, en primer lugar porque el pueblo no tiene calles asfaltadas, todos los caminos son pasajes de madera en medio de los cerros, llenos de escaleras que se insertan entre medio de los bosques así las plazas, los juegos de niños y los muelles han sido moldeados en la noble madera que el clima del sur de Chile les ha regalado.
La vida cotidiana entre las escaleras contiene la escuela, la iglesia, la policía y los bomberos, algunos "supermercados" y un teléfono público, porque señal de telefonía celular no hay y conexión a Internet sólo se encuentra en la biblioteca del pueblo. El pueblo es hermoso y posee una magia especial que les da esa condición de aislamiento tan discutible que tiene la patagonia chilena y que debe solucionarse de algún modo. Así en tanta belleza el espacio para el arte y la cultura está muy limitado, en Tortel no hay cines ni teatros donde reconocer un poco de lo que en el mundo pasa... simplemente la televisión entrega un poco de cultura, una situación que se produce en muchos otros lugares de Chile en que el acceso a la cultura es un lujo que no se pueden dar.

En una de las tantas islas japonesas se ubica un pueblo pequeño en que las tareas ya están definidas, el correo el negocio y el bar, son lugares comunes en que la tranquila vida no distingue entre lunes o domingo... después de tantos años regresa la compañía de teatro Kabuki de Komajuro (Ganjiro Nakamura) la idea es estar un tiempo según que tanto público vaya a las funciones. En centros poblados pequeños se agradece la llegada de una compañía de teatro, la cultura parece alejada y símbolo de las grandes ciudades pero acá el barco aunque con retraso llega para instalarse un tiempo. La primera función es todo un éxito, ya en las siguientes no es tan así, pero pese a ello no se ven indicios de tener ganas de partir por parte de Komajuro, algo que a Sumiko (Machiko Ky) le empieza a inquietar.

Mientras tanto Komajuro aprovecha algunos momentos para pasar a visitar a Oyoshi (Haruko Sugimura) con una amplia sonrisa ambos recuerdan momentos pasados de visitas anteriores mientras su sobrino Kiyoshi (Hiroshi Kawaguchi ), ahora más grande, tiene intenciones de irse a estudiar a otra ciudad dejando a su madre sola. El tío Komajura le trata de persuadir de su desición, al menos logra conversar con él... pero no es fácil mantener oculto siempre los secretos de familia y Sumiko entiende que algo raro hay en esa relación entre Komajuro y Oyoshi al enfrentarlos entiende la verdad... Oyoshi fue una antigua amante y madre de su hijo Kiyoshi... la situación deja en shock a Sumiko, pese a que sólo sea un encuentro con el pasado.

Creo que nunca ha sido bueno mentir, sobre todo en cosas de familias, todos tenemos derecho a saber quienes son y donde están nuestros padres y no es un derecho de éstos matarlos, esconderlos o hablar mal de ellos... así como tampoco considero buena idea dejarlos solos a la deriva creyéndo que otros pueden hacer mejor las cosas que uno. Cuando el pasado se convierte en vida hay que asumirla pese a todo, y cuando uno ama tiene que amar con todo... eso quiere decir con pasado y futuro... a estas alturas del tiempo en que se vive, queda el comprender los caminos y aceptarlos como parte del encanto... todos somos lo que fuimos en mayor medida que lo que seremos. Por lo mismo ni siquiera nos toca perdonar, simplemente tener el deseo de aceptar los desafíos y tratar de seguir. La compañía de teatro estará llena de lecciones en el paso de ese pueblo tranquilo bañado en pasado que hará tambalear la vida como la conocen los actores kabukis.

Saludos a todos



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2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Ukigusa en Wikipedia
4.- Trailer

