sábado, 15 de marzo de 2008

PRIMAVERA, VERANO, OTOÑO, INVIERNO... Y OTRA VEZ PRIMAVERA

Vino a nadar la playa entre mis rocas,
el mar me ha contemplado ola tras ola,
el barco ha timoneado mi carcasa
y escucha mi rumor la caracola.
La tierra ha preparado mi piel llana,
el arado me surca embravecido,
el trigo ha dispersado mis semillas
y el pan con diente claro me ha mordido


El jueves pasado llegó una amiga de México, y como buen anfitrión (se supone) la fui a buscar al aeropuerto, personalmente
me ha tocado llegar sólo a algunas ciudades y la sensación de abandono a veces asusta, por lo que si alguien puede ir a buscar a un amigo que llega a su país, por favor... siempre trate de hacerlo. Pero además del hecho de ser anfitrión... una visita te hace ver cosas que están siempre impregnadas en el cotidiano de otra forma, siempre es buena una mirada nueva, ayuda a insinuar las cosas de otro modo. Fue un día diferente en que el pasado, el sueño, el futuro, las antípodas, los hemisferios y las emociones bailaron juntas en una mesa de la calle Lastarria.
Veintitres grados y medio de inclinación del eje terrestre han sido los causantes de uno de los tantos fenómenos maravillosos que nos toca vivir, cuando el paisaje cambia durante el año. Las estaciones del año visten a Santiago de colores de temporada que reflejan el ser de una ciudad que busca entre el cemento una identidad desconocida.

Kim-Ki-duk no lo pudo reflejar mejor en lo simple, com un poema Haiku, y en medio de una casa tranquila en plena primavera y en la mitad de aguas tranquilas, donde un antiguo maestro enseña a crecer a un niño... a tener una conciencia de lo natural y de las criaturas. La soledad de
la inmensidad hace que el silencio suene más fuerte. El maestro y el niño discipulo comparten la misma tranquilidad del lago, el bosque y los peces en una imagen común que va comunicando dos historias al mismo tiempo. Por una parte la inocencia del nacimiento que la estación conlleva y por otra la lección...convertida en piedra... es el paso de una estación a otra de la vida.

El calor del Verano, inicia otra época y los sentidos desconocidos surgen desde lo más intimo del cuerpo... así van nuestras propias estaciones avanzando en nuestra orbita, llena de signos, llena de sentimientos y de decisiones. El otoño languido y el invierno duro se van mostrando en el interior de las vidas, de las cosas y la historia. Parece que las cosas fuesen simples, pero cada cosa en las películas de Kim-Ki-duk son las que actúan sobre el escenario de las personas... como la Cantiga de la memoria rota de Patricio Manns... acá actúan los arboles van cambiando el traje a cada escena, cambia el lago cuando sube y baja, cuando se queda inmóvil por el frío, cuando se convierte en un hielo traicionero, actúan los animales como escritores y representantes de ilusiones, energías, amores y la fe. El maestro solo es el medio para canalizar la belleza de los días, el aprendiz talla en su vida el destino, cada vez que el cincel dibuja sobre las líneas negras de lo realizado, sólo queda el testimonio palpable del pasado, no hay olvido posible, sólo queda buscar la redención y aprovechar las cicatrices que el frío deja.

Así son las estaciones del año, cubren, visten y actúan sobre el escenario que moldeamos. Sin darnos cuenta, con arrogancia nos creemos los protagonistas del destino, pero sólo somos el polvo de lo que los lugares constituyen. Cuando llegan otros ojos nos hacen ver las cosas como son, ahí descubrí que la luna es más grande desde acá, que de tanto mirar la ciudad desde lo alto se va aclarando como lo sentido, que los discos pare dicen pare y que lo que creemos a veces parece tan real como lo que soñamos...
Un caballo y su espuela me cabalgan,
un camino me pisa diariamente,
los zapatos del polvo me han hollado
y el sol me considera un inclemente
que quema con sus rayos a la gente.

El frío hace un chamanto con mi sangre,
la boca de un aullido me proclama,
la casa que me habita no me barre
y sobre mi extensión duerme una cama.

La puerta me golpea en busca de alguien,
la lágrima me enjuga en dos pañuelos,
un espejo se mira en mis ultrajes
y hay un libro que lee en mi desvelo.

Un celaje contempla mi caída,
el malhechor comenta mi mal paso,
un país me ha buscado sobre el mapa
y no ha encontrado nunca el menor trazo

y esa herida me venda la amargura
y la muerte se duerme entre mis brazos.


Saludos a todos
en especial a Fuji
en sus nuevos días en las nuevas latitudes.

Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Kim-ki-duk en Wikipedia
4.- Trailer

5 comentarios:

Nelson, un habitante del patio dijo...

He adquirido como agradable costumbre el venir por este blog a leer tus posts.
Desde el anonimato de esta fría red virtual que une a ciudadanos de distintas latitudes, quiero agradecerte por compartir tus hermosas reflexiones con nosotros,simples pasajeros de un país que aún no terminanos de conocer.
Saludos.

Juniper Girl dijo...

hola rodrigo, solo quiera comentarte que el hombre que hace de monje en la ultima etapa es el mismisimo kim ki-duk. El antes de ser cineasta estudio arte y creo que iba a ser monje o sacerdote.
Saludos

Branch dijo...

Muchas gracias por todo!!!

Hablamos :)

Juniper Girl dijo...

acabo de ver breath del mismo director y te la recomiendo. me quede como siempre quedo al ver una peli de el.
saludos

Juniper Girl dijo...

acabo de ver breath del mismo director y te la recomiendo. me quede como siempre quedo al ver una peli de el.
saludos