I've seen it all
I've seen the dark
I've seen the brightness
In one little spark
I've seen what I chose
And I've seen what I need
And that is enough
To want more would be greed
I've seen what I was
And I know what I'll be
I've seen it all
There is no more to see*
El bario Yungay en el centro de Santiago despierta con otro gran incendio de casona, parece muletilla o argumento fácil para empezar a escribir, pero ver en primer lugar como el patrimonio arquitectónico de una ciudad se cae a pedazos es una irresponsabilidad que vamos dejando pasar por el tiempo, por una parte gracias a la vorágine inmobiliaria o por descuido. En cada casa quemada aparece una cincuentena de inmigrantes que pierden todo lo poco que traen o que han juntado... a ellos los admiro, porque son valientes... son capaces de cerrar los ojos y lanzarse al vacío que la nueva vida les ofrece. Son capaces de dejar lo que tenían para llegar con lo puesto por algo que creen mejor, son personas audaces que son capaces de poner pausa a sus sueños para ahorrar el dinero y enviarlo a sus países, los imigrantes son la necesidad que las ciudades traen de savia nueva y mezcla de cultura. Son los portadores de ilusiones, de amores y del deseo del regreso al país del que se partió.
Selma Jezkova (Björk) es una inmigrante checa que llega con su hijo Gene (Vladica Kostic) a los Estados Unidos con un sueño oculto. Es que el mundo que los cines proyectan están llenos de felicidad... ahí la gente canta y baila en lo cotidiano, el blanco de las sonrisas ilumina los sueños que Selma le dan fuerzas para cruzar el océano y llegar a ese mundo muy distinto, en primer lugar llega a vivir en una casa en el patio de los Houston, ellos son un matrimonio donde Bill (David Morse) es un policía local y Linda (Cara Seymour) es dueña de casa... y el trabajo de Selma queda en una fábrica donde conoce a Kathy (Catherine Deneuve)... todos parecen ayudar a Selma en el dificil tiempo de los sesenta en Estados Unidos; incluso Jeff (Peter Stormare) que la espera todos los días fuera del trabajo con la esperanza de que algún día ella se enamore de él.
Pero cada día las ilusiones se van diluyendo en la vista de Selma una ceguera paulatina que trata de disimular al resto la convierten en una persona en peligro constante. Pese a ello sigue ensayando para el musical de "La Novicia Rebelde"... (Sonrisas y lágrimas) tratando de bailar y contar los pasos del escenario para seguir fingiendo lo que ve... pero peor aún es en la fábrica... ahí si que no deben darse cuena de su discapacidad, entre el sonido de las máquinas Selma sólo imagina esos músicales que el cine le regaló en las pantallas de los cines checos... así las maquinarias se convierten en la orquesta que acompaña sus canciones... cada dólar que Selma recibe se guarda para la operación de su hijo que posee la misma enfermedad en la vista que ella... cada esfuerzo que el viaje ha dado han sido para llenar una caja de galletas con el dinero del verdadero sueño... por ahora sólo está la música para evadirse para creer que la vida es bella, mientras los duros turnos de la usina se encargan de gastar más la vida de quienes trabajan ahí.
Las cosas no son iguales a lo que soñamos y no todos los que nos rodean son personas buenas, Bill, el policía también tiene castillos de cristal en su vida, mientras su esposa vive una vida tranquila, él esta inundado en deudas... en su desesperación no encuentra mejor que echar mano a los sueños que Selma tiene en una caja de galletas para encender la tragedia. La icomprensión del mundo real puede pasar malas jugadas. No cabe duda que lo que François Truffaut le decía a Jean Pierre Leaud en La Noche Americana es cierto el cine es más bello que la vida real... y Selma ahora ve más cerrando los ojos que cuando los abre... ahora no ve la desolación de la injusticia, no ve más que sus motivos para estar donde está y sólo imagina a su hijo mirando el mundo real.
La vida es ingrata e injusta en algunas ocasiones, esas sensaciones de vacío que dejan los incendios al patrimonio, revelan también la serie de sueños inconclusos que los inmigrantes siembran en los lugares en que llegan. Son esos sueños los que hacen que los países crezcan y seamos un poco mejores.
Lars Von Trier ha sido noticia estas semanas por sus incomprensibles dichos sobre el nazismo, un tema tabú que Europa aún no sabe enfrentar con franqueza y libertad... yo sigo admirando a este director, uno de los más grandes que el cine danés nos ha entregado... espero que esta nueva "mala fama" no sea un impedimento para seguir creando esos despertares de los sueños ciegos que a veces tenemos.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Dancer in the dark en Wikipedia
4.- Trailer
* Björk
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