martes, 3 de abril de 2012

BARRAVENTO

Las olas que revientan en las rocas van moldeando lentamente el paisaje costero, uno se pregunta muchas veces como fue que en el tiempo la sal, la humedad, el sol y la fuerza del agua van esculpiendo la rigidez inquebrantable de milenarios elementos. Al mismo tiempo al ver la inmensidad del horizonte diariamente pienso en aquellos que miran al mar como su fuente diaria de vida.
Las caletas de pescadores tienen una mística propia que supera cualquier racionalidad de los mediterraneos, yo los respeto porque el mar no da explicaciones, no entiende ciclos ni sensaciones... es un cuerpo inmenso que así como regala también quita, es caprichoso y traicionero. Por lo mismo se merece la adoración, el miedo y el culto. Cada día me convenzo de lo importante que es tener algo en que sostener el espiritú, a veces la arrogancia agnóstica nos hace olvidar que eso desconocido que hace que el mar se mueva, que el fuego brote de las montañas y que hace que nuestro corazón bombee nos mantiene cada día creyendo en que puede haber algo mejor que lo que tenemos.

En medio de la arena se percibe a un hombre en con un traje blanco, chaqueta y pantalón... nadie se viste así en Xaréu, es que la playa la samba y el mar, han hecho de este pueblo de descendientes de esclavos africanos que desconozca a un viejo residente. Firmino (Antonio Pitanga) ha regresado a la caleta, la ciudad le entrego más fortaleza, pero también vivió escondido de la policía... la nostalgia lo trajo de regreso... también el amor por Naína (Lucy de Carvalho), pero el impetu de su regreso rapidamente se aplaca con la pasividad de los habitantes del poblado, que vive tranquilo entre la calma, la rutina y los espíritus divinos que acompañan la pesca.
El pueblo completo pesca con una inmensa red, el mar es traicionero, por lo mismo es protegido por "Yemanjá" la reina de las aguas qye castiga, cuida y ama a los hombres del mar, pero para que la protección tenga efecto el elegido debe mantenerse casto... y el elegido para esta "noble" misión es Aruã (Aldo Teixeira). La caleta vive en todo momento entre la explotación del dueño de la red y lo que las propias creencias "mitológicas" una mala combinación que por generaciones es capaz de mantener sumergido a cualquier pueblo en el miedo y la injusticia. Pero puede ser tanta coincidencia... el comportamiento del mar anuncia la posible llegada del Barravento, ese violento tiempo de transformación cuando mar y tierra chocan... una instancia de muerte y de vida.
Los años sesenta fueron de Barravento, hace unos días mirando la filmografía de Ozu en Japón se notaba el cambio generacional, el Brasil también comienza a despertar de años de adormecimiento con una idea y una cámara Glauber Rocha se convierte en un nombre incendiario y transformador de las entrañas más profundas del Brasil para armar un cinema novo que pudo haber sido un pivote de lo que el continente americano gritó por un momento.

Saludos a todos.



Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Barravento en Wikipedia
4.- Escenas


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