martes, 21 de junio de 2011

UNA MUJER BAJO LA INFLUENCIA

Hay quien mantiene la convicción
de que la vida
es una partida
entre el azar y la comunión
con el destino,
entre la ley y la invocación
al desatino.

Quien mira no ve ni una mitad,
es evidente
que es diferente.
Entre mirar con la claridad
de la cordura
y ver con la luminosidad
de la locura.*

En una escena de Hombre mirando al sudeste Rantes le dice al doctor Denis que la diferencia entre uno y otro en el manicomio es que unos llevan delantal blanco y los otros no.... y la verdad esa vez le creí al supuesto extraterrestre (o loco) del manicomio argentino... es que... ¿qué significa ser demente en estos días?... en que la televisión nos muestra por cuerdos a los que no son capaces de mirar más allá de los procesos, nos muestra por locos a aquellos que bajan los brazos y marchan dejando de lado lo cotidiano... ahora que los cuerdos parecen ser los que critican lo ínfimo que no les deja ver la inmensa ola que viene encima y llaman locos a los que están contra los grandes procesos que nos dejan en el olvido... pero ¿quién fue el que nos hizo estar como estamos?.

Y pienso y pienso en esto cuando la imagen de Mabel (Gena Rowlands) esperando en su casa la llegada de su esposo Nick (Peter Falk). Ella hermosa como siempre se ha dedicado de no dejar detalles al azar, de llevarse tres hijos a su madre, de preparar la cama para los dos... todo por tratar de salvar el matrimonio que ya parece desmoronarse. Por su parte Nick es un obrero y un dirigente fuerte para sus colegas, el sabe que esta noche será especial y es capaz de cancelar el trabajo nocturno por el compromiso que hizo con su esposa... pero algo pasa... una emergencia lo obliga a trabajar toda la noche... al llamar a su casa Mabel tranquila le dice que lo espera en la mañana...

Pero que pasa en la vida de una mujer que tiene que luchar constantemente con una casa que le aprisiona, cuidando hijos y un marido autoritario. En un arranque de la soledad nocturna Mabel prefiere salir en un momento y encontrar a un hombre que aproveche la instancia que había creado, no importa quien solo que esa noche esté con ella... en la mañana cuando Nick regresa, pareciera que se olvidara del compromiso que tenían de pasar un momento a solas juntos... y llega con todos sus compañeros de trabajo... Mabel como buena esposa se alegra del regreso de él y de sus compañeros y les prepara unos espaguettis... en medio de la conversación ya se empieza a notar claramente de que algo no está funcionando bien en la cabeza de Mabel, cuando en medio del almuerzo comienza a exagerar su simpatía, cantando y contando chistes... Nick eso lo irrita.

El abismo comienza poco a poco, pese a que los niños la aman y Nick también, Margaret (Katherine Cassavetes) la suegra de Mabel se encarga de aportar con más leña en el conflicto... hasta que la solución se hace insostenible... hay que internar en un hospital siquiátrico a Mabel. No importa que los hijos estén completamente apegados a su madre, ella ya no puede estar en este mundo de los cuerdos, es peligroso para ella como para el resto. Así estamos acostumbrados a pensar en estos tiempos... creyendo que la solución a los problemas son rápidos, como llevar al delincuente a la carcel o llenar de mediaguas y luego de forros de plástico para tratar de solucionar problemas habitacionales... No todo es así... Mabel no está bien, eso está claro ¿pero que hemos hecho nosotros para que ella esté bien?... que hace su esposo que pese a su aspecto de gran líder de los obreros no es capaz de hacer nada solo, no es capaz de afrontar a su esposa, de amarla de verdad, ni siquiera es capaz de llevar a sus hijos sólo a la playa, un pobre tipo influenciado por su madre para atacar a su propia esposa.

La verdad somos todos responsable del estado de las cosas, somos tan culpables de los delitos que llenan la crónica roja, cuando hemos fomentado la envidia y vemos que cuatro familias de Chile se llevan gran parte de la riqueza, cuando vemos que una multitienda ha sido usurera con la clase media, cuando aplaudimos la pena de muerte, cuando levantamos el vidrio del auto para no dar una moneda al que lo pide, cuando dejamos de llamar a nuestros amigos que están pasándolo mal, cuando dejamos de llamar a los que queremos... nosotros somos la influencia que hace que Mabel continúe en rehabilitación, nuestra cobardía es más fuerte... por el miedo hemos convertido a las ciudades en fortalezas llenas de cámaras, alarmas, muros electrificados y guardias. Por el miedo a la verdad, a cambiar e presente por el futuro, a los hijos que podrían venir y a la pobreza somos capaces de no decir te amo y dejar que las hojas del calendario se arranquen, nos llenemos de canas y el rostro se llene de círculos como si tuvieramos la convicción de que en la vida podemos volver a empezar.
La verdad tenemos más culpa de la que creemos de exista una mujer bajo la influencia... y de eso hay que sincerarse.

Saludos a todos

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- A woman under the influence en Wikipedia
4.- Un gran análisis
5.- Trailer

* "Elijo la locura" Luis Eduardo Aute

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