viernes, 9 de marzo de 2012

CUENTOS DE TOKIO

Parecen mundos distintos esos que tenemos cuando eramos todos hermanos y jugabamos en la casa, con mi hermana menor hacíamos una batería con tarros y platillos, mientras yo tocaba la guitarra ella golpeaba los tambores, con mi hermana mayor ibamos a jugar a otra casa llena de camiones con nuestros amigos de la casa... vivíamos todos juntos en nuestras piezas, con nuestras historias personales, almorzabamos juntos y siempre había algo porque hablar... ahora tratando de recuperar esos días del pasado me he encontrado con pocas fotos que nos muestren a los cinco, tengo una en mi oficina, otras cuando mi hermana era pequeña, pero no recuerdo mas... es que el tiempo se encargó de mostrarnos la importancia que tiene el presente, pero no tanto la visión de los días que vendrán.
Ahora las cosas son distintas son otras etapas, mis padres viven en el mismo lugar de mi juventud, yo me cambié, mi hermana se casó y también vive relativamente lejos de la ciudad y mi hermana menor en algún momento lo hará, como pasa en todas las familias... sabemos que los días no secuperan... pero no por eso hay que mirar para el futuro sin mejorar los días pretéritos.

¿Son las ciudades las que nos transforman? no lo se, la vieja discusión campo ciudad, a veces se cambia por Metrópolis y ciudad pequeña... acá la ciudad es un conjunto de cosas que impresionan, son todas las soledades agrupadas, que viajan y conversan, se abrazan y besan, pero siguen siendo soledades. Un matrimonio anciano decide emprender un viaje que muestre el nuevo presente de sus hijos que han partido, ellos son exitosos en sus profesiones en otras ciudades, para ello parten en un tren hasta Tokio, la hija menor se queda en casa. Conocer a los nietos, ver las casas de los hijos, todo lo que han logrado con el esfuerzo de años de crianza, de sudor y vidas se materializan en este viaje a la ciudad más importante de Japón... los sueños y las imágenes preestablecidas como las del período Shōwa se materializan a la llegada a la estación.

Son recibidos por el hijo médico en su casa, en las afueras de la monumental ciudad japonesa, los hijos y la nuera viuda dan la bienvenida, los nietos también... aunque son más sinceros y muestran la incomodidad con sus padres... y la indiferencia con sus abuelos. ¿Algo pasa entre genereciones en el Japón después la Guerra? ¿Las culpas mutuas de la arrogancia?, los hijos quieren a sus padres eso es cierto, pero la ciudad no perdona y es capaz de hacernos traicionar lo que deseamos por lo que debemos hacer. Los hijos quieren estar con sus padres, al parecer, pero la mezquindad involutaria y muda demuestra que los padres no han llegado en buen momento... como si existieran momentos para hacer lo que uno tiene que hacer, la vida se encarga de hacernos perder esos momentos importantes por decisiones estupidas que nadie valorará después.

Los hijos valoran el sacrificio de sus padres y se esfuerzan por hacer lo mismo por sus hijos, mientras los abuelos miran con un silencio que parece ser comprensivo (y con la incomodidad disimulada) como la falta de tiempo les impide tratarlos como visitas ilustres. Entre los gestos, conversaciones y rituales comunes de la sociedad japonesa de los años cincuenta, las cosas parecen pasar y los días de viaje se acumulan sin mucho de los soñado, con más cuotas de sinsabores que de alegrías. ¿Qué fue lo que creamos? creo leer en las mentes de ambos padres en cada mirada humilde, en cada cuota de cortesía, al ver a un hijo doctor que no es capaz de salir un fin de semana con sus padres, o a una hija peluquera que no desea que sus padres se queden en su casa...

Con una cuota de conformismo decepcionante los padres deciden regresar a su ciudad, ya han visto que su nuera es una persona de muchos más valores que sus propios hijos tokiotas, ellos saben que este era el momento para las despedidas, para decir gracias mamá y gracias papá. Era un momento que desperdiciaron por las estupideces cotidianas La madre en la estación les dice que no regresará a Tokio nunca más. Mientras los hijos... por un momento (sólo por un momento) descubren que pueden perder las cosas que aman. la indiferencia y la frialdad de los hijos y nietos hacia los padres parece pasar la cuenta en algún momento en que los sueños se hacen menos tangibles.

¿Acaso no es decepcionante la vida? dice las últimas frases de esta Tokyo Monogatari de Yasujiro Ozu, para recordarnos una vez más que con los gestos también decimos "te amo" y "gracias". Pero que con el ruido y nuestro egoismo vamos convirtiendonos en soledades que crecen vacías y arrepentidas.

Saludos a todos.

