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jueves, 22 de septiembre de 2011

AMNESIA

Después del 5 de octubre de 1988 todo pareció rápido, al otro día la gente abrazaba a los carabineros, ya había terminado la "guerra", a pesar de que dice la leyenda que el general Mathei le dijo a Pinochet que no se le ocurriera "alguna tontera". El Plebiscito indicó que un 56% no quería que la dictadura siguiera, pese a la hora en que se dieron los últimos cómputos era el fin de los días oscuros. El peor error de la dictadura fue la violación sistemática de los derechos humanos desde el primero hasta el último día en que estuvieron en el poder.
Sin embargo la aritmética simple indica que también existió un 44% que quería que Pinochet siguiera en el poder, no era una cifra pequeña y desde esos números Chile comenzó a vivir un extraño y adormecido ambiente en que el miedo y el "respeto" hicieron que el país de enemigos que hemos tenido por años, se de una especie de "tregua" que el cine de ficción y la generación más directa se encargará de mantener intacta para no herir a ningún sector del país.
Las palabras de "Justicia, en la medida de lo posible" dicha por el presidente Patricio Aylwin son claras y ahora al mirarlas con el tiempo también fueron desafortunadas... porque ahora las estamos padeciendo completamente.


Eso de "en la medida de lo posible" fue lo que hizo que los violadores de los derechos humanos siguieran por las calles caminando tan tranquilos como antes. El mismo Pinochet se quedara de Comandante en jefe del ejército por muchos años más, para después ser senador vitalicio... eso fue lo que aceptamos sin chistar a cambio de que él se retirara. En ese ambiente de "reconciliación" fue que en una calle nublada de Valparaíso Ramiréz (Pedro Vicuña) vio una silueta que no había olvidado, tanto así que fue capaz de bajar del bus para seguirlo y convencerse de que la vida le estaba dando la oportunidad de vengarse del Sargento Zuñiga (Julio Jung).

Es que pese a los años, el amarillo intenso del sol que revienta en la arena del desierto de Atacama al norte de Chile, fue testigo de como el soldado Ramírez estuvo bajo las òrdenes del Sargento Zúñiga. El batallón estuvo a cargo del campo de concentración de  los prisioneros políticos enemigos del régimen.
La dictadura se encargo de fabricar sus propios enemigos en forma constante ya sea partidos de la UP, de la iglesia, de quien fuera que no estuviera de acuerdo con lo que proponían. Ahora en el presente al encontrarse Ramírez con Zuñiga éste último lo saluda con cariño, por el recuerdo de esos días de "guerra" los conduce en medio de un bar en que el sargento se encuentra con sus camaradas de armas que forman parte de una cofradía que podría "proteger" a esos violadores de derechos humanos de los que la nueva democracia podría hacer. Pero pese a ello la mirada destruida de Ramírez lo vuelve a transportar al día en que asesinando a prisioneros que pasarían a la lista de desaparecidos nota que uno de los baleados se encuentra vivo... y en vez de rematarlo prefiere hacerlo escapar.


 La democracia que realmente se soñaba, quería llegar para hacer justicia (no venganza), para encontrar a todos los desaparecidos, a encarcelar a los asesinos... pero la medida de lo posible construyó un mundo onírico como el que el Capitán Mandiola (Nelson Villagra) veía en las discusiones que tuvo con la voz de Marambio, así era la guerra que el imaginario talló en las vidas de quienes estuvieron en el frente de las ilusiones. Para Ramírez ya no habían fechas, para Marambio no había guerra, para Zuñiga había muerte y para Carrasco (José Secall) el preso que logró sobrevivir gracias a Zúñiga, estaba en su sueño el día en que se encontrara nuevamente con Zuñiga y logre la justicia.

Como si una premonición se hubiera plasmado en los rollos de treinta y cinco milímetros de Amnesia nadie fue capaz de hacer justicia, ni los buenos ni los malos, ni ellos ni nosotros, ni la derecha ni la izquierda... nadie pudo volver a asesinar, simplemente y pese a todo se sentaron de nuevo en la mesa para ver como un pescado largo y angosto tenía su cabeza cercenada sin destino.

Saludos a todos.

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Amnesia en cinechile
4.- Amnesia en Patio de Butacas
5.- Escenas


miércoles, 21 de septiembre de 2011

SUSSI


Pues se fue la niña bella
bajo el cielo y sobre el mar
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar
Rubén Darío.


A fines de los años ochenta, tenía un poco más de diez años y no había mucho más que mirar, los sábados eran para Don Francisco y en la semana no había más que ver. Lo que daban era lo que la televisión dictaba, con cuatro canales estatales el jet set se hacía más reducido. En ese contexto las dictaduras tenían el modelo franquista de pacatería religiosa que defendía la moral y las buenas costumbres... al menos así parecía ser, pese a que los militares en Chile tenían pésimas relaciones con la iglesia. Mi madre si bien no estaba alineada con el gobierno de turno, si lo estaba con la moralidad tanto así que cuando en televisión se daban un beso la televisión se cambiaba automáticamente, recién habían llegado a mi hogar, para que decir si se veía algún pezón de una mujer... cuando en esa època con suerte salía uno de alguna tribu de África igual sufría la censura impuesta por mi mamá. La única vez que no pudo contra la censura y quedó impactada fue una vez que con toda mi familia vimos en VHS la película Sussi. No todos los días se veían películas chilenas, de hecho en dictadura yo sólo recuerdoSussi y El último grumete.

