Tiempos
difíciles, no volváis nunca más.
Es el
sonido, el suspiro del cansancio.
Tiempos
difíciles, tiempos difíciles,
no volváis
nunca más.
Lleváis ya
muchos días
acechando en
la puerta de mi cabaña.
Tiempos
difíciles, no volváis nunca más.
Es un
suspiro que llega por el camino
es un
lamento que llega hasta la orilla.
Esta canción
se oye cerca de la solitaria tumba.
Tiempos
difíciles, no volváis nunca más.
Es el
sonido, el suspiro del cansancio.
Tiempos
difíciles, tiempos difíciles,
no volváis
nunca más.
Ya lleváis
muchos días acechando
Tiempos
difíciles, no volváis nunca más.
En estos
tiempos nuevos, algunos matinales se asombran y conmueven de ver como vive la
gente pobre en Chile, por años la pobreza en televisión le han puesto el nombre
maquillado de “gente de esfuerzo” o pobreza honrada. Cuando salía un pobre se
recalcaba su felicidad “con tan poco”, como si fuera la cara de Dios, el pobre
que el Padre Hurtado le decía “Patroncito”, el de la señora Juanita, de don Pepe,
de las tías del aseo y otros tantos nombres que les damos de cariño pero que nos
implican, ojalá no saber qué hay más allá de ni siquiera conocer su apellido.
Así por años hemos estado construyendo sociedades de castas, que para muchos
eran mejores mientras menos pobres se te cruzaban por el camino, ha ido
cambiando a un nuevo tiempo.
Un tren que
avanza en medio de la noche muestra el reflejo de un joven, en su mirada su
niñez en una casa de Georgia, en plena década del treinta, a lo lejos una
silueta lo emociona, la llegada de su tía Mae (Gena Rowlands) es el viento
fresco que trae la ciudad a un pueblo congelado en la vida puritana del
interior. Su “licenciosa” vida de cantante por Loussiana la convierte en la
vergüenza para su hermana Sarah (Diana Scarwid). Son los malditos tiempos
difíciles que la depresión carcome los sueños, el hambre se mezcla con el
machismo, el racismo y la religión. Todo ha llegado a concentrarse en una
suerte de pequeño infierno.
Pero en
medio de todo, la vida del niño David (Jacob Tierny) va viendo como la partida
de su padre a la guerra, y la vida sin los hombres les entrega por primera vez
a las mujeres un poco más de libertad, sonrisa y creatividad. En medio de esta
alegría pasajera, la muerte de su padre en el campo de batalla y la locura de
la madre, harán que sólo quede David y su tía Mae, aferrándose a la pobreza,
que sigue siendo la protagonista de este cuento lleno de mitos religiosos que
la vida rural genera.
Es difícil vivir
en la sociedad que hemos ido creando, llena de ásperos días, en que la batalla
contra la muerte se enfrenta por todos las aristas de infelicidad, esa
inseguridad de que tus descendientes podrían sufrir lo mismo que tú, que lo que
te han postergado, seguirá por otro tiempo postergando a los que vienen. Por lo
mismo ya no hay nada que perder, porque no se tiene nada, porque nunca se ha
ganado nada, solo la esperanza de que algún día todo cambie.
Saludos a
todos.
Bonus tracks
1.- Película en IMDB
4. - Escena de Gena Rowlands cantando
No hay comentarios.:
Publicar un comentario