La muerte no es en Kitano un instante que se pueda identificar como tal, sino más bien un horizonte o un oleaje del que no cesa de escucharse el fragor como un murmullo persistente.
Thierry Jousse "Kitano, le maître-fou"
El año nuevo en Santiago ya no es como antes, en mis años de infancia con mi padre ibamos a la tienda de fuegos artificiales y comprabamos de todo típo... con ellos recibíamos el año nuevo. Ahora la cosa ha cambiado, están prohibidos los fuegos... y los vendedores clandestino son tratados casi como delincuentes... pero pese a ello descubrí mientras celebraba en la casa de mi abuelo los petardos, luminosos, voladores y otros eran encendidos por niños y se oían a lo lejos el sonido de ellos como en los viejos tiempos... después me contaron que algunos no eran fuegos si no las balas de algunos narcotraficantes que viven cuadras más lejos que disparaban sus armas en medio de los sonidos explosivos de la fiesta.
Ellos están acostumbrados a vivir en la violencia... para uno es algo anormal... es algo que se vuelve cotidiano... al menos así parece ser para Murakawa (Takeshi Kitano) un yakuza que está cansado de la violencia y la muerte... pero no es fácil salir de un mundo de mafias y favores... y por lo mismo es enviado a Okinawa a resolver un simple conflicto entre dos bandas... lo que parece sencillo se convierte en una sarta de violencia y asesinatos, la banda rapidamente se va reduciendo, cosa que a Murakawa no está dispuesto a tolerar más.
Así en medio de la noche prefiere con los que quedan disfrutar de unos momentos en el mar, es un delicioso paréntesis para todos los que han sobrevivido a las masacres yakuzas... entre juegos de dispararse una lata a lo Guillermo Tell, un poco de ruletas rusas, unas paletas de helado y ser niños nuevamente... esa oportunidad que pocas veces tenemos de sentirnos niños, reir sin miedo y jugar... eso que añoramos ahora viejos en que el tiempo viaja más rápido... que nos traiciona en detalles simples como subir una escalera, con el sueño y esas ideas de acercarnos cada vez a la barrera que impide nuestros sueños.
Así es la la playa para la banda de Murakawa, ahí incluso el amor está cerca para reunir todos los elementos de los buenos sueños... pero siempre hay que dejar de ser niños para volver a la responsabilidad real... y la realidad de los yakuzas es trágica... no sólo porque contiene sangre y muerte... como los viejos samurai, está llena de la dignidad que la vida honorable tiene... la sonatina es ese espacio de placer entre el último deseo y el fin... porque pese a todo las ganas de retirarse se han cumplido y lo que queda es una dura realidad... pero pese a todo queda el recuerdo del mar... como el cuadro de la familia en el escritorio del trabajo... que nos transporta a los pocos instantes de felicidad que quedan alojados en la playa de nuestros recuerdos... pero por los que valió la pena vivir y morir.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Sonatine en Wikipedia
4.- Trailer
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