Mi barrio de infancia nunca lo sentí así, nunca escuche de un robo, una pelea o un asesinato, mis vecinos morían de viejos pero nada era como ellos creían que fuera... son los estereotipos que se ven más constantemente de lo que se cree, como el periodista que cada vez que va a una cancha de futbol de niños de un barrio pobre, cree que las instalaciones se hacen para que se escapen del "flagelo" de la droga y la delincuencia. Las ciudades no son tan deterministas como muchos creen y el mundo tiene más gente buena que lo que los medios nos quieren decir en el noticiero.
La imagen del suburbio americano, de la gran casona o del departamento neoyorkino parece ser la idea colectiva que tenemos de los Estados Unidos, sin embargo (al igual que en Europa) los grandes países también tienen barrios más humildes, y no necesariamente por eso son cunas de delincuentes juveniles. Como un deteriorado barrio de Carolina del Norte, en que los niños están descubriendo el amor, entre ranas, juegos y travesuras pareciera que el color de la piel no representa ninguna diferencia entre blancos y afroamericanos, es que todos tienen algo en común que sobresale, son pobres... con pequeños sueldos, tratan de hacer lo mejor que pueden para salir adelante en el inmenso país. Aunque pareciera ser que para los niños no es un impedimento para entretenerse.
Pero un día por una estupidez, pasa algo grave el barrio y podría ser el comienzo de la tragedia, pero está en cada uno decidir los caminos. Siempre cuando alguien esta mal en la vida busca en su pasado trancas y situaciones que den respuesta al presente, a veces puede ser que cosas graves puedan servir para cambiar, para tomar otros rumbos y mejorar cosas. La barrera entre ser enemigo y superhéroe está en cada uno todos los días. George lo sabe y la historia puede tomar otros rumbos, pese al cadencioso relato que David Gordon Green le da a su relato.
El mundo de los pobres tiene más superheroes que cualquier otra parte, son los mismos que viajan horas para llegar a los barrios ricos, que con sueldos miserables hacen la magia de dar comida, ropa y educación a sus hijos. Son esos pobres que en sus barrios con olor a humedad, entre escombros saben mejor que nadie cuando algo es bueno o malo. Son esos que escondemos, que no salen en los planos de las ciudades que los turistas ven, que parecen inmigrantes, que los hacen entrar por otras puertas, son ellos los verdaderos héroes de las ciudades y David Gordon Green en una de sus primeras películas los retrata sin violencia, sin discriminación y de la forma más natural que el lente puede captar... y la honestidad siempre se agradece.
Saludos a todos
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- George Washington en Wikipedia
4.- Trailer
No hay comentarios.:
Publicar un comentario