jueves, 16 de julio de 2009

RAN

No me convence de esa idea de que la familia sea el nucleo principal de fidelidad en la vida, no lo digo por mi caso, pero me ha tocado ver traiciones familiares, desde la infidelidad hasta hermanos que se destruyen en guerras fraticidas por herencias familiares. Como si no importaran esos miles de almuerzos, las enseñanzas, los días en que al salir del colegio alguien los esperara, las vacaciones armando castillos de arenas, sanando heridas y otras miles de cosas que la familia hizo por nosotros.
Se puede hacer una lista de casos desde una mamá que esta semana violaba a su hija mientras la drogaba, un hijo que asesina a su padre y una mujer que manda a matar al novio de su sobrina... por una herencia. En fin parece que la fidelidad al dinero es más poderosa que cualquier recuerdo que parezca importante.

Pero al hablar de quiebres familiares, creo que una de las tragedias más grandes que me ha tocado ver en el cinees la de Ran de Akira Kurosawa. Independiente que sea una adaptación del Rey Lear... es una historia que conmueve y contrae al mismo tiempo. Es que antes de Peter Jackson las grandes batallas entre ejercitos infinitos a caballos, parecen ser obra del director japonés.

Todo parece tranquilo mientras un jabalí corre asustado entre caballos y nobles que terminan cazandolo... pero de que sirve comerse a un animal viejo, parece ser un trofeo sin valor... en medio de unas pequeñas rencillas por la boda del hijo menor. El gran señor Hidetora Ichimonji (Tatsuya Nakadai) en plena era Sengoku en que la tierra estaba fraccionada por una guerra civil interminable, descansaba mirando lo conquistado. Él ya es un anciano que dio su aliento por unificar los feudos cercanos, consiguió tres castillos y dejó en la paz a muchos sectores, sin duda Hidetora era un hombre de temer, porque las conquistas fueron hechas con fuego y sangre, pero las arrugas ya indicaban que era hora de descansar.

Después de un sueño extraño al despertar Hidetora decide abdicar en favor a sus hijos. Donde su hijo mayor Taro (Akira Terao) será el nuevo señor de las tierras, mientras los hijos menores vivirán en los otros dos castillos. La decisión precipitada deja al hijo menor Saburo (Daisuke Ryu) en condiciones muy desfavorables. La honestidad de Saburo es peligrosa y el señor Hidetora no se encuentra cómodo con las verdades que el hijo menor le lanza... con mucha rabia decide expulsarlo de su reino, quedando todo entre los dos hermanos mayores Taro y Jiro (Jinpachi Nezu).

Pero el poder nubla, me ha tocado de ver como amigos que al poseer cargos en sus trabajos, han dejado de saludarme, e incluso hacer que sea invisible porque en el metro sus ojos ni siquiera saludan. En el caso de Taro y por la influencia de su esposa... deciden tener el poder absoluto en el reino y le quitan todos los poderes al viejo Hidetora... de ahí en adelante el hombre más poderoso se convierte en un vagabundo que se esconde en la sombra de su reino, amenazado de muerte por sus propios hijos. La fidelidad del pobre viejo sólo es suplida por su bufón de palacio que lo acompaña. Pero en medio de la pena se descubre que la vida se encarga a veces de saldar cuentas. ¿Qué pueden aprender de lealtad hijos que sólo vieron a su padre traicionar a sus conocidos?, que le arrancaba los ojos a los amigos, que quemaba castillos con personas en el interior.

No es lo mismo lo que los padren hablan con sus palabras, que lo que dicen con sus hechos... todas las cosas que uno hace en la vida son declaraciones de amor, en el trabajo y en los gestos más simples estamos haciendo entender que lo hacemos por alguien más que por algo... cuando descubrimos que nuestras metas tienen nombre de la persona amada o de los hijos. La vida tiene otro sentido... que parece ser el verdadero. Ese sentido es más fuerte que el de familia, pese a que algunos creen que la familia es la suma de personas que amamos cuando en realidad es el concepto al revés... todos los que amamos, los que aparecen en nuestros primeros pensamientos matinales conforman nuestra familia, porque son ellos a quienes van dirigidas nuestras declaraciones de amor cotidianas y es a ellos a quienes les enseñamos a ser quienes somos.
En Ran el conflicto familiar es total... pero cuando el amor parece asesinado por la traición, hay gestos que parecen simples que se convierten en perdones, en fidelidades y en pasos que incluso arriesgan más que se traducen en llamas de esperanza. Sin duda una de las más gandiosas historias del cine del director que se convirtió en nuestro puente entre oriente y occidente.

Saludos a todos.

Bonus Tracks
1.- Ran en IMDB
2.- Comentarios de la película
3.- Ran en Wikipedia
4.- Trailer de la película

5.- Banda sonora de Toru Takemitsu

creditos finales - Takemitsu

1 comentario:

Dialoguista dijo...

Otra de Kurosawa que no vi!!!
Muy buena reseña!!
Hay familias que ya dadas, y hay familias que se construyen y se eligen!! El sentimiento de familia esta en esta última. Y a veces, ambas coinciden!!
Saludos!!