En el país del sagrado corazón
a nadie se le puede dar la absolución
cuando el billete es emperador
ya no hay decencia que valga
no hay honor.
Hace un tiempo que las noticias tomaron otro ritmo... días atrás en una protesta por tierras de un grupo de activistas mapuches, murió Matías Catrileo en un confuso incidente, quienes presenciaron el acto indican que un carabinero le disparó por la espalda, lo que dicho de otro modo es un asesinato... bueno en realidad, cualquier policía o persona que le dispare a otra persona es un asesino, la muerte del joven es un hecho imperdonable, pero días después la justicia militar afirma que podría ser cierto eso de que el carabinero le disparara... y la noticia salió en los diarios, en unas breves líneas más pequeñas, que los avisos de venta de autos. Ese es el mismo país que días anteriores se sorprendía por el carabinero muerto en un asalto y que todos los canales clamaban al cielo pidiendo justicia, que ahora no se preocupa de que quienes supuestamente nos defienden nos disparan, bajo el anonimato del uniforme verde que funciona en forma tan anónima como el gorro pasamontaña, defendiendo los intereses de los grandes empresarios. La prensa se dedica más a mostrar como se roba a los supermercados que como nos roban los supermercados y tiendas.
En la periferia de Bogotá, a orillas de un lago aparece el cuerpo de un hombre empalado, la policía buscaba al asesino y un periodista llamado Víctor (Daniel Giménez Cacho) comienza a investigar el caso, casi por obligación... mientras le escribe discursos al mórbido policía, los hechos van descubriendo poco a poco que la situación más que una venganza era un entuerto entre especuladores urbanos, inmobiliarios y políticos. Desde saber quien es el empalado, porque lo hicieron son esos casos que impactan a la población y por un momento nos hacen a todos creernos detective... como el caso de Madeleine McCann que me ha salido por muchos almuerzos, con distintas versiones.
Perder es cuestión de método tiene toda la desesperanza del cine negro, la "injusticia de la justicia" como en La estrategia del Caracol y esa sensación que te deja el abuso de poder, que algunos poseen para hacer callar y olvidar los crímenes, en Chile por ejemplo, los crímenes de famosos o millonarios tienen el estigma de la prohibición de informar, los periodistas lo saben... y cuando muere alguien lo máximo que se dice es que fue en un "conocido" restaurant, un "conocido" señor, o de una importante marca... mientras que si es un pobre, son capaces de entrar a la casa, hablar con la madre, los vecinos, publicar fotos y basurear a todo el árbol genealógico.
La película nace de la novela del mismo nombre de Santiago Gamboa y en ella confluyen todas las formas de ser perdedor (en cierto sentido todos lo somos) con el deseo intrinseco de triunfar, con la ingenuidad de los que hacen las cosas por los conductos que corresponden, y los que se dedican a tomar atajos... sabiendo que la podredumbre corroe y vence los deseos de justicia verdadera. En medio de lo que parece justo, bueno y libre... al parecer se esconde un submundo que se mueve "mojando" políticos, autoridades, personajillos como parte de la fauna nacional, y parece que es cierto que Perder es simplemente es una cuestión del método de conseguir lo que queremos.
Todos estamos untados,
todos quedamos involucrados
todos andamos armados,
queremos harto billete de contado
(Aterciopelados)
Saludos a todos
Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- comentario en La Butaca
4.- Escenas seleccionadas
5.- Untados por Aterciopelados
3 comentarios:
Gracias por la visita a una de mis moradas....
Perder, ganar. parecieran antonimos pero tengo mi teoria que ya oportunamente posteare -y si esto no es crear supenso no me imagino que es- acerca de ello.
Tienen su diferencia mas alla del resultado.
lady zurikat
interesante tu teoría... me interesará leerla.
saludos
no es "alto billete" sino "arto billete", arto significa bastante.
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