lunes, 30 de abril de 2012
LA EDAD DE LA TIERRA
Lo haremos tú y yo, nosotros lo haremos,
tomemos la arcilla para el hombre nuevo.
Su sangre vendrá de todas las sangres,
borrando los siglos del miedo y del hambre.
Por brazo, un fusil; por luz, la mirada,
y junto a la idea una bala asomada.
Y donde el amor, un grito escondido,
millones de oídos serán receptivos.
Su grito será de guerra y victoria,
como un tableteo que anuncia la gloria.
Y por corazón a ese hombre daremos
el del guerrillero que todos sabemos.
Lo haremos tú y yo (por brazo, un fusil),
nosotros lo haremos (por luz, la mirada);
tomemos la arcilla: es de madrugada.
Daniel Viglietti
Cada cierto tiempo vuelven a salir las mismas frases de antaño, desde el Prohibido prohibir de los sesenta hasta el fin al lucro en estos días, todas se aglutinan en torno al grito del pueblo unido, no me atrevería a decir si por ciclo o por moda, de hecho no me importa por que sea, lo que me preocupa es que si el discurso y el grito continúa, tiene más que ver porque no han existido grandes cambios desde esos días hasta el presente, han pasado generaciones y generaciones y nuestros mundos siguen iguales, desde los confines de la Tierra.
Brasil es un lugar único y Glauber Rocha estaba orgulloso de lo que ese inmenso lugar significaba, desde su propio amanecer lleno sol y árboles va señalando el camino que los primeros nativos de la zona fueron conviviendo con pájaros coloridos y las ilusiones que rapidamente fueron traicionadas por las generaciones anteriores, la búsqueda de la eternidad se fue desvaneciendo en la agonía de la juventud. Como el nativo (Jece Valadao) sin darnos cuenta hemos ido una y otra vez buscando esa utopia ahora llena de musgos y polvo amnésico.
Sin embargo la fiesta nunca ha faltado en un lugar lleno de revolución y contradicciones, como en todo América Latina. En medio del sonido de los cavaquinhos, repiniques y otros tambores, surgen las figuras de Brahms (Mauricio do Valle), Aurora Magdalena (Ana Maria Magalhães) y del Cristo militar (Tarcisio Meira) bailando al mismo ritmo, con visiones distintas de lo que significa futuro, por ahora el mismo ritmo los mueve por un surco común.
Mientras en un salto silencioso y distinto el periodista Carlos Castelo Branco explica que ocurrió en Brasil desde los tiempos de Getulio Vargas hasta sus días... ¿qué es realmente revolución, cuando todos pueden hablar de democracia, libertad y progreso desde veredas tan distintas?. Así entre todas las direcciones Brasilia como ese lugar artificial con forma de pájaro de cemento se alza con el relato del propio Glauber y el impacto de Brahms. Como si una vez más Dios y el Diablo se reunieran en la Tierra del sol... parece ser esa la concepción final del Brasil del incomprendido Glauber Rocha.
Como si estuvieramos condenados a diversas visiones de lo que es Dios, los mensajes se trasponen entre cada Cristo que surge para levantar a los muertos, a tomar las armas, a desnudarnos y ser libres. como si estuviesemos en la cloca del universo esperando el momento en que podamos desaparecer unas monjas comienzan a bailar en puntas mientras el sonido de los obreros de la construcción sigue alzando a la capital brasileña. Así la confusión de tanto mensaje comienza a invadirme nuevamente, como ha sido la constante de las ambiciones glauberianas... campañas políticas, cristos y sambas inundan las palabras y los colores.
Glauber Rocha murió en Botafogo en agosto de 1981, un año después de esta película con cuarenta y dos años, dejando consigo un cine que prometía ser más que luz en los muros, quería convertir el cine en un instrumento revolucionario, en cada historia se encargó de levantar el nombre del Brasil profundo, del Sertao y la favelas, de los pobres y campesinos, de los olvidados, todo lo que se filmó en Europa, África era también para el contexto latinoamericano. la verdadera utopía está filmada con el sello de él. Nunca después estuvimos tan cerca de hacer posible lo fantástico. Ahora ya no está, el precursor del Cinema novo partió vertiginosamente dejando en sus historias la magia de Eldorado y el fusil de Antonio das Mortes como parte del panteon de nuestros heroes Americanos que lucharon, como el loco del cine brasileño, por un mundo más igual que el que tuvieron.
Saludos a todos.
... y gracias por las visitas
... y los 200 "me gusta" de Facebook.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- A idade da Terra en Wikipedia
4.-Trailer
5.- Escena en Brasilia
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1 comentario:
gran video, rocha es un monstruo
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