Bonus Tracks

1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Trailer

4.- Banda Sonora de Kojun Saito



Tokyo Story - Kojun Saitô

5.- Fotogramas

jueves, 8 de marzo de 2012

PRIMAVERA TARDIA



Arréglate, Juana Rosa, que llegó una invitación:
mañana trillan a yegua en la casa ’e l’Asunción.
Te ponís la bata nueva y en ca’a trenza una flor;
tenís que andar buenamoza por si pica el moscardón.

Tenís veinticinco, Rosita, ay, Rosa,
vai pa’ solterona,debís de pensar.
Vai bien empolvá’, te ponís carmín
y agora pa’ l’era contenta y feliz.

(Violeta Parra)

En cada casamiento o bautizo que voy, no falta el chistosito que me dice "¿y tú? y uno tiene que responder con una sonrisa tonta... un jejeje algún día. Otros ya han perdido las esperanzas con nosotros los viejos, es que a mi edad mis padres ya tenían tres hijos, mientras que yo en estos momentos sigo planificando que será de mi vida el próximo año. Pero hay un momento en que nuestros cercanos empiezan a preocuparse de nosotros un poco más de lo que nuestros ritmos llevan y comienzan a buscarnos parejas en cualquier persona que tienen cerca, que a medida que van pasando los años... el paso por los siquiatras nos va dejando más huellas de las trancas que la soledad nos marca en desmedro de nuestras virtudes...

Puede ser que eso pasaba con Noriko (Setsuko Hara) siempre con una sonrisa en su rostro, estaba feliz siempre de estar con Shukichi (Chishû Ryû), su padre viudo. la Segunda Guerra Mundial la hizo vivir momentos duros pero ella aún sigue tranquila ahora que la costosa paz japonesa convertirá al país en el lugar distinto al que conocemos actualmente. El padre es un viejo profesor universitario ya retirado se está preocupando de que su hija no da señales de independencia... en una época en que estar soltero (peor aún soltera) a los treinta era como estar en el purgatorio, el mundo de Noriko se movía entre sus amigas y su padre, la vida no le importaba más que ese presente... y enamorarse es algo que por ahora no estaba dentro de sus planes, o a lo mejor sí?, pero al parecer no había nadie en su corazón que llenara el espacio del tiempo que vivía con su padre.

Personalmente no recuerdo un momento desde mis doce años hasta ahora en que no me encuentre enamorado de alguna mujer. El amor lo vamos poblando de seres y sueños que tienen futuro, pero en el caso de Noriko el tema del matrimonio le estaba empezando a fastidiar, cuando ya pasó de la bromita a la conversación seria de la tía Masa (Haruko Sugimura) y también del padre. En ese panorama la joven no concebía que el padre viudo se le pasara por la cabeza casarse nuevamente y cuando lo supo su vida se vino abajo, en plena visita a una obra Nō Noriko empieza a entender que puede ser verdad eso de que el padre se quiera casar, por muy sucio que ella lo vea, él puede volver a armar su vida... no se lo dice pero cada vez que ve algún indicio de la idea de casarse, su rostro se llena de pena y lágrimas secas.

Noriko tiene que soltar las alas, siempre puede ser primavera y el Japón lo sabe mejor que nadie que siempre flocere de la adversidad, Noriko también lo puede hacer pese a que ella se  niegue « a creer que el matrimonio pueda hacerle más feliz de lo que ses.». La vida está ahí para todos, con todos sus ciclos y desfases. Crear una nueva vida es una de las máximas que el padre le indica los caminos de la verdadera felicidad... que no es vivir el presente... eso nunca ha sido felicidad, más bien es un fruto del esfuerzo por lo mismo la felicidad está llena de pasado que alguna vez fue futuro, ahora el padre le interesa que ella sea libre, sea autónoma y que deje sus obstinaciones. La vida es de uno y de nadie más, por lo mismo no hay que postergar el amor por cuidar a otros, hay que amarse y desear, porque las vidas están compuesta de lo que somos, lo que decimos y lo que tocamos...

Saludos a todos




Bonus Tracks
1.- Pelìcula en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffnity
3.- Banshin en Wikipedia+
4.-Escenas

miércoles, 7 de marzo de 2012

HE NACIDO, PERO...


