lunes, 9 de febrero de 2009

MAN ON WIRE

Era extraño aquel hombre,
o por tal lo tomaron,

porque besaba todo

lo que hallaba a su paso.

Besaba a las personas,

al perro, al mobiliario

y mordía dulcemente

la ventana de un cuarto...

... Por estas y otras muchas

los cuerdos lo llevaron
donde nadie lo viera,

donde no recordarlo,

y cuentan que en su celda

besaba sus zapatos,
su catre,
sus barrotes,
sus paredes de barro.*


Los diarios del ocho de agosto de 1974 en todo el mundo, colocaron una de las imàgenes màs impactantes, en los rascacielos más grandes de Estados Unidos un equilibrista cruza a través de una "cuerda floja" las Torres Gemelas del World Trade Center en Manhattan. El nombre de Philippe Petit quedó apilado en el olvido después como el loco que hizo la hazaña sque dejó pasmado a Nueva York por unos instantes.

Philippe sabía que tenía un don especial, al caminar por las cuerdas su sentido de equilibrio extremo lo hacía capaz de estar por largos tiempos sobre ellas, acostarse y sentarse en la soga. Así lo hizo en cada desafío por las calles de París, un día sin aviso en medio de una ordenación sacerdotal en Notre Dame entre las dos columnas apareció por primera vez Petit, como un elfo que se movia por el alambre caminaba con una pértiga haciendo equilibrio, mientras la sorpresa de quienes pasaban era de incredulidad y fantasía. Por perturbar el orden público su número lo hizo ganador de una cita a la comisaría detenido por perturbar el orden establecido.

Es que así son los seres mágicos como Philippe Petit, su vida corría por carriles distintos mientras el equilibrio de los alambres pasaba por sus pies... en Manhattan se construían las torres gemelas, ya en esos días corría por los sueños de Petit el momento en que podría cruzarlas de un extremo a otro domando al vértigo, al viento y a la razón... así siguió con sus hazañas... ahora en el puente del puerto de Sidney las cuerdas cruzaron mientras él se paseaba bajo el asombro australiano.

Pero en su camino Philippe se llenó de personas que creyeron en su sueño y con él lo comenzaron a acompañar en su locura mayor... comenzando a planear seis años antes lo que llaman el mayor crimen artístico del siglo, al mejor estilo de The Killing de Kubrick planificaron detalle por detalle los sesenta metros de distancia entre las dos torres. sesenta metros que eran más importantes que cualquier consecuencia, ni siquiera caer de esa altura, como si importara morir cuando uno ama, cuando besa al viento, al cielo y tiene a las nubes màs cerca... como si ser detenido por hacer algo indebido fuera superior a lograr los sueños que surgían desde siempre en el imaginario de Petit... así va Man on Wire contando cada detalle de la preparación de esos cuarenta y cinco minutos en que Petit caminó por esas torres que todos conocimos y sabemos en que terminaron...
Petit al terminar su número fue detenido... y la pregunta que todos en Nueva York hacían era... ¿Porqué? porqué lo había hecho... una pregunta que en nuestro cotidiano parece tener sentido... como si todas las cosas se tuviesen que hacer por algún motivo. Las cosas de Petit no tenían mayor porqué que sentirse bien, que cumplir los sueños, por muy elevados que sean, por poco comunes... Philippe lo hizo y para los que no existíamos, o no estaban presentes ahora existe este documental para enamorarnos nuevamente de los sueños más íntimos de nosotros, para besar las cosas, para ser hombres extraños que besan la vida con sus sueños.

Man on Wire es candidato al Oscar 2008, como mejor documental.


Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Página de la película
4.- Trailer


* El hombre extraño Silvio Rodríguez

1 comentario:

The queen of machines dijo...

Realmente hermoso su relato, inspirador.. no para ponerse a caminar por cuerdas flojas, aunque el vivir tiene algo de vértigo, de hazañas y por que en verdad hay tantas cosas a las que pretendemos buscarles una razón y las hacemos sólo por que algo que está más allá del consciente nos movió a ello.

Reciba un gran saludo y gracias por las lindas palabras que nos deja a los humildes lectores de su blog.
Saludos desde las máquinas.