viernes, 9 de diciembre de 2011

MEDIANOCHE EN PARIS


París, Yo no te tuve nunca 
Tú me tuviste a mí 
París,No me buscaste nunca 
Y yo te encontré a ti 
París,No me pediste nunca 
Lo que yo no te di 
París  No me preguntas nunca 
No me has mirado nunca 
No quieres saber nunca 
Lo que yo sé de ti 
París París.

Paris, en mi Santiago nunca 
me imaginé de ti 
Paris, tu nombre casi nunca 
Se despertaba en mí, Paris 
Eduardo Carrasco Ismael Oddó


Casi nadie entiende mi amor por París, me ha bastado estar dos veces, el hecho de estar en una ciudad es algo que te envuelve con todos sus sentidos y la capital francesa cuando me tiene me envuelve, me acurruca y me susurra al oido toda su belleza, su historia y sus olores. Desde esa llegada por Orly la primera vez y un bello reencuentro de por medio, la ciudad fue paseando por mi, yo no podía creer que de verdad la Torre Eiffel se veía desde todos lados, era mi primer pie de verdad en el viejo continente y desde ahí el parámetro quedó alto, el resto de lo poco que he conocido es bello, pero hasta ahora absolutamente ninguna otra ciudad la ha superado en la belleza y en los recuerdos.

Será eso lo que me interpreta Gil (Owen Wilson) cuando le oigo hablar de la ciudad luz desde el interior de sus entrañas, porque ha sido eso lo que le hizo que los adoquines y la forma en que se escriben los nombres de las calles sean inolvidables. Para un escritor de guiones de Beverly Hills encontrar los espacios en que sus héroes del pasado caminaron siempre son sorprendentes. Un historiador al pasar por Notre Dame se encuentra en el lugar en que se coronó a Napoleón, un músico en Montmartre va por los caminos de Cole Porter y Edith Piaf, o un cinéfilo por las calles de Truffaut y Godard... todos en París buscamos nuestros fantasmas, incluso nuestros latinoamericanos Violeta Parra, Quilapayún, Cesar Vallejo, Julio Cortázar, Atahualpa Yupanqui, Borges, Vicente Huidobro entre tantos aún siguen rondando por las calles parisinas.

A todos no les ocurre lo mismo con la ciudad, tengo conocidos que la encuentran peligrosa sucia y a los parisinos desagradables, a otros simplemente no se sorprenden tanto, como la misma novia de Gil, Inez (Rachel McAdams) que viajó junto con Gil invitados por sus padres John (Kurt Fuller) y Hellen (Mimi Kennedy) por supuesto ambos pertenecen al ala más conservadora del partido republicano por lo cual odian cualquier lugar que ponga en duda sus políticas internacionales... al mismo tiempo tienen que soportar al novio de la hija que resulta un escritor "izquierdoso" que está enamorado de la ciudad. Se pone peor el viaje para Gil cuando llegan los "amigos" de Inez; Carol (Nina Arianda) y Paul (Michael Sheen) con los que quieren recorrer la ciudad, una mañana en Versalles ya nos demuestra que Paul es uno de los tantos pedantes seudointelectuales que en París también se inspiran llegando a corregir a las guías de turismo (aunque sean primeras damas)...

Entre taninos y toques de fruto, que según Paul tienen los vinos, los efectos en Gil parecen llevarlo por caminos distintos. Es que París tiene esas calles que invitan a perderse para encontrar un circo romano de la época antigua o una tienda de paraguas, los caminos de Gil se pierden por una calle en que la borrachera lo lleva hasta un viejo Peugeot de los años veinte. Al entrar se da cuenta que todos parecen sacados de una fiesta antigua, en la que las personas comienzan a aparecerse a sus próceres de la "Edad de Oro" de París así sin darse cuenta en la fiesta se le presenta el mismo F. Scott Fitzgerald (Tom Hiddleston), Cole Porter (Yves Heck) y Hemingway (Corey Stoll), éste último le presenta a quien le corrige sus escritos Gertrude Stein (Kathy Bates) en su casa es donde encuentra a la novia de Pablo Picasso (Marcial Di Fonzo Bo), Adriana (Marion Cotillard) una hermosa mujer con la que su inspiración comienza a brotar.

Pero en la mañana vuelve a aparecer en el nuevo milenio, como si todo fueran sueños es que cuesta imaginar que todos los grandes de la edad de oro estuvieron juntos, desde Dalí, Buñuel, Picasso en los mismo barrios y en los mismos bares, la nostalgia invade las épocas de una manera tan fuerte que nos hace añorar el viajar por el tiempo para haber vivido con todos esos nombres inmortales, como la Belle epoque de los impresionistas, o incluso con los rockeros de los setenta en Londres. Tanta nostalgia y memorabilia que está de moda por todas las tiendas y bares, nos hace olvidar que aún está vivo Woody Allen para entregarnos nuevas historias... y que tenemos nuestros nuevos grandes nombres que poblarán nostalgias futuras, además de disfrutar los pasados seguiré esperando los nuevos discos de Air, las nuevas películas de Wes Anderson, Kitano o Kim Ki Duk... que viva el presente!... porque desde él hemos descubierto el pasado.

Saludos a todos.



Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Midnight in Paris en Wikipedia
4.- Trailer

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