Azucena (Marcela Osorio) o más bien Sussi, es una joven del campo que ha decidido llegar a la ciudad, la madre estaba muy preocupada de que en Santiago no la fueran a matar. En la capital llega a vivir a una pensión del centro donde es bien recibida por sus vecinas, dos señoras de edad que ven en la joven la promesa de los sueños que ellas no vivieron, a la vez los hombres con mirada lasciva no pueden dejar de pasar su sonrisa para dejar que ella haga lo que sueña. La verdad la historia era simple y común. La idea de la película era mostrar al "chileno medio", por supuesto eso tiene un alto aire caricaturesco en los personajes. Pero pese a que la crítica la destruyo (algo común de los chilenos con el cine nacional), como si a veces el argumento de una historia fuera importante...


Sussi llega primero a trabajar a un un hospital como auxiliar de aseo, después pasa por un restaurant, y así va llegando hasta los más alto cuando le toca ser el rostro para una campaña de la mujer chilena. Con todo ese estilo patriotero de la dictadura. La película está en un enviando mensaje subliminal todo el tiempo. Desde ese tono marcial de muchos que tienen la autoridad, hasta los rayados en contra de Pinochet en los muros. Tambien dar mensajes a la soledad del poder y a las traiciones. Sussi se enamora de otro pensionista (Bastián Bodenhöffer) y se da una escena de sexo que dejó a mi mamá pasmada, porque no pudo cambiar la tele y la alcanzamos a ver completa, no recuerdo cuantos segundos duró, pero lo hizo para que no me olvidara más. Aunque no entendía mucho, me habían explicado como se hacían los niños, pero no me lo imaginaba en vivo hasta cuando vi esa escena de la película.

Sussi con el tiempo ha ido teniendo otra visión, no esa tan dura con la que se trató cuando llegó al cine... era tan poco lo que se había hecho en el interior que no era necesario destruirlo, había que ser sutil para pasar las barreras, Justiniano lo hizo con esta historia, que no fue tan ambiciosa pero que se inscribe dentro del duro camino del cine chileno en la Dictadura.

Saludos a todos.



Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3- Sussi en cinechile
4.- Película en Youtube










domingo, 22 de julio de 2007

CALUGA O MENTA

Estamos llenos de decisiones todo el día, a cada rato en cada segundo desde lo que queremos pensar en adelante… siempre recuerdo esa imagen entre el reflejo de los lentes polarizados de Morpheus mostrando la pastilla roja y la azul… había que elegir entre una destino u otro sólo por tomar cualquiera de esas càpsulas…
Al final uno tiene que estar tomando pastillas del destino por cada cosa que hace… sólo el olfato es el que nos guía por las decisiones… la gran ventaja para algunos es que disponen de una serie oportunidades para tomar sus decisiones y otros el destino es algo que empuja por una trinchera en la que asomar la cabeza es un peligro.
Caluga o menta es la película que abre el ciclo del maldito cine marginal… ese cine que muchos latinoamericanos detestan… como vamos a hacer que vengan turistas a nuestros países si estamos mostrando la violencia, la droga y la muerte de nuestros pobres.
Creo que la mejor frase que refleja el cine chileno marginal la dijo mi mamá en un lenguaje poco coloquial “A mi me cargan las películas chilenas porque los huevones echan puras chuchadas”. La sensación de ese cine es como vivir frente a un espejo y no saberlo hasta tocarlo y verse a uno mismo (como diría Silvio Rodríguez)
Para uno que vive en el sur de la ciudad, sabe que la gran parte de Santiago no es tan bella como las postales. La pobreza y la marginalidad es algo que realmente nos avergüenza y lo escondemos como cuando se deja la basura bajo la alfombra. Hay reacciones tan patéticas como en la comuna de Lo Barnechea que se colocó un muro que separa a los pobres de los que tienen mejor situación. Así pasa con nuestro cine…
La delincuencia es algo lejano… del otro lado del muro, en algún momento este tema casi decide una elección presidencial… pero el Niki no tenía más opciones que caluga o menta… en un país que no ofrecía más esperanza que la de esperar la muerte sentado en un neumático.
¿Qué más se puede soñar cuando la vida no da nada?, ese es el país que no queremos pero que exista.
Parece ser que esperanza es un sinónimo de juventud, yo estoy lleno de sueños y los que me rodean... pero en que momento los marginados dejaron de ser niños y se convirtieron en seres sin sueños, con la cara llena del sudor , cuando se convierten en ciudadanos despreciados, segregados y estigmatizados ¿será cuando nacen?
Pero lo marginal es nuestro problema... es lo que creamos y crean los que estigmatizan, los que rechazan.
Caluga o Menta tiene esa sensación de rascarnos el lomo con la escopeta, esas espinas en la conciencia.
Después nos horrorizamos con la violencia de las poblaciones marginales. El mega gana puntos de rating mostrando las pandillas, los académicos viajan por el mundo y se ganan proyectos de investigación hablando de los marginados. Mientras los jovenes siguen ahí sentados entre los escombros de los sueños, entre el las mínimas instancias de lucidez y las alucinaciones constantes de la pasta base y el neoprén, vivir se parece a un castigo.
Que hacemos con Caluga o menta... la seguimos escondiendo... como si fuese o una película... ¿o abrimos los ojos para buscarla en nuestras ciudades? Acordémonos de los locos antes de que se vuelvan más locos.


BONUS TRACKS
1.- Página en IMDB
2.- Comentario
3.- Escenas