Que no somos iguales, lo sabemos desde siempre, no sólo dentro de una ciudad, también a nivel de países... en eso África ha sufrido la desigualdad desde siglos. Por lo mismo un espacio y una etapa de apertura al mundo que se puede tener en cualquier parte es el que generan las universidades públicas. Es en esas aulas que realmente se reunen las clases sociales con un futuro que podría parecer común. Eso es algo que no se entiende completamente y se ha discutido mucho en Chile... sin muchas intenciones de que las cosas cambien completamente o en parte... así el mundo seguirá con la intención de ser un lugar de privilegio para algunos, mientras los otros tienen que disfrazarse y vestir ropajes ajenos para tratar de surgir.
Al salir de la estación de metro Chateau Rouge se ve y se oye el mundo africano que París ha ido acogiendo por generaciones, las tiendas de ropa poseen los coloridos vestidos que usan las señoras, las tiendas de música llenas de música africana y bailes en la calle... El África francófona se reune en esos barrios del distrito XVIII en el corazón del Marché Barbès... que concentra la cultura africana... para que entendamos los latinoamericanos... París es para los inmigrantes africanos, lo que Miami es a para los latinoamericanos y caribeños... un lugar donde tratan de cumplir los sueños inconclusos que su tierra no pudo darles.
En este caso Senegal se muestra en sus entrañas ganaderas, donde un grupo de animales viaja hasta el tenso momento de la muerte al matadero, todo lo apacible que había sido la ruralidad se convierte en algo distinto cuando el suelo comienza a ser de cemento y los cuchillos terminan con la vida de los vacunos. Mory (Magaye Niang) ha vendido su rebaño y ahora sólo le queda de ese pasado un par de grandes cuernos que hacen inconfundible su moto. Con ella se mueve por Dakar, donde conoce a Anta (Mareme Niang) una estudiante que pese a vivir en un lugar pobre, está conociendo que existe un universo más inmenso que la aridez de la ciudad. El camino lo abre Mory y después de una tarde a la orilla del mar deciden estar juntos en lo que el destino les depara.
París es el fin para ambos, es que la imagen de la ciudad luz está influenciado por la fantasía que producen esos comentarios. Como si fuera el paraíso que Josephine Baker cantaba, Mory y Anta van viajando por el interior de Senegal buscando la forma de llegar al destino. Así el paseo por un país va mostrando los lugares más simbólicos del país, sus mercados, sus fuertes mujeres, la pompa y la pobreza, la juventud y los sueños de una ciudad que trata de emerger en medio de la nueva África independiente que surgía en esos años setenta.
Djibril Diop Mambéty es un nuevo hijo del África independiente y su cine se convierte en la base de las nuevas tendencias narrativas que recorrerán África en esa década. Después de Touki Bouki es distinto mirar a cada persona que está en un lugar que no es su país, los sueños de tomar el Ancerville se pueden convertir en una obsesión peligrosa, que no asegura la unión eterna entre la pareja... de hecho nada asegura que el destino sea el mismo para dos. El barco con bandera senegalesa zarpa... y las historias de aquí y de allá también, las hienas han partido, o a lo mejor soñaron, a lo mejor lo que imaginamos tiene el poder de hacerse realidad... o simpleente todo fue lo que se pensó que se podía ser con el dinero del ganado vendido...
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Touki Bouki en Wikipedia
4.- Touki Bouki en Patio de Butacas
5.- Touki Bouki en African Film Library
5.- Trailer
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