miércoles, 2 de mayo de 2012

EL DIABLO SOBRE RUEDAS

Siempre decía que lo peor de Santiago de Chile eran sus automovilistas, después con el tiempo entendí que ese era el mal de las ciudades grandes, en otros lugares he visto conductores tan energúmenos que los locales. Pero pese a ello no justifica a muchos de mis conocidos que al momento de subirse a un auto el vocabulario les cambia y el claxon se convierte en un elemento tan importante como el manubrio y el acelerador... esos que al segundo de dar verde el semáforo ya te están "recordando" que debes dar primera y acelerar... son los que más detesto en las calles. Me hacen recordar Motormanía esa caricatura de Goofy de Disney que personificaba al apacible Mister Walker que al subirse a su auto se convertía en el terrorífico Mister Wheels que arrasaba con el resto de los autos.
Siempre he sentido que el género masculino cree que el auto es parte de su virilidad, como si el hecho de tener uno es parte del macho protector que conduce, que va a buscar a las damas y después las va a dejar, el que las lleva de paseo y las llega a buscar cuando lo necesitan... por lo mismo el auto no puede ser cualquieray en él vamos colocando parte de nuestra personalidad... en general en mi caso no me pueden gustar los autos "tuneados", esa mezcla de auto común refaccionado para que se convierta en un auto de carreras llenos de calcomanías y piezas de fibra que en diseño dejan algo que desear, o los grandes autos familiares que gastan el triple dentro de una ciudad llena de semáforos....

En el caso de David Mann (Dennis Weaver) su camino por las carreteras interiores de Estados Unidos es algo agotador, pero no por eso menos aburrido, los inmensos paisajes que el sur de Estados Unidos le regalan son excusa para hacer un viaje por dichos lugares. El camino es simple, no es la autopista principal pero por el tráfico esporádico las vías van en ambas direcciones. El auto de David es un típico Plymouth Valiant de color rojo de esos años en que los autos americanos eran grandes... y peligrosos. Sin embargo el está tranquilo por la vía y pueblos tan pasivos a la orilla del camino. En unu parte de la senda sin mayores sobresaltoss sin darnos cuenta puede salir una vez más lo peor de lo nuestro al mismo instante en en que los brazos sostienen la dirección, el camino le topa con un camión.

La magnitud de una tremenda mole cargada con inflamables, no es fácil de adelantar sobre todo en una pista de doble vía. Sin embargo David logra superar el obstaculo, pero segundos después el camión vuelve a recuperar su posición como si se estuviese jugando un Gran Premio de la Fórmula Uno. ¿Quién no ha visto a cuantos que se sienten insultados cuando son adelantados por otro auto?, casi como si les sacaran la madre, lo mismo al parecer le ocurre al camión que después de esa simple maniobra convierte a vida de David en un infierno... Después de lograr adelantarlo nuevamente ahora por una vía paralela comienza a tomar distancia y alejarse ya del problema... hasta que el retrovisor ve que el camión comienza a acercarse a una velocidad kamikaze sobre el auto rojo de David, la desesperación vuelve a cundir, a niveles tan graves que el camión comienza golpear el parachoque del auto pequeño, hasta que en una maniobra David logra girar con algunos problemas en una cafetería.

La calma llega en la cafetería ahora a curarse el cuello, descansar los nervios y comer algo, pero al salir del baño descubre que también está estacionado el camión que lo quería embestir, es decir que el chofer lo más probable que esté dentro del local. Muchas ideas pasan por la cabeza de David... en medio de confusiones ya entiende que el camionero no está dispuesto a rendirse y todo se ha convertido en una persecución desquiciada que no va a perdonar nada ni nadie. ¿Cuántos dementes al volante hay todos los días por las calles? normalmente hay muchos que caen en el juego y se olvidan que hay una fila de autos para girar, mientras los "winers" doblan en segunda fila, o adelantan por la berma en las carreteras, o pasan "escoltando" detrás de una ambulancia o un carro de bomberos... la actitud de los automovilistas puede destruir la armonía de una ciudad, desde los bocinazos matinales y esos bramadores sin sentido, hasta los accidentes hacen que la ira más los fierros sean malos compañeros.
Steven Spielberg en su primera película fue reflejando como la irracionalidad de los conductores puede llevar a consecuencias fatales... la locura puede estar más cerca de lo que se cree...

Saludos a todos.




Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Duel en Wikipedia
4.- Trailer




1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta la vi hace poco en TCM, genial!