sábado, 23 de octubre de 2010

EL VIENTO NOS LLEVARÁ

Cuando la mamá de una amiga estaba en la clínica hace unos meses, el lugar estaba lleno de periodistas y camionetas con antenas de microondas. En el casino nos enteramos por los que atendían que en el lugar se encontraba el comediante Jorge Pedreros y que estaba a punto de morir, habían ido actores famosos, sacerdotes a darle la unción de los enfermos, al llegar a mi casa el mismo día comencé a ver un programa en homenaje a su trayectoria y así pasaron los días y las camionetas comenzaron a abandonar la clínica y Jorge seguía ahí... desde la fecha hasta ahora no ha pasado nada y la noticia quedó ahí en el olvido...
La muerte es una ceremonia tan íntima que se supone que no da hora ni avisa... digo se supone porque la sentencia de Tareq Aziz el brazo derecho de Saddam Hussein tiene fecha para su ejecución... así que ahí tendremos a los periodistas del mundo captando ese momento en que el ex canciller del regimen iraquí sea ajusticiado...
Conmueve ver como la vida se apaga de un momento a otro... y los ritos fúnebres... y esta semana los hemos vivido con sorpresa y pena por lo que significa para la Argentina la actual pérdida.

Mientras la camioneta viaja por los sinuosos caminos que la cultura persa ha guiado por años, el paisaje parece repetirse... no se sabe si se va o se viene, con referencias tan vagas como un par de árboles solitarios cualquier lugar puede ser el que se busca, en medio del largo camino el encuentro con un niño llamado Farzad (Farzad Sohrabi)parece aclarar las cosas... pero un viaje tan accidentado deja a maltraer la camioneta, pero se puede acceder subiendo el último cerro al pueblo. Así es como llega el ingeniero (Behzad Dorani) a hacer algo que nadie sabe bien... salvo el niño.

Junto a los técnicos se instalan en unas humildes habitaciones que van demostrando que Irán agrario lentamente cambia, pese a que aún la señal de telefonía movil es baja y debe subir cada vez que lo llaman a la parte más alta de un cerro para poder conversar... las personas y los lugares se van volviendo espacios comunes en que seres anónimos van contando el porqué de donde están... entre voces de un paisaje lleno de inmensidad y que parece silencio, la vida continúa... y continúa demasiado... porque la espera también del equipo técnico del supuesto ingeniero que en realidad es un documentalista que trabaja en televisión y espera que pronto muera una anciana y grabar toda la ceremonia fúnebre que se realiza en el pueblo, que tiene características especiales.

Las llamadas que hacen subir a la colina son de la productora presionando por la lentitud del momento... como si morir fuera algo así como apagar un interruptor. El pueblo continúa donde está y lo cotidiano no cambia por la llegada de los extranjeros, para ellos la calma rural y la vorágine de Teherán parecen distintos... pero la tensión de los ritmos perturba los latidos esperando un desenlace.
Abbas Kiarostami capta los momentos tal como son, sin ambiciones ni héroes, tampoco situaciones extremas... parece ser de una simpleza llena de la belleza de los recuerdos ínfimos que la vida tiene, sin más ambiciones ni sobresaltos que respirar otra vez... la belleza de lo simple... llega a avergonzar mis pomposos sueños.

Saludos a todos.

Bonus tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Bād mā rā Khāhad bord en Wikipedia
4.- Escenas

1 comentario:

benjy dijo...

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