sábado, 17 de julio de 2010

ESTACION CENTRAL

Puede que todo siga igual. También puede que no sea así. Quizás banderas blancas tu habitación alumbren y mi amor esté cerca y los dioses duden. Y este sea un buen principio, principio de incertidumbre. Puede que te salves. Puede que amanezcas conmigo y las espadas se entierren.
(Ismael Serrano)

Los sentimientos parecen inundar los lugares para siempre, en los hospitales se pueden escuchar sonidos de enfermos de salas abandonadas por fantasmas. Mientras que en los cementerios el silencio de la muerte hace que sólo se oiga la tristeza como parte del luto... así también los aeropuertos están llenos de ilusiones y las estaciones de trenes están colmadas de sueños y ganas de empezar. Es por eso tal vez que en los alrededores de las estaciones de trenes o buses interprovinciales tienen esa mezcla de lo dejado y lo nuevo, como si fuera una prolongación de ciudades menores, ahí vemos esos hoteles baratos, mezclados con lugares de comidas típicas y tiendas de ropa de menos costo... es al primer lugar que se llega y el primero que se conoce con las miradas de lo que se deja... esa es la gracia de las estaciones... a diferencia de los aeropuertos... abandonados en medio de la nada que no representan países ni ciudades, son lugares que parecen no tener país, las estaciones de tren reciben todos los días ese ganado de personas que duermen en otros lugares los sueños que las ciudades les entregan.

En la estación central de Río de Janeiro se encuentra Dora (Fernanda Montenegro) una profesora primaria que se encarga de escribir cartas, en medio del analfabetismo los sentimientos de los viajeros se hacen más intensos al llegar a la ciudad alegre. Es ahí que los lápices de Dora piden regresos, encuentros o pensiones, dicen te amo y te odio; por un real se puede hasta dejar la carta en el correo. El problema es que muchas de esas cartas quedan en el "purgatorio" esperando salir del cajón del mueble de Dora alguna vez hacia un buzón... como al parecer nunca ha ocurrido...
entre todas las cartas que llegan está la que dictó Ana (Soia Lira) en que pedía a su marido regresar a la casa para que conosiera a su hijo Josué (Vinicius de Oliveira).

Lo que parece normal termina abruptamente cuando Ana es atropellada afuera de la estación, dejando completamente sólo a Josué varado en el único lugar que conoció, la estación y cerca de la única persona que conoció en Rio, la escritora de cartas Dora. Nada más ni padre ni madre... Así Dora lo lleva a casa para cuidarlo por un día para al otro día, llevarlo al orfanato para que lo adopten... a cambio de dinero que permite comprar un televisor nuevo. Pero Josué es más grande que el común de los niños en adopción, por lo cual es má temible que el niño pare asesinado para obtener y traficar sus organos... no está limpia la conciencia de Dora y en un acto prefiere rescatar al niño y devolverlo a su padre... en el sertáo, al nortdeste de Brasi.

Acá comienza una de las historias en formato Road Movie más hermosas que me ha tocado ver. Los adultos nos convertimos en bestias por culpa del dinero, hay gente que los vende, los asesina o los maltrata, Dora necesita la redención... aunque el niño la odie por todo lo que intentó hacer, el viaje de Dora hacia el nordeste se convierte en una retrospección de todo lo que ha hecho en su vida y analizar ¿qué valor tiene?... por qué ella... por qué el niño tuvo que llegar a ella, habiendo tantas personas en Rio. Hay momentos en que dan ganas de dejarlo sólo arriba del bus y que otros se encarguen de devolverlo a su padre. Pero Josué sigue ahí a su lado... puede también que el viaje le traiga el amor... "Puede que todo siga igual, también puede que no sea así..."

Pero el Sertao una vez más vuelve a aparecer, grandioso y liberador, mientras el camino tal vez no parezca ser lo que se pensaba. Los que trabajamos buscando lugares sabemos que no basta un número y una calle para llegar, hay una historia entre medio que hace que cada uno se encuentre donde está.... y los que no saben porque están donde están, es porque aún no han llegado a su lugar común. Josué sabía que estaba llegando a su dirección y Dora aprendía que donde vivía no estaba todo... la vida tiene ese principio de incertidumbre que parte desde una estación de trenes que convierte una tragedia en el inicio del presente, que puede ser capaz de convertir a un niño bueno en un delincuente o a una mujer sinvergüenza en una persona digna... los caminos del Brasil van tiñendo de rojo esos suelos tristes del nordeste, ahí en cada momento intenso Dora y Josué, van encontrando que los buenos son más que los malos, que estamos dispuestos a que la gente sea feliz, que ame y que responda sus preguntas más intensas... como en esta maravillosa película del Brasil.

Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Página de la película
4.- Central do Brasil en Wikipedia
5.- Trailer

1 comentario:

Anónimo dijo...

ahhhhh
Que linda relacioón hiciste de la canción con la película!!! la voy a buscar (la peli)... la canción la escucharé en vivo en el caupolicán!!!
Lorena