domingo, 9 de junio de 2013

SEARCHING FOR SUGAR MAN


¿Fue un cazador o un jugador
el que te hizo pagar la cuenta?
Que ahora se pone a sus anchasMi
y prostituye tus pérdidas
Tu propia sed te torturaba
En esos placeres buscados
Que te convierten en Pedro el Curioso
Que te convierten en José el flojo

¿Y pretendes tener algo entre manos?
¿Algo que tu llamas único?
Pero yo sorprendí tu autocompasión
Con lágrimas cayendo en tus mejillas.
Crucify your mind.


Necesitaba tomar el bus para ir a mi casa, en el camino se sube un tipo con un aspecto de cantante de rumbas con un amplificador y se instala en medio de la micro, en momentos como ese es cuando uno no sabe si subir el volúmen de la música que sale de tus audífonos o asumir tendrás un combate entre tu gusto y lo que el señor cante, en ese caso tus oídos son los perjudicados. En esta ocasión decidí colocar pausa y escuchar al tipo perfectamente arreglado para su performance. La primera canción era de Marc Anthony... se activan mis prejuicios y prefiero que el tiempo pase rápido... pero algo cambió en la segunda interpretación cuando comienza a cantar Te Recuerdo Amanda de Víctor Jara, una canción tan importante para Chile, no por lo que dice sino por lo que significa el nombre de Víctor, su vida y su muerte... siempre conmueve, aunque la versión sea de Presuntos Implicados, mis ojos comenzaron a inundarse de lágrimas pensando en que las calles de Santiago parecían tan distintas a ese día de septiembre de 1973, cuando la muerte llegó para quedarse con mi ciudad, mis cantantes y mis poetas. Para muchos el arte es una entretención algo que se hace después del trabajo o cuando se prende el televisor antes de acostarse... pero pocos entienden que es la verdadera forma de esculpir quienes somos realmente, los artistas son espeleólogos de lo más profundo de nuestras almas.


Por lo mismo no había sentido el coraje de hablar de Rodriguez, uno de los cantantes más impresionantes de los años setenta en Estados Unidos, con dos discos llenos de grandes canciones que muy pocos escucharon. Los productores aún lo recuerdan con cariño, pero el público actual no sabe mucho de él... y el público de esos años setenta tampoco. Porque el éxito no siempre tiene que ver con el talento, ahora que el mundo cercano le entrega tanta importancia al éxito medido en ceros a la derecha de la cuenta corriente, al número de hijos o al coeficiente de constructibilidad de la casa,  él tendría con una gran L estampada en su frente y un balazo en su cabeza como el mito urbano de su final ha sembrado por años.

Pero el desaparecido cantante de las letras sociales vendió muy pocos discos en Estados Unidos, pero uno de esos cruzó el océano hasta Sudáfrica, en los peores años del Apartheid, cuando el nombre de Nelson Mandela desde su prisión dividía a un país en dos facciones. Las canciones de Rodriguez se convirtieron en himnos de rebeldía y un poco de liberación desde los surcos de los discos. Esos extraños años de aislamiento fuero un periodo de difusión del cantante por el boca a boca de los sudafricanos. Su influencia llegó a la médula de los nuevos músicos afrikaans de los años ochenta... hasta que los años noventa nos devolvieron la racionalidad política en las latitudes australes y Mandela fue liberado. Llegó el tiempo de agradecer los años de lucha, sufrimiento y silencio... ahí la figura de Rodríguez volvió al tablero en una edición en CD.

¿Dónde está el cantante suicidado?, ¿cómo es posible que un cantante que tuvo tanto éxito en Sudáfrica, prácticamente no existiera información de su paradero o de su tumba en ningún lugar?, el mundo de los noventa habría nueva puerta a la información se podía saber exactamente que había pasado con el cantante... lo que se supo se convirtió en una de las historias más sorprendentes que he conocido.

Mientras escuchaba en un recital a Alberto Cortéz hace unos días confirmo esa intensidad inmensa que ataca directamente el alma cuando alguien crea un canción. Como en esa sensación que me hizo pasar la canción de Víctor Jara y la profunda historia de Sixto Rodriguez... el hombre que pudo vencer a la muerte verdadera... que es el olvido.

Saludos a todos.
y Por favor vean este impresionante documental.



Bonus Tracks
4.- Trailer

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