Mientras almorzamos el teléfono de la secretaria suena, su hijo menor de unos veintiun años aproximadamente es quien está al otro lado de la línea... "te tengo que contar algo en persona...", esa es una frase complicada para quien la recibe... ese "algo" es sinónimo de importancia... minutos después llega el joven y le dice a su madre que lo expulsaron del instituto donde estudiaba, con cuarto año... una noticia que no es para celebrar... para colmo le pide que por favor no le cuente al padre, a lo que ella accede en medio de la rabia.
Como dicen por ahí hijos chicos, problemas chicos... hijos grandes, problemas grandes... la vida está más llena de historias cotidianas que van provocando inflexiones en el destino... las grandes hazañas quedan para algunos momentos alejados, pero el resto de lo que hemos ido siendo es parte de las pequeñas decisiones que irán poblando nuestra memoria.
Por lo mismo admiro en algunos artistas la sencillez, que no significa que anden vestidos de jeans y zapatillas, si no los que celebran al hombre cotidiano y su vidas más ... en ese sentido uno de los grandes maestros del cine común fue Yasujiro Ozu, en retratos inmortales fue transmitiendo la imagen más íntima de un Japón testigo del mundo... mientras el mundo se despedazaba el cine de Ozu trataba de entregar una leve coherencia con lo que en esa època era.

Así cuando Japón ya comenzaba a crecer, las periferias urbanas comenzaron a tomar otro cuerpos, la industria, el entorno y la vida se fueron inundando los campos con asfalto y postes... así fue como llegaron los hermanos Keiji (Tomio Aoki) y Ryoichi  (Hideo Sugawara) de la familia Yoshii, donde el padre Kennosuke's (Tatsuo Saito) decidió irse al periferia por una vida más tranquila para él y sus hijos... aunque curiosamente también quedó más cerca de la casa de su jefe... ya en los años treinta las empresas parecían templos que podían sobrepasar la vida... mientras los hijos trataban de adaptarse a su nueva vida, el entorno de los niños del sector no fue grato, desde el vendedor de sake hasta el grupo de niños comienzan a burlarse de ellos, tanto así que el primer día de clases prefieren no entrar a clases porque de seguro les esperará una paliza de bienvenida.
Ustedes deben ir al colegio para ser "alguien" en la vida, así como ese "algo" ser "alguien" tambien parece ser una misión que todos tenemos, eso es lo que el padre le transmite a los hijos, colocándose como ejemplo para ellos, el respeto total de los niños a su padre es su modelo a seguir.
Pero el padre en la empresa tiene una actitud tan servil que incluso los compañeros de trabajo se burlan de él, va a visitar al jefe a su casa y se ha convertido en un actor de las películas de aficionado que un ejecutivo de la empresa (Takeshi Sakamoto) realiza.
Por otro lado los niños ya se han logrado hacerse amigos de Taro (Seiichi Kato) hijo del dueño de la empresa, por supuesto de una condición social mucho mejor que la de los hermanos desde la cual se enteran que su pade hace películas de aficionado, así un día llegan a la casa de Taro a ver las historias y descubren que su padre es el comediante de las cintas, en vez de reirse a los niños les da vergüenza ver como su padre muchas veces muy estricto y exigente, acá aparezca haciendo morisquetas.

A veces las imágenes familiares se van desmoronándo por las dosis de humanidad que a todos nos hacen falta, mi madre y mi abuela, por ejemplo, siempre le tuvieron miedo a mi abuelo, transformándolo en un ser arisco, sin sentimientos que era capaz de ahogar perritas y gatitas en una bañera para no llenarse de animales. Pero a la primera botella de pisco pasaba al otro extremo de alucinar que conversaba con alguien por horas olvidándose de toda esa amargura que siempre llevaba. Los hijos de Kennosuke's no entienden porque su padre debe inclinarse ante el padre de Taro como un sirviente, el padre les explica que ese señor es quien les da el dinero para que ellos puedan comer e ir a la escuela, los niños ven la situación como una humilación... es su primer encuentro con la realidad de ser pobres. ¿Llegarán a ser pobres como sus padres? son preguntas que uno se va haciendo cuando ve esa escala social tan cerrada. Yasujiro Ozu irá haciéndo preguntas de las familias a lo largo de su vida y que en estos días trataré de mostrar.

Saludos a todos.



Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Umarete wa Mita Keredo en Wikipedia
4. - Escenas